Ser un consumidor es complicado. Incluso personas observadoras y con sentido común pueden tener dificultades para comprender un desglose de precios, descripciones en las etiquetas de los productos o las promociones que lanzan los supermercados; sitios que en conjunto con los distribuidores tejen sus propias estrategias de venta para generar su ingreso.
Hoy cuando Costa Rica sufre una tendencia al alza en el costo de los combustibles, los bienes de consumo también suben de precio, por lo cual conviene afinar la vista y seguir algunas estrategias de compra para rendir más su dinero al llenar la alacena.
La información bajo estas líneas emana de la organización no gubernamental de defensa de derechos del consumidores Consumer Reports de Estados Unidos, Dietistas de Canadá (una asociación de profesionales de ese país de impulso a la alimentación sana), la Comisión Australiana de Competencia y Consumo del Gobierno de ese país y Business Insider, medio de noticias financieras y empresariales.
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1. Sepa qué tiene guardado. Si lleva semanas o meses sin hacerlo, haga un inventario completo de qué tiene guardado en su congelador y su despensa antes de la próxima visita al supermercado. Podría descubrir que tenía previsto comprar bienes ya almacenados. Esta inspección podría atajar gastos innecesarios cada quincena.
2. Sin desperdicio. Verifique las fechas de caducidad y de consumo preferente de sus víveres. Elija aquellos con una fecha de consumo sugerida o una caducidad que le brinde tiempo suficiente para consumir todo y así evitar el desperdicio y, en consecuencia, pagar por algo sin uso.
3. Lleve calculadora y lista. Escriba sus compras y apéguese a su listado de productos, preferiblemente luego de planificar tandas de comida por semana. Puede tomar fotografías del interior de su refrigeradora y alacena de referencia para identificar qué le falta. Sin excepción, use una calculadora para ir sumando montos antes de pagar y así lograr ceñirse a un presupuesto y a la propia lista.
4. Piense diferente. Haga una compra grande en vez de muchas pequeñas. Cuanto más visite el punto de venta, es más probable que tome cosas extra. Preste atención a productos similares en la parte superior e inferior de las góndolas. El espacio del medio en estas (justo a la altura visual de los clientes) podría tener los artículos a un precio un poco más alto por ser un sitio preferencial. Antes de pagar, revise sus artículos y valore si alguno es innecesario y debería volver al estante.
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Bienes de larga duración como granos y arroz pueden ser adquiridos a granel para su consumo. Esto distancia las compras y le puede generar ahorro. (Imagen con fines ilustrativos). (Agencia Ojo por ojo)
5. Jamás con hambre. Nunca haga sus compras con el estómago vacío pues podría sentirse más tentado a comprar alimentos poco saludables y que no necesita por un impulso pasajero derivado de sentir hambre. Acostúmbrese a ir al supermercado o abastecedor con el estómago lleno.
6. Compre a granel si tiene sentido. Puntos de venta a granel, pueden ser de interés por ofrecer artículos no perecederos como granos secos, mieles, artículos de limpieza y ciertos condimentos que tardan más en caducar. Por lo tanto, compre a granel en estos establecimientos u otros si dichos bienes están en oferta. ¿Otros alimentos de larga duración? Azúcar, sal, pastas, enlatados, harinas y aceite.
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7. Precio por unidad. Siempre compare el precio unitario de artículos similares. El precio unitario le dice cuánto cuesta algo por unidad de medida: por gramo, por mililitro, etc. Por lo general, el precio unitario figura en letra pequeña debajo del precio principal y está allí para ayudarlo a discriminar si un tamaño grande o pequeño de un producto es mejor compra. Si ese dato no está en la etiqueta del artículo, divida con su calculadora el precio del bien entre el peso o cantidad (gramos, libras, kilos, mililitros) escrito en la descripción del producto.
8. Memorice precios. Anote los precios regulares de los 10 a 12 alimentos que adquiere con regularidad. Eso le facilitará identificar los ciclos de ventas de estos artículos: cuando están en oferta o cuando sube su costo.
9. Visite otro sitio. ¿Siempre acude a los mismos establecimientos? Quizás su gasto regular podría beneficiarse de comprar en sitios diferentes como ferias del agricultor, pulperías, panaderías o abastecedores en lugar de ceñirse solamente al supermercado o tiendas de alimentos especializadas.
10. Marca genérica. Si no desea cambiar el lugar donde compra, intente variar qué pone en su carrito de compras. Una de las maneras más fáciles de ahorrar en comestibles es comprar la marca del propio supermercado la cual suele ser más cómoda que otras en líneas de artículos similares.