
Bogotá, Colombia. El precandidato presidencial y senador colombiano Miguel Uribe Turbay, que fue atacado a balazos en junio en un acto público, falleció el lunes a los 39 años tras pasar dos meses en cuidados intensivos.
La muerte de Uribe, favorito de la derecha para las elecciones presidenciales de 2026, reabre heridas en un país atravesado por la violencia y los atentados contra políticos en las décadas de 1980 y 1990.
El legislador de oposición murió a la 1H56 locales (6H56 GMT) luego de sufrir una nueva hemorragia cerebral el sábado, según la clínica donde estaba internado.
La noticia fue confirmada por su esposa, María Claudia Tarazona, a través de un mensaje en Instagram: “Gracias por una vida llena de amor. Descansa en paz, amor de mi vida, yo cuidaré a nuestros hijos”.
Y agregó: “Siempre serás el amor de mi vida. Gracias por una vida llena de amor, gracias por ser un papá para las niñas, el mejor papá para Alejandro. Pido a Dios me muestre el camino para aprender a vivir sin ti. Nuestro amor trasciende este plano físico. Espérame, que cuando cumpla mi promesa con nuestros hijos, iré a buscarte y tendremos nuestra segunda oportunidad”.
Uribe permanecía en cuidados intensivos desde el 7 de junio, cuando un menor de 15 años le disparó en tres ocasiones, dos de ellas en la cabeza, durante un mitin en un barrio popular de la capital.
Aunque a mediados de julio mostraba signos de mejoría y había iniciado un proceso de neurorehabilitación, su estado se agravó este sábado por una hemorragia cerebral.
Uribe deja un hijo pequeño y tres hijas adolescentes de su esposa, a quienes consideraba como propias.
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Videos de celular muestran el momento del atentado el 7 de junio, durante un mitin en un barrio popular de Bogotá. Disparos, gritos, el candidato ensangrentado se desploma. Sus escoltas hieren en la pierna al atacante de 15 años mientras huye.
El menor le disparó tres veces, dos en la cabeza, en un caso investigado por la fiscalía como “magnicidio” para identificar a los autores intelectuales.
“Sentimos tristeza porque nuestra vida es menospreciada por las estructuras criminales que nos gobiernan”, dijo a la AFP el profesor de 64 años, Pablo Peña, con voz entrecortada en el sitio del atentado. Un puñado de personas rezaba allí este lunes junto a un altar con imágenes católicas, velas y flores.
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Disidencias en la mira
Uribe era favorito de la derecha para ser candidato en las elecciones presidenciales de 2026.
Las autoridades han capturado a seis personas, incluido el pistolero, y señalan como principal sospechosa a la disidencia de las FARC conocida como Segunda Marquetalia.
Alias Zarco Aldinever, número dos de esa organización, murió recientemente en Venezuela por un ataque de la guerrilla ELN, informó el ministerio de Defensa este lunes.
Entre los detenidos están el menor que disparó y Elder José Arteaga Hernández, conocido como “El Costeño”, supuesto cerebro logístico del ataque.
La fiscalía les imputará nuevos cargos por “el delito de homicidio agravado”, dijo el lunes un responsable a la AFP.
“Al gobierno le queda repudiar el crimen y ayudar. Sea de cualquier ideología, la persona y su familia, su vida y su seguridad es, para el gobierno, la prioridad”, dijo en la red social X el presidente izquierdista Gustavo Petro.
La vida de Miguel Uribe estuvo marcada por la violencia del conflicto armado colombiano.
Su madre, Diana Turbay, fue asesinada mientras estaba secuestrada por orden de Pablo Escobar en 1991. La afamada periodista murió en medio de un operativo de uniformados que intentaban rescatarla. El capo de la cocaína ordenó su rapto en medio de una campaña de terror para evitar la extradición de narcotraficantes colombianos a Estados Unidos.
Uribe tenía cuatro años cuando quedó huérfano junto a su hermana mayor María Carolina. Su abuelo Julio César Turbay fue presidente entre 1978 y 1982.
Luego él se hizo también político, con una ideología centrada en la seguridad, ofensiva contra el narcotráfico y en oposición al acuerdo de paz de que desarmó a la guerrilla FARC en 2017.
Presidenciales 2026
El atentado marca la campaña hacia las presidenciales, con el fantasma del magnicidio que en el pasado frenó con balas la aspiración presidencial de cinco políticos en el siglo XX.
Entre 2016 y 2024, al menos 74 candidatos a cargos de elección popular fueron asesinados en Colombia, según el centro de investigación Indepaz.
“La violencia no puede seguir marcando nuestro destino. La democracia no se construye con balas ni con sangre” dijo la vicepresidenta Francia Márquez, sobreviviente a un atentado con granadas y fusiles en 2019.
Los restos de Uribe son velados en el Congreso desde la tarde de este lunes hasta el miércoles.
La Organización de Estados Americanos, Naciones Unidas y varios gobernantes del mundo lamentaron el fallecimiento de Uribe.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, exigió en X “justicia para los responsables”.
“El mal todo lo destruye, mataron la esperanza”, escribió en X el expresidente colombiano y máximo líder de la derecha Álvaro Uribe, en prisión domiciliaria y condenado por soborno a testigos. El exmandatario no tiene vínculos familiares con el senador asesinado.
Las autoridades han detenido a seis personas por el ataque, incluido el menor que disparó y Elder José Arteaga Hernández, alias El Costeño, señalado como el supuesto cerebro logístico. Según la Policía Nacional, detrás del atentado estaría la disidencia de las FARC conocida como Segunda Marquetalia.

