
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía mundial crecerá 3,7%, tanto en el 2018 como en el 2019, según mostró su más reciente informe Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en inglés), titulado Desafíos para el crecimiento estable.
La cifra es menor a la que había anunciado en abril (3,9%). Sin embargo, este nivel de crecimiento se ubicaría por encima de los incrementos vistos entre los años 2012 y 2016.
La revisión a la baja de la previsión de crecimiento mundial y la expectativa de que el año 2019 no mostrará mejorías respecto al 2018, se debe a que el comportamiento de las economías clave ha demostrado ser menos equilibrado de lo esperado.
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Algunos choques que pueden impactar negativamente a la economía han tomado fuerza, como la posibilidad de que las negociaciones del Brexit sean poco exitosas o que Estados Unidos abandone su crecimiento robusto luego del efecto de acomodo de los impuestos. Además, el comercio, la manufactura y la inversión se debilitan.
En varias economías clave, el crecimiento es apoyado por políticas que son insostenibles en el largo plazo, lo que exacerba la necesidad de que los responsables políticos actúen, explicó Maurice Obstfeld, consejero económico y director de Investigación del FMI.
El caso de Estados Unidos y China
La perspectiva del crecimiento de este país se redujo para el 2019, debido a las tarifas anunciadas para una gama amplia de importaciones de China y las represalias de esta nación. La previsión de China también fue revisado a la baja.
El dinamismo de la nación norteamericana, impulsado por un paquete fiscal procíclico, mantiene un ritmo sólido que a su vez impulsa al alza las tasas de interés estadounidenses.
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Sin embargo, una vez que esos estímulos vayan en reversa, el crecimiento de Estados Unidos disminuirá.
En el caso de China, las políticas que impulsa el país podrían evitar un descenso mayor del crecimiento que estima el FMI, pero a cambio prolongará los desequilibrios financieros internos, explica el WEO.
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Retos de las economías
En comparación con el WEO publicado en abril, el FMI redujo el crecimiento proyectado en 0,1 punto porcentual para las economías avanzadas.
Las economías avanzadas disfrutan de condiciones financieras “fáciles”, e inflaciones casi que inactivas; mientras, las economías emergentes y en desarrollo las finanzas se han estrechado en los últimos seis meses.
El ajuste gradual de la política monetaria de Estados Unidos está impactando a las países de menor tamaño.
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Además, algunos eventos salieron a la luz, según expuso el FMI en su informe. Parte de ellos fueron las sorpresas que suprimieron la actividad a principios del 2018 en algunas economías avanzadas, como los efectos negativos de las medidas comerciales -implementadas o aprobadas entre abril y mediados de septiembre-.
La reducción es más severa en el caso de economías emergentes y en desarrollo. El ente internacional bajó las estimaciones en 0,2 y 0,4 puntos porcentuales, respectivamente.
La perspectiva más débil para algunos mercados emergentes y economías en desarrollo se explica por factores específicos de cada país, condiciones financieras más estrictas, tensiones geopolíticas y mayores facturas de importación de petróleo.
“En términos generales, sin embargo, vemos signos de menor inversión y manufactura, junto con un menor crecimiento del comercio”, dijo Obstfeld.
En países como Brasil, Argentina y Turquía, experimentan entradas de capital desalentadas, monedas debilitadas y presión en las tasas de interés y los diferenciales cambiarios.
Muchos bancos centrales han subido sus tasas de interés de referencia este año, e inclusive lo han hecho más de una vez.
Riesgos de corto plazo
Dentro de los factores que podrían llevar a la economía a crecer menos de lo proyectado por el FMI están los acuerdos comerciales regionales en proceso de cambio. Por un lado, Estados Unidos-México-Canadá, y la Unión Europea (por la negociación de términos del Brexit).
Además, la relación entre Estados Unidos y China, los aranceles interpuestos en las importaciones de automóviles, que “pueden interrumpir cadenas de suministro”, afirma el FMI.
“Los gobiernos tienen menos municiones fiscales y monetarias que cuando la crisis financiera mundial estalló hace diez años y, por lo tanto, debe construir sus reservas fiscales y mejorar la capacidad de recuperación de maneras adicionales”, explica Obstfeld.
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A largo plazo, los mayores retos van en línea con mejorar los ambientes de inversión y reducir la dualidad del mercado laboral y mejorar los sistemas educativos. Además, los peligros del cambio climático se intensifican. Todo esto en medio de tecnologías que llegaron para cambiar la naturaleza del mercado laboral.
