De perfil bajo y poco conocido entre la población civil, pero con un amplio historial delictivo, exacerbado en los últimos años, cuando se le asoció con una organización criminal al norte de la capital. Así describen las autoridades a Michael Ricardo Quesada Meléndez, alias Shaggy, detenido este martes en León XIII, Tibás, como presunto cabecilla de una organización de tráfico de drogas y legitimación de capitales.
Además de Shaggy, las operaciones de este martes en la madrugada permitieron la detención de otros ocho sujetos, investigados por los delitos antes mencionados, cuatro causas de robo y al menos 22 homicidios.
La intervención incluyó 31 allanamientos simultáneos a partir de las 4 a. m., de los cuales 14 se ejecutaron en la ciudadela León XIII, en Tibás, considerada la base de operaciones del grupo.
A Quesada Meléndez, de 38 años, las autoridades le seguían la pista desde hace cuatro años, aproximadamente. Aunque había cambiado su domicilio electoral, su pequeño imperio lo mantenía afincado en León XIII.
Vivía en una casa de tres pisos, completamente en concreto y que difería significativamente del resto de domicilios más humildes de la zona.
La única que se le acercaba es otro mamotreto negro, de cinco pisos, que fue allanado en el 2020, cuando fue detenido Dennis Iván Cabrera Espinoza, alias Manzanita, sentenciado el año pasado a 40 años de cárcel por narcotráfico y lavado.


La casa de Shaggy es una estructura de tres plantas, recubierta con fachaleta, de unos 40 metros de fondo, en cuya parte trasera había un bar con iluminación en neón.
Las habitaciones contaban con pisos laminados y enormes fotografías, donde destaca una del presunto cabecilla, armas largas y decenas de municiones.
También hay varias referencias a Leónidas, el rey espartano que lideró a 300 guerreros espartanos en la batalla de las Termópilas en el año 480 a.C. Por ejemplo, un casco que estaba en el dormitorio principal y una imagen de Leónidas, según la representación que hizo Gerald Butler, en la película 300.
A un lado de la casa, otra propiedad del sospechoso tenía un gimnasio en el segundo piso, donde, al parecer, se ejercitaban los integrantes de la organización.
Dentro de lugar, las autoridades encontraron un centro monitoreo con una pantalla de 70 pulgadas que reportaba desde el exterior varias cámaras de vigilancia instaladas afuera del lugar.

Shaggy, sobreviviente de dos atentados
Michael Soto recordó que Shaggy ha sido blanco de dos atentados, incluido un ataque ocurrido en febrero de 2022.
En ese hecho murió su hijo menor, de apenas dos años entonces, y su pareja sentimental resultó herida. En el vehículo viajaban también su cuñada y otros dos menores, quienes lograron salir ilesos.
Aquello constituyó el segundo atentado contra Quesada Meléndez en menos de dos años: en el primero, ocurrido en 2020, él sobrevivió, pero un sobrino político falleció.
Soto indicó que, desde el atentado en 2022, la estructura venía creciendo con mucha violencia.
“Básicamente es eso: una estructura asentada en el norte de la capital, principalmente vinculada con drogas y legitimación de capitales, que estaba inclusive pugnando con alias Sobrino”, dijo Soto, en referencia a otro presunto cabecilla de apellidos Vargas García, detenido desde enero en Granadilla de Curridabat.
El jerarca detalló que este grupo ha protagonizado una escalada de violencia debido a su intento de expandirse hacia territorios controlados por otras estructuras. Algo que Soto definió como una “colonización criminal, que es ir tomando territorios de las estructuras que están a los lados”.
Aunque aclaró que la agrupación no se ubica al nivel de un cartel, como el caso detectado en Limón, sí subrayó que se trata de una organización fuerte y sumamente violenta, responsable de un aumento sostenido de agresiones y homicidios.
“Es un grupo que nos ha generado mucha violencia, que nos generaba una problemática importante. Si no actuamos con la rapidez con la que lo estamos haciendo, probablemente hubiese seguido creciendo”, añadió Soto.
La investigación del OIJ vincula a esta estructura con múltiples homicidios recientes y disputas territoriales por el tráfico de drogas en la Gran Área Metropolitana. Operativos recientes —incluyendo los del caso Los Leones— buscan desarticular sus redes y frenar su expansión.

Colaboró en esta información Vanessa Loaiza.

