Byron Arias creció en las calles de La Trinidad de Moravia. Fue un niño alegre, simpático y extrovertido, que desde pequeño sintió pasión por hacer reír a quienes lo rodeaban. El arte siempre estuvo cerca de él y hoy vive de eso.
El nombre Byron Arias quizá no le resulte familiar de inmediato; sin embargo, basta mencionar a doña Clara, la mamá con delantal, cabello colocho y mal genio pasajero, para que muchos lo reconozcan. O quizá suceda lo mismo si se menciona a Carlos, el adolescente terco que saca de quicio a su madre y provoca carcajadas en redes sociales.
En plataformas digitales se le conoce como “Heybya”. Pese a ello, en la calle no lo llaman por su nombre real. Al escucharlo, la gente grita “¡Carlos, Carlos!” y él sabe que lo buscan a él.
Con solo 22 años, ha ganado el cariño de miles de costarricenses. Lo siguen para reírse con sus aventuras y, sobre todo, para identificarse con cada regaño de esa madre ficticia que muchos sienten real. Byron transmite calidez, humildad y un profundo amor por lo que hace.
Viene de una familia artística. Su padre ama la música, su madre pinta y uno de sus hermanos también es músico. Es el menor de cuatro hermanos. Desde niño lo ponían frente a una cámara y nunca apagaron su chispa expresiva, según cuenta.
Así se acercó al mundo del entretenimiento. Mientras sus hermanos tomaban otros caminos, él encontró compañía en youtubers como Germán Garmendia y Yuya. Con ellos nació su sueño: convertirse en un referente para otros.
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“Lo que yo veía me hacía llorar. Decía: ‘Yo quiero eso. Quiero vivir esa conexión y, ojalá algún día, hacer sentir a otras personas lo mismo que yo sentí’. Ese era mi sueño”, recordó con emoción.
Durante años, sus padres no le permitieron tener teléfono. Todo cambió con la llegada de Snapchat. Su hermana le prestó uno de los primeros iPhones, de aquellos que venían en colores, y entonces descubrió los filtros y comenzó a grabar contenido.
“Los amigos de mi hermana decían: ‘Mae, su hermano es increíble, es todo un artista’. Entonces pensé que había algo con la comedia. Desde pequeño siempre buscaba provocar risa. Ya en 2018 tuve mi primer teléfono y empecé a ver la cámara y todo”, explicó.

Creación de contenido para ganarse la vida
En 2019, cuando tenía 16 años y Costa Rica vivía los días más inciertos de la pandemia, Byron Arias grabó por primera vez un video de manera formal. Lo hizo gracias al impulso de su mejor amiga, Fiorella.
En ese entonces publicaba contenido en TikTok, que en ese tiempo todavía se le conocía como Musical.ly. En sus inicios alcanzaba hasta 10.000 reproducciones por video.
Al salir del colegio enfrentó un cambio abrupto; desde noveno sabía que sus padres no podrían costearle la universidad y por eso decidió arriesgarse. Continuó creando contenido y logró sostenerse económicamente. Con ese esfuerzo ingresó a la Universidad de Costa Rica, donde hoy estudia Artes Dramáticas.
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Durante esa transición nació el personaje que lo llevó al reconocimiento: la mamá. Todo empezó cuando su madre le compró su primera peluca en 2020 y, pensando en ideas para crear contenido, recordó una anécdota junto a su madre.
“Un día estaba recordando con mi mamá una situación que viví un 14 de setiembre, cuando me postulé para un concurso de faroles. Recuerdo que llegué tarde donde ella y le dije: ‘Mami, necesito un farol’. Entonces, mi mamá agarró un balde rojo que tenía guardado de una bolsa de una fiesta de cuando yo estaba en materno”, cuenta.
Continuó diciendo que “le pegó unas láminas que vendían en bazares, de esas que traen símbolos patrios, recortó una donde salía Juan Rafael Mora y otra con el escudo nacional, las pegó como pudo, le puso una candelilla y luego agarró un palo de escoba con un clavo en la punta y me dijo: ‘Sujételo ahí, y mañana se lo lleva’”, explicó entre risas.

Así nació su personaje más querido. Un día tomó el trípode, se puso la peluca y grabó a esa mamá que se roba las carcajadas de miles.
“Ahí nació el personaje de la mamá, completamente inspirado en la mía. Todo lo que cuento viene de ella”, afirmó con orgullo. Sus monólogos giran en torno a su familia, y su madre es la persona que más fácil le resulta imitar.
Pero doña Maribel, su madre, no solo lo inspira. También lo graba.
“Yo le pago a mi mamá para que me grabe los videos, y sí, la mayoría de los que ustedes ven en redes los ha grabado ella”, contó entre risas. “Mi mamá está ahí detrás de cámara y a veces me interrumpe para decir: ‘Yo no diría eso’. Entonces le respondo: ‘¿Y usted qué diría?’ Y ella me lo dice, y claro, yo lo incorporo de una vez”, comentó.
Un sueño cumplido
Byron cuenta con más de 300.000 seguidores en TikTok y ha producido videos que incluyen más de 30 bailarines, drones y equipos de grabación. Cuando se le pregunta si alguna vez imaginó hacer esto, la respuesta es sencilla: “Desde niño lo soñé”. Hoy ese trabajo lo llena de orgullo, aunque en ocasiones ha pensado en renunciar.
“Lo más difícil es confiar en uno. Confiar en lo que uno está haciendo. Porque son redes sociales y a veces todo es muy superficial. Uno cae en eso, pierde su esencia. Pierde a ese niño del 2018 o de cuando tenía 5 o 6 años, que grababa para compartir algo que sentía. Uno se ahoga en el estrés y en ese ruido de: ‘tengo que verme bien’”, explicó.

Byron publica contenido día por medio. Lleva consigo una “caja de sueños abierta” donde caben varios personajes y también su propia vida. En su sección Aventurillas muestra algo más íntimo de Byron, para darse un respiro de sus creaciones.
“Siento que es muy necesario mostrar ese lado humano. Aunque los videos tipo sketch ya son cercanos y permiten que la gente se identifique, también me gusta que vean que uno es una persona normal. Vivo en El Carmen de Guadalupe, estoy en mi casa como cualquiera“, comentó.
“A veces me topan en el súper cerca de donde vivo y me dicen: ‘¿Usted vive aquí?’. Y yo: ‘Sí, ¿de dónde cree que soy?’. Y me responden cosas como: ‘No sé, de Santa Ana o Escazú‘. Y yo: ‘¡Amiga, no! Yo ando en pantuflas comiendo por el barrio’”, agregó entre risas.
Byron espera que, en el futuro, sus redes evolucionen hasta convertirse en un programa de televisión, en el que desea incluir sus distintos formatos: Aventurillas, Martes de Movimiento, una sección de cocina y el universo que ha creado con personajes ficticios como Carlos, Clara y Miguel. Sus seguidores ya los reconocen y los esperan con cariño.
