
El abogado Randall Chuken, quien admitió tener cierta amistad con el presidente Rodrigo Chaves, declaró bajo juramento que sus clientes sostuvieron reuniones con el mandatario, en Casa Presidencial, para hablar de contratos públicos con el Estado. Sus clientes eran empresas como las constructoras mexicanas Tradeco y Caabsa, así como la española OHLA.
Tanto Chuken como Chaves procuraron normalizar los acercamientos ante la opinión pública, pero el exministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador, calificó de anormal que un presidente se involucre en conversaciones sobre contratos.
Amador relató que, cuando ejercía el cargo, le desconcertó la presencia del abogado en reuniones convocadas por Casa Presidencial con distintas empresas.
El 27 de noviembre, también bajo juramento ante la Asamblea Legislativa, el exministro y hoy candidato presidencial dijo que Rodrigo Chaves le daba instrucciones a Chuken para que le diera seguimiento a la posible cesión de un contrato de $180 millones a la firma mexicana Tradeco. Se trataba de la ampliación de la vía Barranca-Limonal, que estaba en manos de H Solís.
Exministro denunció presiones continuas y constantes por contrato
Amador sostuvo que Chaves ejerció presiones “continuas y constantes” durante unos seis meses, incluso en horas de la noche, para que se lograra la cesión del contrato y que una vez le dijo: “Me haría muy feliz que esto se le asigne a Tradeco”.
El exjerarca aseguró que Chaves entró en cólera cuando le dijeron que no era posible ceder la obra a Tradeco porque la empresa incumplía los requisitos financieros, pero él mantuvo su posición a pesar de la molestia del presidente.
Según declaró Amador, el abogado estuvo presente en dos reuniones con personeros de dos empresas que también estuvieron interesadas en Barranca-Limón: la firma brasileña Andrade Gutiérrez y otra cuyo nombre no recordaba, lo que le pareció extraño.
Chuken niega haber recibido instrucciones de Chaves
El jueves 4 de diciembre, Chuken declaró ante la Comisión para el Control de Ingreso y Gasto Públicos del Congreso. En la audiencia, negó que Chaves le diera instrucciones y reiteró que evalúa acciones legales contra el exministro al considerar que sus declaraciones afectaron su honor.
Calificó de falsa la apreciación de Amador de que él sea un “comisionista”. Argumentó que cobra a sus clientes por servicios profesionales y confirmó que asistió a seis reuniones con el mandatario.
Cuando se le consultó sobre la intervención del mandatario en conversaciones sobre contratos públicos, Chuken alegó: “Él es el jefe de Estado, el que puede lo más, puede lo menos”.
Chaves: ‘Me muero de risa’
Por su parte, Rodrigo Chaves dijo que la investigación penal sobre el caso de Tradeco es estúpida porque finalmente no se cedió el contrato a la firma mexicana y no existe un delito de “tentativa” de daño a la hacienda pública.
“Me muero de risa, porque no existe el delito, ningún delito a nivel de tentativa”, señaló. “Los únicos delitos que se castigan a nivel de tentativa en Costa Rica son los delitos contra la vida”, afirmó.
La Fiscalía tiene abierto un expediente por un presunto delito de peculado.
“Lo más que podría argumentar (Luis) Amador, que no se lo cree pero ni la mamá de él, es que yo cometí un delito contra la hacienda pública, o lo que fuese, a nivel tentativa, porque Tradeco nunca obtuvo ningún contrato”, continuó Chaves.
Agregó que su función fue evitar que el tramo Barranca-Limonal se le cediera a la empresa china CHEC. Según el exministro, esta empresa sí cumplía con los requisitos para asumir el contrato.
Reunión con Globalvía
Amador relató que, en otra ocasión, entre finales del 2023 e inicios del 2024, el presidente llevó a su despacho y al Consejo de Gobierno a la empresa OHLA (española), así como a los ejecutivos más altos de Globalvía y, en esa cita, también estuvo Randall Chuken.
Dijo recordar que, en la reunión, el presidente planteó que se le extendiera el contrato de la ruta 27 a Globalvía por otros 10 años, y que las ampliaciones las hiciera en conjunto con OHLA.
El exministro reprobó que la cesión del contrato se discutiese en Consejo de Gobierno, pues eso le corresponde al Consejo Nacional de Concesiones (CNC).
Al respecto, Chuken indicó: “En ese momento existía una pésima relación entre Globalvía y el gobierno. La empresa OHLA con su sucursal Caabsa, que es empresa mexicana, ellos tienen muy buena relación con OHLA; la reunión que se tuvo fue para tratar de limar asperezas con el gobierno y Globalvía”.
Según el relato de Amador, se sorprendió cuando lo convocaron a otra reunión y de nuevo encontró al conocido del presidente, esta vez en una cita con una empresa de Hong Kong que buscaba vender trenes de diésel al Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer). No obstante, Chuken negó conocer empresa alguna de Hong Kong interesada en vender trenes.
En su declaración ante el Congreso, el exministro también aseguró que el abogado llegó un día a su oficina en el MOPT y le ofreció dinero para una eventual campaña electoral, cuando se le mencionaba como la figura de la continuidad de Chaves.
Los diputados no le consultaron al Chuken al respecto.
Conoció a Chaves en un restaurante
Chuken detalló que conoció a Chaves, años atrás, a la salida de un restaurante, en Rohrmoser, “de manera social y casual”, cuando el hoy presidente era ministro de Hacienda durante el gobierno de Carlos Alvarado.
Adujo que, a partir de su rol profesional, ha construido cierta amistad con el presidente de la República.
Los hechos generan preguntas
¿Cuántas empresas logran reuniones con el presidente para conversar sobre negocios con el Estado? ¿Cualquiera que lo desee? ¿Es esa la función de un presidente, aunque Chuken alegue que el que puede lo más, puede lo menos?
Según la Constitución Política, la adjudicación de los contratos del Estado se rige por el principio de concurso público.
El asunto sugiere que al menos urge transparentar con quiénes se reúnen el presidente y los ministros.
