Decenas de documentos inéditos sobre la vida de Rodolfo Peters Scheider llegaron al Archivo Histórico del Archivo Nacional de Costa Rica. Este cafetalero costarricense con ascendencia alemana fue llevado a un campo de concentración estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial; a su regreso se convirtió en un gran impulsor de las exportaciones del grano costarricense en el mercado europeo y norteamericano.
Peters nació el 16 de octubre de 1909 en la finca La Caja, en La Uruca (parte del terreno es hoy ciudadela La Carpio). Su padre, Guillermo Peters, nació en la ciudad de Karlsruhe, Alemania, el 19 de abril de 1878, y arribó por primera vez a suelo tico en octubre de 1896. Luego regresó a su país para hacer servicio militar y en 1903 se casó con la alemana Klara Scheider, con quien después regresó a Costa Rica para dedicarse a la caficultura. Aquí tuvo cinco hijos, dos en Heredia y tres en La Uruca.
Rodolfo aprendió las primeras letras del español con su maestro Omar Dengo, quien fue llevado a la finca La Caja por su padre para enseñar en la pequeña escuela de la Hacienda, llamada Otto Hübbe. Años más tarde, viajó a Heidelberg, Alemania, para asistir al European College y luego regresó a suelo tico para trabajar en los negocios cafetaleros y en las fincas de Sarapiquí, Heredia, donde tenían ganado, cacao y hule.
Tiempo después, se independizó y logró comprar por su cuenta algunas tierras en Sarchí para laborar la tierra y sembrar caña de azúcar y café. Sus fincas Las Trojas, Colorado y La Eva fueron muy exitosas en el cultivo y procesamiento del café. También adquirió fincas en Río Segundo de Alajuela y en Grecia. Además de su cosecha, beneficiaba el fruto de otros pequeños y medianos productores y fue así como en la cosecha de 1938-1939 fue responsables del el 5,68% del total de exportaciones de café costarricense.
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Al llegar la Segunda Guerra Mundial, Rodolfo y sus hermanos Wilhelm y Werner fueron deportados a campos de concentración en los Estados Unidos, por ser ciudadanos alemanes, aunque hubieran nacido en Costa Rica. La travesía de Rodolfo inició en un campo de concentración en San José, donde hoy se encuentra el Mercado Mayoreo, en avenida 10, junto con su esposa Inge Schmidt y sus dos hijas, Elke de cuatro años e Ingrid de uno.
Después fueron transportados en el ferrocarril al Pacífico con las ventanas tapadas para que no vieran hacia donde se dirigían. Al llegar a Puntarenas, los Peters junto con otras familias alemanas costarricenses, abordaron un barco sin conocer el destino. Su hermano Werner viajaba también junto con su esposa Ana Steinvorth. Una vez en el barco “Puebla”, fueron custodiados en el área de las bodegas bajo vigilancia armada.
Según un archivo norteamericano, Rodolfo y su familia primero atracaron en California, donde fueron rociados con “DDT”, un insecticida utilizado para combatir las plagas en cultivos. Luego se les envió a Crystal City en Texas, donde se ubicó el mayor campo de internamiento para familias alemanas y japonesas, las cuales se mantenían en pabellones separados. Allí trabajaron en tareas de agricultura, limpieza, cocina y otras.

Tener a los alemanes en distintos campos de concentración representaba una ventaja para Estados Unidos, ya que podían utilizarse para intercambio por hombres de negocios y turistas norteamericanos mantenidos dentro de las líneas de guerra alemanas. De esta manera, un año después, las familias Peters fueron deportadas de Crystal City a Alemania, el 21 de febrero de 1944, por un intercambio con hombres de negocios y turistas.
Llegaron a Heidelberg el 11 de marzo de 1944, en plena guerra. Estuvieron unos años allí junto con su hermana María y familia, y su madre Klara. En esta ciudad nació la tercera hija de Rodolfo e Inge, llamada Brigitte, el 31 de mayo de 1945. Después de grandes esfuerzos diplomáticos para regresar a Costa Rica, lo lograron en 1946.
Peters trabajó arduamente para constituir de nuevo sus negocios familiares en la agricultura y el comercio del café y azúcar. Primero trabajó con sus hermanos y su padre, constituyendo la firma Peters Hermanos en Sarchí y luego se independizó. A inicios de la década de 1950, compró la Hacienda El Zetillal en Santa Bárbara de Heredia, donde durante años trabajó en la agricultura y donó un edificio para una escuela.
Después colaboró con el país a través de su función como director de la Junta Directiva de la Oficina del Café, del Consejo Nacional de Producción, de la Liga de Protección a la Agricultura de la Caña, de la Cámara de Azucareros y como diplomático ante Brasil y Venezuela.
Según el Archivo Nacional, el papel jugado por Rodolfo Peters en la creación de la Oficina Internacional del Café y el Convenio Internacional de Cuotas del Café fue fundamental para Costa Rica y las naciones cafetaleras, ya que representó al país en múltiples reuniones internacionales y fue un gran impulsor de las exportaciones del grano costarricense en el mercado europeo y norteamericano.
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De viaje por Miami, Florida, Rodolfo tuvo un infarto del miocardio y por recomendación médica tuvo que volar a México y mantenerse internado en un hospital especializado. Allí permaneció por un año hasta su deceso el 27 de febrero de 1965, a los 55 años. Sus restos se encuentran en el Cementerio General, en San José.
El material de la familia Peters que se donó al Archivo Nacional contiene correspondencia, boletas de inmigración, formularios de registro de extranjería, de tratamientos recibidos en enfermería, de solicitud de datos, de registro de huellas, de incautación de objetos punzocortantes y de registro de vacunas. Las copias de los documentos fueron solicitados al Departamento de Justicia de los Estados Unidos por Rodolfo Echeverría Peters, nieto de Rodolfo Peters Scheider, y se encuentran en el Archivo Histórico para su custodia.
