Luego de fracasar en el primer intento, la Iglesia católica nuevamente busca sentar en la mesa de diálogo al Gobierno de Carlos Alvarado y a la Unión Sindical, tras la aprobación definitiva de la reforma fiscal, motivo de la huelga que inició el pasado 10 de setiembre.
“Urge la construcción de consensos mediante una amplia mesa de diálogo social. Además de encontrar soluciones al déficit fiscal, esta mesa de diálogo servirá también para recuperarnos del deterioro de la democracia que estamos experimentado y encausar el camino de la cohesión social y de la paz”, comunicó la Conferencia Episcopal.
A pesar de “valorar” el esfuerzo de los actores sociales involucrados en la aprobación del paquete tributario, la Iglesia católica le recordó al Gobierno de Alvarado que la discusión fiscal no debe centrarse únicamente en temas económicos. A criterio de los sacerdotes, también debe involucrar otros aspectos como la ética.
En lo que sí coincide la Iglesia Católica con el Gobierno de la República, es en que para solucionar la delicada situación fiscal que atraviesa nuestro país, se necesita de una agenda económica que ´debe ir más allá´ de la aprobación de la reforma fiscal.
En setiembre anterior, la Conferencia Episcopal fungió como intermediaria entre el Gobierno y la Unión Sindical. El objetivo era deponer la huelga y abrir una mesa de diálogo entre las partes para discutir el futuro de la reforma fiscal.
No obstante, después de un acuerdo preliminar entre las partes, que surgió después de más de 100 horas de negociación, las bases sindicales rechazaron el pacto y decidieron mantener en pie la huelga contra el paquete tributario, que finalmente se aprobó en la Asamblea Legislativa, al margen de la protesta.