Shaggy, el papá del niño asesinado en Atenas al que han querido matar dos veces

En el primer ataque, en el 2020, él resultó ileso, pero un sobrino político suyo falleció. El domingo anterior, Quesada recibió múltiples disparos, por los cuales permanece en recuperación en un centro médico; sin embargo, su hijo menor, de apenas dos años, murió y su compañera sentimental resultó herida. Su cuñada y otros dos menores, quienes también viajaban en el automotor, resultaron ilesos.

Pero, ¿quién es Shaggy? ¿Lo castigaron por andar armado sin los permisos correspondientes? ¿Por qué han intentado matarlo?

Este sujeto, de 34 años, vivió en León XIII, en Tibás, por varios años y aunque en la actualidad su domicilio electoral es Candelaria de Palmares, Alajuela, tiene dos direcciones registradas a su nombre, ambas en el cantón tibaseño. Además, tiene cuatro terrenos a su nombre: dos en Cinco Esquinas, uno en la ciudadela y otro más en San Miguel de Santo Domingo, Heredia. También cuenta con una motocicleta Yamaha valorada en ¢3,4 millones.

No está casado, pero al menos desde 2019 sostiene una relación sentimental con una joven de 26 años, apellidada Alfaro Vargas. Ella es divorciada, madre del niño de 2 años que murió el domingo anterior y también de una niña de 7, producto de otra relación. Su domicilio electoral es San Sebastián, San José, y a su nombre tiene dos vehículos, un Land Rover 2012 y un Mitsubishi 2005, así como una propiedad en Cinco Esquinas.

Pero volviendo a Quesada, además del pequeño fallecido, tiene dos hijas más, ambas de 13 años, producto de relaciones diferentes.

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Investigación y ataques en su contra

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Sobre la investigación que afrontó dentro del expediente 15–000396–1092–PE, por portación ilegal de arma de fuego permitida, la resolución 2016–00066, de la Sala Tercera, destaca que por medio de su abogado particular, Quesada apeló una sentencia de seis meses de prisión que se le impuso, tanto en Alzada como en Casación. Ambas veces, sus recursos fueron rechazados, por lo que el castigo adquirió firmeza.

Ese es el único antecedente que La Nación pudo ubicar por un castigo en su contra. Sobre los ataques, la primera vez que unos gatilleros intentaron matar a Quesada fue el 23 de febrero del 2020, cuando viajaba en un carro con Kevin Alberto Chacón Alfaro, de 19 años, sobrino de su pareja. La Fiscalía Adjunta del Segundo Circuito Judicial de San José, ubicado en Goicoechea, destacó en un comunicado de enero del 2021 que la investigación por la muerte del muchacho permitió determinar que, al parecer, el objetivo del ataque, ordenado por dos sujetos de apellidos García Anchía y Vargas García, era él. Esos dos sujetos figuran como sospechosos del crimen, así como de otros delitos que, presuntamente, cometieron en complicidad con dos hombres más, apellidados Cuadra Gómez y Espinoza Sánchez. El caso en su contra sigue en desarrollo en la causa 20–005415–0042–PE.

En aquel momento trascendió que Quesada, quien manejaba un carro a nombre de su pareja, Alfaro Vargas, había escapado para salvaguardar su vida; empero, esa versión no fue confirmada oficialmente por las autoridades.

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Por otra parte, en el ataque del domingo anterior en la ruta 27, a su paso por Balsa de Atenas, Alajuela, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) detalló que por la dinámica del hecho podría tratarse de un ajuste de cuentas, pero aún trabajan en la recopilación de datos y evidencias para determinar quiénes perpetraron la balacera.

Según las autoridades, Quesada manejaba e iba acompañado de su compañera sentimental, Alfaro Vargas, la hermana mayor de ella de 45 años y tres menores de edad. El hijo de ambos, quien pereció a causa del ataque, una hija de la mujer de 7 años y un menor de 3. Estos dos últimos y la persona de 45 años no resultaron afectados por los disparos.

La Policía Judicial detalló que el 4x4, a nombre de una sociedad, transitaba en dirección Atenas– San José cuando, al parecer, fueron sobrepasados por otro automóvil que les obligó a reducir la velocidad, momento en que inició el ataque a balazos. En ese instante, Quesada intentó evadir la agresión, pero chocó contra la barra divisoria de carriles.

Esa situación fue aprovechada por cuatro sujetos, quienes se bajaron del vehículo, se acercaron al pick– up y siguieron disparando. En el sitio, los agentes judiciales recolectaron diversos indicios balísticos y hasta ahora no hay rastro de los sospechosos.