El Banco Central de Costa Rica (BCCR) informó que postergó nuevamente el ingreso de la inflación general al rango de tolerancia alrededor de su meta.
Ahora, el BCCR prevé que la inflación general ingrese al rango meta de entre el 4% y el 2%, respecto al objetivo del 3%, a inicios del 2027, y que la subyacente lo haga en el segundo semestre del 2026.
En julio pasado, el BCCR informó que la inflación general alcanzaba el objetivo en el segundo trimestre de 2026, mientras que la subyacente en los primeros tres meses de dicho año.
La Junta Directiva del BCCR señaló, este jueves, que la previsión se ajustó debido la información disponible y la reversión del choque climático que afectó la actividad agrícola e impactó los precios de algunos alimentos a finales del 2024 e inicios del 2025.
Sobre el ajuste anunciado, Róger Madrigal, presidente del BCCR afirmó: “No es que el Banco cambie la proyección, es que los insumos con los que se hace esta proyección en Costa Rica y el mundo cambian (...) Esperamos una inflación todavía baja en los próximos meses”.
No es la primera vez que el Banco Central posterga la entrada de la inflación al rango meta. En abril pasado, por ejemplo, se esperaba que la subyacente ingresara hacia el cuarto trimestre de 2025 y la inflación en el primero del 2026.
Madrigal detalló que la institución utiliza un enfoque prospectivo para sus proyecciones. Además, atribuyó la situación a la dinámica de precios en los combustibles y en el agro, que el año pasado experimentó alzas en algunos productos.
La nueva previsión del Banco Central se dio como parte del anuncio de la reducción de la tasa de política monetaria (TPM) del 3,75% a un 3,50%.
Críticas al BCCR
Por su parte, Rodrigo Cubero, expresidente del Banco Central, explicó que es importante entender que los modelos económicos usados son imperfectos.
No siempre se puede predecir lo que va a ocurrir exactamente, la situación van cambiando conforme se actualiza la información, sostuvo.
Según Cubero, el BCCR debe ajustar su política monetaria en línea con lo que establecen sus proyecciones; pero, desde su punto de vista, no está pasando en este momento.
“No pienso que un Banco Central pierda credibilidad porque sus modelos se ajusten, lo que pienso que es más importante para la credibilidad de un Banco Central es que ajuste su instrumental de política monetaria en línea con sus proyecciones”, expresó Cubero.
Para el expresidente del BCCR, las proyecciones del ente emisor evidencian que la política monetaria debería ser expansiva y no neutral, ante el comportamiento observado de la inflación y la previsión a futuro.
“¿Por qué deberíamos estar en terreno neutral si la inflación está por debajo de la meta y no retorna al 3% en el horizonte de proyección? (...) Tenemos una inflación negativa, muy, muy, por debajo de la meta del Banco Central, y signos claros de que la demanda interna está desacelerando“, afirmó Cubero.
Marco Otoya, director del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA), consideró que la postergación del ingreso al rango de tolerancia impacta en la credibilidad del BCCR.
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“Tenemos prácticamente dos años con inflación negativa y muy distante de su objetivo en materia de estabilidad de precios, que es una inflación controlada alrededor del 3%. Los agentes económicos no tienen información adecuada y certera para tomar decisiones de consumo y producción”, afirmó Otoya, quien agregó que esto también influye en las expectativas de inflación.
En agosto, la inflación en Costa Rica experimentó una variación interanual de -0,94%, de acuerdo con el índice de precios al consumidor (IPC), publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El indicador interanual acumuló cuatro registros consecutivos en terreno negativo: en mayo fue de -0,12%; en junio, -0,22%; y en julio, -0,61%. Con el resultado de agosto, la inflación suma 28 meses por debajo del rango de tolerancia.
A pesar de esto, Madrigal ha sostenido que el Banco Central cumple con el objetivo de estabilidad de precios, como lo indica el artículo 2 de la Ley Orgánica del Banco Central (Ley 7558).
Otoya consideró que mantener la tasa de política monetaria en un 4% por un periodo prolongado influyó en que la inflación se mantenga negativa, así como la estabilidad en los precios del petróleo.
“El no realizar ajustes prontos en materia de política monetaria hizo que la inflación se mantuviera en terreno negativo”, afirmó Otoya. Añadió que también incide la estabilidad en los precios de algunos productos agrícolas y de las materias primas.
En relación con las expectativas de inflación, estas se ajustaron a valores cercanos al 2%, que es el límite inferior de la meta establecida por el ente emisor y siguen por debajo del objetivo del 3%.
La mediana de las expectativas de inflación de la encuesta del Banco Central y las de mercado a 12 meses se ubicaron en 2%; mientras que a 24 meses, en 2,8% y 2,4%, respectivamente.
“Las proyecciones apuntan a un lento camino hacia cifras positivas, incluso un más lento ingreso al rango de tolerancia del BCCR; además las expectativas de inflación se encuentran pegadas al piso de ese rango de tolerancia e incluso en algunos meses por debajo”, comentó Mauricio Moya, líder de Inversiones de Mercado de Valores.
Justamente, la Junta Directiva del ente emisor indicó que prestó particular atención a la evolución esperada y reciente de la inflación interanual para decidir reducir su TPM en 25 puntos base (p. b.), para situarla en 3,50%.
Riesgos inflacionarios
Madrigal señaló que para los próximos meses se esperan niveles bajos de inflación, tanto por las expectativas inflacionarias como por lo que muestran los modelos de proyección del Banco Central.
En el acuerdo para reducir la TPM, la Junta del ente emisor señaló que la valoración de riesgos inflacionarios se inclina a la baja, con lo cual, de materializarse, podrían desviar este indicador de la trayectoria estimada por el BCCR.
De los riesgos a la baja indican que las expectativas de inflación se ubican por debajo de la meta de manera continua y factores externos asociados a la trayectoria de precios de bienes importados, entre ellos el petróleo, así como un crecimiento inferior al previsto de los principales socios comerciales del país.
Pese a que existe una inclinación a la baja, el Banco Central también señaló los riesgos cuya materialización podría ubicar la inflación por encima de su proyección. Entre esos figuran el escalamiento de los conflictos geopolíticos, una mayor fragmentación del comercio global y fenómenos climatológicos tanto locales como externos.
