Una falla en el transformador que alimentaba de fluido eléctrico a las grúas pórticas paralizó la operación de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM) desde el pasado 20 de mayo.
Producto de ese problema, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) se vio obligado a trasladar la atención de 19 embarcaciones al muelle de la estatal Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
La concesionaria holandesa estima que perdió alrededor de $3 millones por no atender esos navíos, que significaban unos 11.400 movimientos de contenedores.
Sobre los hechos que pudieron haber causado el daño en el transformador eléctrico, la empresa portuaria no descarta “ninguna opción”, entre ellas un posible sabotaje.
En 2015, ya un grupo organizado saboteó dos puentes bailey que comunicaban la ruta 32, con la construcción de la isla artificial, sobre la que hoy se encuentra el megapuerto. Por esas estructuras, diariamente pasaban 80 vagonetas con material de relleno para las obras.
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El director de APM Terminals, Kenneth Waugh, conversó con La Nación sobre la falla eléctrica y otros de los problemas que ha enfrentado el megapuerto en sus tres primeros meses de operación oficial.
– ¿APM Terminals descarta que el problema en el transformador haya sido ocasionado por un sabotaje?
– En este momento no se descarta ninguna opción de causa, lo que pasa es que primero nos enfocamos en resolver el problema. Después tenemos tiempo para revisar qué ocasionó la falla. En ese sentido, hay una variedad de posibles eventos y no se descarta ninguno.
“Revisaremos con calma qué fue lo que impactó el transformador, esto tiene implicaciones de seguros y de garantías. Realizaremos una autopsia del transformador para poder determinar la causa de la falla”.
– ¿Han aumentado la seguridad en la plataforma portuaria?
– Actualmente tenemos la vigilancia normal. Tenemos más de 300 cámaras que cubren la isla y todas las áreas operacionales, incluyendo la estación eléctrica.
“No hemos agregado nada, sino que básicamente se tomará un tiempo para revisar las distintas cámaras y el transformador, para ver qué fue lo que pasó”.
– ¿No han revisado las cámaras todavía?
– “No hemos hecho eso todavía".
– ¿Cuándo van a tener lista la solución definitiva de la falla eléctrica?
– Por la necesidad de resolver el fluido eléctrico de las grúas, se logró identificar un transformador de las mismas características. No se tuvo reserva de traerlo por vía aérea para resolver rápido.
“Este transformador llegará esta tarde a Costa Rica, a bordo de un Antonov AN-124 (una de las aeronaves más grandes del mundo) y será trasladado a Limón.
“Creemos que quedará instalado, con las pruebas y listo para operar el lunes o martes de la próxima semana. Con eso tendríamos ya la solución permanente al sustituir esa línea de suministro y con la solución técnica temporal que logramos instalar ayer, ahora tenemos dos opciones”.
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– Se han tenido que trasladar 19 buques por la falla eléctrica ¿De cuánto sería el impacto financiero para APM Terminals?
– Definitivamente, la reducción de volumen tiene un impacto financiero, sin embargo sabemos que todo proyecto al inicio va a tener que resolver problemas de arranque y en estos casos hay asuntos extraordinarios.
“En esto soy claro, este transformador da una falla que nadie esperaba y tiene un impacto de costos, tanto por la pérdida de contenedores que se tuvieron que movilizar a Japdeva, como los costos de reparación, viendo la necesidad de trasladar por vía aérea un nuevo transformador”.
– ¿Y de cuánto sería ese impacto financiero?
– Es pequeño cuando uno ve el panorama de las cosas. Tenemos un contrato de operación portuaria de 29 años y no se puede pensar que el golpe financiero vaya a desestimar la operación, por un evento que se da de manera aislada en los primeros meses de operación.
"Todavía no tenemos detallado el monto, pero lo estaremos cuantificando. Eso tiene implicaciones como usted lo dice, son 19 barcos y 11.400 movimientos de contenedores, estaríamos hablando de alrededor de $3 millones.
– Desde la inauguración oficial, la Terminal de Contenedores de Moín ha presentado tres problemas: un atraso en la operación que colapsó la ruta 32, la caída de un contenedor vacío al mar y ahora la falla eléctrica ¿Pierde imagen y confianza el megapuerto con estos acontecimientos?
– Hubiera preferido que todo sea perfecto. Ahora, como le digo, no es razonable pensar que todo va a salir bien en una terminal de esta magnitud.
“En varias ocasiones nos hemos reunido con la Cámara Costarricense de Navieros para hablar del cambio en la logística y de todos los elementos que entran en esa cadena. Antes no había citas, ahora sí; antes se llegaba cuando se podía, ahora hay ventanas para los barcos... entonces hay una serie de ajustes que no solo le corresponden a la TCM.
"Hemos tenido algunos eventos fuera de nuestro control, como el anuncio de la demarcación de la ruta 32, que disparó la llegada masiva de camiones no de acuerdo a la cita, entonces esto lo que hace es elevar la importancia de entender cómo trabaja la terminal y cómo cambia la logística portuaria.
"Por más de un año hemos hecho entrenamientos con los diferentes jugadores de la cadena, para explicarles cómo funcionaba la terminal y algunas cosas no fueron previstas en ese momento porque no se logró identificar el impacto específico que tendrían cada uno de ellos. Ya se van identificando, resolviendo y vamos a tener una terminal que va a operar eficientemente, cuando todos participemos en ella de la manera que debe ser”.
– En comparación con otras terminales internacionales de APM Terminals ¿usted considera que la llamada curva de aprendizaje ha sido lenta o incluso cara?
– Iniciamos la operación con más de un año de entrenamiento previo, se llevaron a los operadores de grúas a otros países para que tuvieran la posibilidad de ir practicando en condiciones reales. Ahora, esos operadores no van a adquirir experiencia si no operan los equipos constantemente, y ahí tal vez es donde decimos que la curva de aprendizaje es normal.
“Es el proceso por el que hemos ido, no es fácil decirle a todo el mundo que nos tenga paciencia, pero también hay que entender que esto es un cambio grande en todos los paradigmas de la logística”.
– ¿Considera que con estos fallos se incurriría en algún incumplimiento del contrato?
– No lo considero así. El contrato es bastante amplio en otorgar plazos de remediación y reparación, porque reconoce que ninguna terminal puede operar perfectamente siempre.
"Lo importante es que la empresa tenga el compromiso claro de resolver los problemas en el menor tiempo posible, creo que tenemos bastantes ejemplos de cómo APM Terminals ha logrado reaccionar. Creo que son pocas las empresas que harían la inversión de esta magnitud para hacer llegar un transformador por vía aérea”.
– ¿Se debería mantener una operación mínima suficiente en el muelle de Japdeva para atender portacontenedores en caso de emergencias, como ya ocurrió en dos ocasiones?
– Tratar de justificar la manutención de Japdeva como un respaldo sería demasiado caro. Me parece lógico, que desde el punto de vista de eventos extraordinarios, uno quisiera tener la mayor infraestructura posible, pero tiene que ser un análisis razonable.
“Ahora, también hay que separar el inicio de operaciones de la Terminal de Contenedores de Moín, de las operaciones regulares.
“Japdeva ha tenido en sus manos el plan maestro, en el cual se puede desarrollar un puerto de carga general y esto no quitaría su capacidad para que en caso de emergencia puedan atender portacontenedores.
“La confiabilidad de la TCM irá subiendo, porque sería muy difícil que estos eventos se vayan repitiendo, a menos que, como pregunta usted, haya mano criminal o la intención de sabotaje”.
