
Dormir con capas de cremas, ácidos y mascarillas se volvió un ritual frecuente en redes sociales. Miles de videos sobre skincare prometen una “piel de porcelana” con rutinas extensas y productos múltiples. Sin embargo, no todo lo viral tiene respaldo médico ni resulta seguro.
Laura Garzona, dermatóloga del Hospital Metropolitano, explica cómo construir una rutina de cuidado facial simple, efectiva y segura, sin caer en excesos que pueden irritar la piel, mancharla o generar gastos innecesarios.
Lo que debe saber:
- Menos es más: Una rutina básica bien aplicada es suficiente.
- Personalización: El producto ideal depende de su tipo de piel y condiciones preexistentes.
- Protección solar: Es la clave para prevenir daños acumulados y enfermedades.
La piel no es una tendencia
Aunque el término skincare parece una moda reciente, el cuidado cutáneo no es nuevo. Lo que cambió es la cantidad de información disponible y, con ella, la desinformación.
La piel es un órgano vivo que funciona como la primera barrera de defensa del cuerpo; por ello, lo que se aplica sobre ella puede ayudar o causar severos daños.
La especialista aclara que muchas rutinas difundidas en plataformas como TikTok o Instagram funcionan como publicidad.
“Naranja... los cítricos manchan, y he tenido pacientes con quemaduras por alguna recomendación que vio en redes”, comentó Garzona, quien advierte que, si bien es positivo promover el autocuidado, no todo lo que promete resultados rápidos responde a una necesidad real.
Los tres pilares del skincare
La dermatóloga explica que las rutinas con múltiples pasos surgieron para organizar productos, no como reglas estrictas. Es decir, el orden exacto de aplicación no cambia de forma significativa los resultados.
Lo esencial es qué producto se usa y por qué. En la práctica, una rutina efectiva se resume en tres pasos básicos.
1. Limpieza: el punto de partida
Lavarse la cara es esencial, pero el producto correcto depende del tipo de piel:
- Piel sensible (rosácea, dermatitis) o reactiva: Jabones suaves, sin perfume e hipoalergénicos.
- Piel grasa o con tendencia al acné: Jabones con activos específicos, como el ácido salicílico.
- Piel normal: Un jabón facial básico es suficiente.
La limpieza elimina sudor, grasa y suciedad acumulada, y prepara la piel para los siguientes pasos.
2. Hidratación (con o sin antioxidantes)
- Toda piel necesita recuperar agua. Algunas cremas incluyen antioxidantes como vitamina C o resveratrol.
- Garzona aclaró un error común: el serum no es un ingrediente, sino una presentación. Lo relevante es el componente activo y si realmente responde a una necesidad de su piel.
3. Protector solar: el paso más importante
- Es el producto más importante. Su uso diario previene el envejecimiento prematuro y lesiones cancerígenas.
- Existen opciones matificantes para pieles grasas o cremosas para pieles secas.
La base de la rutina es similar, pero las necesidades varían. En la adolescencia, la limpieza cobra mayor relevancia por el acné hormonal. En personas adultas mayores, la piel suele ser más seca y requiere productos más suaves. En todas las etapas, la protección solar sigue siendo esencial.

El cuidado nocturno
La noche permite reforzar la rutina. Si hubo sudoración intensa durante el día o aplicación de maquillaje, la limpieza debe ser profunda, pudiendo complementar con agua micelar.
Después se puede aplicar el mismo hidratante de la mañana. En casos específicos, la noche es el momento adecuado para activos más fuertes (tratamientos para manchas o arrugas), ya que no hay exposición solar.
La recomendación es tratar una necesidad a la vez y evitar mezclar varios productos activos.
“La idea es que sea como una necesidad a la vez, (...) no como tener todos los 5, 6, o 7 frascos abiertos, que uno dice, ¿cuál va con qué?“, explicó Garzona.
Exfoliantes y mascarillas
No todas las personas los necesitan. De forma general, una exfoliación una vez por semana es suficiente para quienes la requieren. Hay pieles que no necesitan exfoliarse.
Las mascarillas deben tener un objetivo claro, como hidratar, controlar el acné o tratar manchas. Usarlas solo porque están de moda no aporta beneficios reales.
Prácticas que conviene evitar
Aplicar cítricos directamente en la piel, usar ácidos fuertes sin supervisión médica o abusar de productos “naturales” puede provocar irritación y manchas. Que un producto sea natural no significa que sea seguro.
Para quienes empiezan
Si nunca ha tenido una rutina, no es necesario complicarse. Limpieza, hidratación y filtro solar son suficientes para mantener una piel sana. Muchos productos adicionales buscan corregir daños que, en gran medida, se habrían evitado con una buena fotoprotección desde el inicio.
“Si de verdad quiere tener una piel sana, su rutina tiene que incluir fotoprotección, ya sea física con sombrero o idealmente el filtro solar”, concluyó la especialista.
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