
Aunque estaba claro que la fracción del Partido Restauración Nacional (PRN) iba a votar contra el proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, sus 14 diputados enfatizaron, una y otra vez, antes de votar, que sus posiciones particulares sobre la reforma tributaria eran negativas.
En los minutos finales del trámite legislativo este viernes, los restauracionistas dedicaron sus discursos de fondo a atacar la iniciativa. Varios de ellos no usaron ni dos minutos para exponer sus argumentos pero insistieron en que la iniciativa gubernamental “no tiene rostro humano”.
Bajo ese argumento, los congresistas del PRN se presentaron como defensores de los “más necesitados” y, específicamente, criticaron con dureza el componente del impuesto sobre el valor agregado (IVA) para los bienes de la canasta básica, así como el gravamen sobre medicinas y los servicios de salud privados.
“Restauración ha defendido a los sectores más vulnerables y no está de acuerdo en que se le pase la factura al pueblo por las malas gestiones de 30 años de administraciones que han sido irresponsables”, acusó el jefe de la bancada, Carlos Avendaño, para quien esta es su tercera ocasión en ocupar una curul.
En diversas intervenciones saltaron inexactitudes, como cuando Melvin Núñez indicó que se cobrará el IVA sobre la educación privada; otros alegaron que hubo atropellos en el procedimiento. La alajuelense Nidia Céspedes, por ejemplo, aseguró que, por el impuesto del 1% a la canasta básica, “los niños, en vez de tomar leche, van a tener que tomar cerveza, porque es más barato”.
Harllan Hoepelman, en tanto, apuntó que no se podía apoyar una reforma fiscal, “si el gobierno no se compromete públicamente a congelar el empleo público”, esto a pesar de que la reforma ataca directamente el crecimiento de los pluses salariales de los empleados estatales y, por otro lado, se encuentra vigente un decreto ejecutivo que congeló los nombramientos en el Gobierno.
Esta es la versión final del proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas que tanto atacaron los legisladores de Restauración Nacional:
Núñez incluso habló contra los salarios de lujo, aunque en la iniciativa fiscal se les pone un techo a los salarios de altos jerarcas y se congelan sus aumentos salariales.
“Aprobaron el impuesto a la canasta, a las medicinas, a la educación pública y privada. Se necesita que la gente no solo tenga conciencia, que no viva de las apariencias y que la gente vote consecuentemente”, dijo Núñez cuando pidió a los demás congresistas que votaran en contra de la reforma.
El diputado alajuelense Ignacio Alpízar insistió en el reclamo de la falta de un “rostro humano” en el proyecto tributario y reclamó por la “tramitación realizada de forma acelerada” al asegurar que esa situación no permitió una reflexión adecuada. “Es injusto que se grave la venta de rifas y comidas que se hacen en las Juntas de Educación”, mantuvo en su intervención.
En el caso de la cartaginesa Xiomara Rodríguez, reconoció que se requiere una reforma fiscal, pero alegó que no la que propuso el Gobierno, porque “se está viendo solo un panorama, pero no la realidad de quienes van a salir afectados”.
En todos los discursos de diputados de Restauración, el énfasis estuvo en que, el de ellos, es un partido de corte cristiano e hicieron varias referencias a las acciones que las Iglesias evangélicas hacen por “la gente más pobre”. “Sabemos dar”, resaltó Harlan Hoepelman.

El limonense Giovanni Gómez aseguró que él, como “padre de la patria” quiere “lo mejor para sus hijos” y apuntó que el plan tributario “debe aprobarse pero con cambios importantes a favor de los que menos tienen capacidad adquisitiva”.
“Se ha tomado con ligereza esta votación, me preocupa que haya despidos masivos y cancelación de programa sociales. Es nuestro deber escuchar al pueblo y garantizar de forma justa que sus peticiones sean tomadas en cuenta. Seamos conscientes de que debemos aportar según nuestras posibilidades”, dijo Gómez.
La guanacasteca Mileidy Alvarado también apuntó que está consciente de que se requieren levantar las finanzas del país e inyectarle recursos al Gobierno, pero agregó que “nunca perjudicando a los más vulnerables, ni tocando el bolsillo de los costarricenses que menos recursos tienen, no es de recibo”.

