
El dolor lumbar o lumbalgia afecta actividades básicas como caminar o levantarse de una silla. Esta molestia surge en la parte baja de la espalda y en ciertos casos progresa hasta volverse crónica cuando no se sigue una rutina adecuada de prevención.
En medio de los distintos métodos utilizados para controlar el dolor, un movimiento sencillo destaca por su facilidad de aplicación: la extensión lumbar de pie, recomendada dentro del enfoque de ejercicios McKenzie. Este gesto moviliza la columna, reduce tensión y favorece el retorno del dolor hacia la parte baja de la espalda, lo cual genera alivio inmediato en muchas personas.
Lo que debe saber:
- La lumbalgia es una causa frecuente de consulta médica.
- La prevención incluye fortalecer abdomen, glúteos y espalda.
- Las pausas activas disminuyen la fatiga y facilitan la movilidad.
¿Por qué aparece la lumbalgia?
La lumbalgia surge por múltiples factores. El fisioterapeuta Kendall Valverde de Zenit indicó que el sobreesfuerzo muscular provoca molestias, en especial cuando se levanta peso sin técnica adecuada o se realizan movimientos bruscos.
Además, las posturas prolongadas generan dolor, tanto al permanecer sentado frente a un escritorio como al mantenerse de pie demasiado tiempo.
También, aparecen molestias cuando se realiza ejercicio sin calentamiento o bajo condiciones inadecuadas, y ciertas enfermedades de la columna, como artrosis o lesiones en discos lumbares, influyen en su desarrollo.
Síntomas que evidencian la lumbalgia
- El dolor aparece en la zona baja de la espalda.
- Puede extenderse hacia glúteos o piernas.
- Produce rigidez y limita la movilidad.
- Afecta tareas cotidianas como agacharse o subir escaleras.
- Aumenta al permanecer sentado durante largo tiempo o al realizar movimientos repentinos.
El movimiento sencillo que ofrece alivio inmediato
Entre las técnicas recomendadas para tratar la lumbalgia, la extensión lumbar de pie destaca por su simplicidad. Forma parte del método McKenzie y se utiliza para centralizar el dolor, es decir, llevar la molestia desde las extremidades hacia la zona baja de la espalda.
Este movimiento consiste en:
- Colocarse de pie.
- Apoyar las manos en la cintura .
- Llevar el tronco hacia atrás con suavidad.
Esta maniobra moviliza la columna lumbar y reduce la presión acumulada en esa región.

Ejercicios complementarios que fortalecen la zona lumbar
Valverde explicó que los ejercicios McKenzie se enfocan en la extensión de la columna, mientras que los ejercicios Williams trabajan la flexión lumbar para fortalecer el abdomen y estirar la zona baja de la espalda.
Entre los movimientos señalados se encuentran:
- Extensión lumbar de pie: movimiento clave para aliviar el dolor.
- Rodillas al pecho: acostado boca arriba llevar una o ambas rodillas hacia el pecho.
- Estiramiento de glúteos: cruzar una pierna sobre la otra y acercarla al pecho.
“Son partes fundamentales para la movilidad de las articulaciones que hay dentro de la columna“, explicó Valverde.
Hábitos que previenen el dolor lumbar
- El fortalecimiento del abdomen, glúteos, miembros inferiores y espalda aporta estabilidad a la columna.
- Debe evitar posturas prolongadas y sobreesfuerzos en la zona lumbar.
- Los estiramientos antes y después de cualquier actividad disminuyen tensión.
- Al agacharse es recomendable apoyar una rodilla sobre el suelo.
- Se aconseja mantener una postura adecuada al estar sentado.
- Las pausas activas ayudan a reducir la fatiga acumulada.
Movimientos que deben evitarse
- No se aconseja agacharse bruscamente sin flexionar las rodillas.
- Debe evitar rotaciones descontroladas de la espalda.
- No conviene intentar hacer crujir la espalda sin supervisión profesional.
Pausas activas: una rutina necesaria
Las pausas activas permiten recuperar energía durante la jornada laboral. Incluyen ejercicios simples para distintos segmentos corporales:
- Respiración: inhalar 4 segundos sostener 4 y exhalar en 8 (3 repeticiones).
- Cuello: estiramientos de 20 segundos por movimiento.
- Hombros y muñecas: estiramientos de 20 segundos.
- Cadera: realizar 5 círculos.
- Piriforme: llevar una rodilla al pecho por 20 segundos y luego repetir.
- Columna dorsal: apoyar la espalda en el respaldo y realizar 5 extensiones.
Si el dolor persiste se recomienda acudir a un especialista para determinar la causa y definir el tratamiento adecuado.
