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Un cambio mínimo en la etiqueta y el modesto pago de ¢500.000 al dueño de la marca ‘Chiliguaro’, fue suficiente para que la Fábrica Nacional de Licores (Fanal) pudiera seguir comercializando su coctel de chile, guaro, jugo de tomate y limón.
La productora estatal de alcohol se vio obligada a pagar la indemnización y a modificar la etiqueta, luego de que fuera condenada por el Tribunal Contencioso Administrativo por el uso ilegal de esa marca registrada.
El Tribunal determinó, en enero anterior, que Fanal violó el derecho de marca, pues resaltaba en su producto las palabras chile y guaro, similar al distintivo que registró el periodista Mauricio Azofeifa en 2013.
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Fanal, en contraparte, lanzó ese producto bajo la marca Cacique en 2017.
Ese fallo, sin embargo, no obligó a la Fábrica a desistir del producto ni a retirarlo de los anaqueles de supermercados.
“Desde un inicio, la Fábrica Nacional de Licores registró el coctel a base de chile, guaro, jugo de tomate y limón bajo la marca Cacique, por lo que en ningún momento hubo impedimento de su comercialización por un tema de registro de marca.
“La sentencia lo que le solicita a la Fanal es ‘la modificación de las etiquetas del producto denominado Cacique Coctel, específicamente en las palabras chile y guaro, debiendo ser estas palabras del mismo tamaño y signo distintivo que el resto de los ingredientes del coctel’, mas no el cambio en el nombre del producto”, señaló la oficina de prensa de la institución.
Mauricio Azofeifa contó a La Nación, en 2016, que meses antes la Fábrica ofreció comprarle el registro de ‘Chiliguaro’, sin embargo, no llegaron a un acuerdo económico en aquella ocasión.
“Nos pidieron una oferta, les dimos una absolutamente razonable, que de hecho se quedaba muy corta ante las posibilidades inmediatas de ingreso, la persona encargada recibió la oferta y durante meses nos postergó la respuesta, porque aunque existía un claro interés de la parte comercial, el trámite para aprobar la compra tenía que ir a Junta Directiva y los consiguientes actores. Finalmente, nos respondieron que no les fue avalada la compra”, afirmó Azofeifa.
Tiempo después, el periodista acudió a los tribunales reclamando que el producto de Fanal aludía a su marca. La instancia judicial le dio la razón y le otorgó una indemnización de ¢500.000.
Luego de aquella sentencia, Azofeifa señaló que no tenía pretensiones económicas altas, pues su objetivo era defender la marca ante los planes de comercializar su producto original.
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De acuerdo con el comunicador, el origen de la popular bebida alcohólica se dio en un bar de barrio La California, llamado Bahamas, un día de tope en San José.
“Llegaron los caballistas y nos pidieron un trago con picante. En un primer momento fue un trago de guaro con chile picante, pero esta fórmula fue mejorándose durante meses hasta llegar a la que hoy conocemos, que es una mezcla de jugo de tomate, limón, guaro y especies muy costarricenses”, afirmó.
El negocio continúa en manos de un socio de Azofeifa.
