
Brasilia. El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue detenido este sábado y enviado a prisión preventiva por orden del juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, debido a un “riesgo concreto de fuga” detectado durante la madrugada.
La decisión agrava la situación judicial del exmandatario, quien cumplía arresto domiciliario desde agosto mientras apelaba una condena de 27 años de cárcel por conspirar para impedir la asunción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva tras las elecciones de 2022.
La detención preventiva ocurre antes de ejecutarse formalmente la condena, según aclaró el magistrado, quien explicó que la medida responde a actuaciones recientes de Bolsonaro y su entorno que apuntaban —según el Ministerio Público y la Policía Federal— a un intento de evadir la justicia.
De acuerdo con el documento judicial, Bolsonaro intentó romper el dispositivo electrónico de rastreo que tenía asignado desde agosto, lo que fue interpretado por las autoridades como un paso previo para fugarse.
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El juez Moraes señaló que el exmandatario habría buscado aprovechar la confusión generada por una vigilia convocada por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, la tarde de este sábado frente a la residencia familiar. En ese contexto, consideró que la movilización podía facilitar una fuga hacia alguna embajada cercana.
El condominio donde reside Bolsonaro se encuentra a unos 15 minutos en automóvil del sector de embajadas de Brasilia, entre ellas la de Estados Unidos.
Flávio Bolsonaro llamó el viernes a una manifestación con un mensaje directo:“¿Vas a luchar por tu país o vas a mirar todo desde tu celular? Te invito a luchar con nosotros”.
Para el juez Moraes, este llamado formaba parte de una estrategia para abrir paso a la evasión del expresidente.

Traslado a un complejo policial y evaluación médica
Bolsonaro, de 70 años, fue trasladado a un complejo de la Policía Federal en Brasilia, donde se le realizan exámenes médicos antes de definir su ingreso a prisión. El magistrado ordenó que un médico lo acompañe permanentemente debido a su estado de salud.
La Corte Suprema programó una audiencia de custodia virtual para el domingo, mientras que el lunes los demás jueces de la primera sala deberán votar la ratificación de la prisión preventiva.
En setiembre, Bolsonaro fue condenado a 27 años de cárcel en régimen cerrado por conspirar para impedir la transición democrática en 2023.
La Corte rechazó en noviembre un recurso contra la sentencia.
Su defensa sostiene que el exmandatario enfrenta un “riesgo de vida” si es enviado a prisión debido a su frágil salud, marcada por múltiples cirugías derivadas de una puñalada sufrida en 2018.
Entre sus secuelas destacan problemas respiratorios, reflujo e “hipo incontrolable”, que han provocado episodios de falta de aire y desmayos.
Los abogados pidieron que pueda cumplir la pena en su casa por “razones humanitarias”, y recordaron que el expresidente Fernando Collor de Mello obtuvo prisión domiciliaria por motivos de salud en un caso similar. La defensa asegura que presentará nuevos recursos antes de que venza el plazo este lunes.
A pesar de sus problemas judiciales y de salud, Bolsonaro sigue siendo el líder central de la derecha y la ultraderecha en Brasil, con fuerte influencia política sobre su base y su partido.
Su situación judicial y la percepción de persecución por parte de sectores conservadores podrían intensificar las tensiones políticas en el país.
