Miami, Estados Unidos. El secretario de Estado, Marco Rubio, prometió este martes que Estados Unidos seguirá utilizando “todo su poder” para “erradicar” a los cárteles de la droga, después de que fuerzas de ese país destruyeran en el Caribe una embarcación proveniente de Venezuela.
“El presidente Donald Trump ha dejado muy claro que va a utilizar todo el poder de Estados Unidos, todo el poderío de los Estados Unidos, para enfrentar y erradicar estos cárteles de la droga, sin importar desde dónde operen”, dijo Rubio a los periodistas al salir de Miami rumbo a una visita a México.
Rubio lanzó la advertencia en vísperas de la firma de un protocolo de seguridad con el gobierno de México, que rechaza la oferta del presidente estadounidense, Donald Trump, de enviar tropas para exterminar a los cárteles mexicanos, a los que designó en febrero como grupos terroristas.
Según Trump, los traficantes muertos pertenecían a la banda venezolana Tren de Aragua, también rotulada como terrorista. El mandatario norteamericano acusa al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de encabezar un cártel y desplegó buques de guerra en el sur del Caribe en lo que presentó como una operación antidrogas.
Por su parte, Maduro denuncia esa operación como una amenaza militar contra su país.
Rubio se reunirá el miércoles con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, en la primera escala de un viaje que lo conducirá luego a Ecuador, donde gobierna Daniel Noboa, aliado de Trump.
El Departamento de Estado dijo que el secretario exigirá en ambos países “acción rápida y decisiva para desmantelar a los cárteles, detener el tráfico de fentanilo, acabar con la inmigración ilegal” y contrarrestar la influencia “maligna” de China.
“He ofrecido enviar al ejército, y ella (Sheinbaum) no quiere que hagamos eso (...), está muy asustada”, declaró Trump la semana pasada al medio Daily Caller.

Horas antes de la llegada de Rubio, la presidenta dijo que trazará un límite claro a una eventual intervención militar estadounidense en México, luego de que Trump firmó una orden que autoriza el empleo del ejército contra las organizaciones del narcotráfico.
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Sheinbaum agregó que México no aceptará “injerencismo”. “No aceptamos tampoco violación a nuestro territorio, no aceptamos subordinación, sino sencillamente una colaboración”.
Pese a los amagos de Trump, muy pocos prevén que el magnate tome la drástica decisión de desplegar tropas en suelo mexicano.
México prioriza la cooperación con Trump
Sheinbaum defiende ideas de izquierda, pero ha buscado puntos en común con Trump, tal como hizo su predecesor y mentor Andrés Manuel López Obrador (2028-2024) durante el primer mandato del republicano.
México ha cooperado con el reforzamiento de la frontera contra los flujos de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos desde Centroamérica y otras regiones del mundo. Ha entregado además a medio centenar de criminales buscados por Washington.
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También ha tomado medidas para reducir las importaciones desde China, cuyos fabricantes ven a México como un puente hacia el mercado estadounidense.
“Sheinbaum desde el principio decidió que buscaría una relación cooperativa y colaborativa con la administración de Trump”, dijo Jason Marczak, vicepresidente y director del Centro para América Latina del think-tank Atlantic Council.
“Ha sido enfática en defender la soberanía mexicana, pero al mismo tiempo en acercarse a Estados Unidos y ver dónde pueden trabajar juntos”, agregó.
La estabilidad de la relación marca un agudo contraste con las campañas de presión de Trump contra los líderes izquierdistas de otras dos potencias latinoamericanas, Brasil y Colombia.
Trump ha expresado respeto por Sheinbaum y meses atrás tuvo el inusual gesto de darle crédito por una campaña de combate al fentanilo, el potente analgésico detrás de una epidemia de sobredosis en Estados Unidos.
Los mexicanos rechazan a Trump, quien ascendió políticamente describiendo a los migrantes de este país como “violadores” y con la promesa de erigir un muro para sellar la frontera sur.
La imagen de Estados Unidos se ha deteriorado más drásticamente en México que en cualquier otro país desde el regreso de Trump.
Según una encuesta del centro de investigación Pew publicada en julio, un 91% de los mexicanos no confían en Trump.
Sheinbaum, en contraste, ha ganado apoyo por su manejo de la relación con el líder estadounidense, así como por el resto de su agenda, con sondeos que muestran que tres cuartas partes de los mexicanos aprueban su gestión.
