
Dos hombres de 17 años fueron arrestados la mañana de este viernes como sospechosos de agredir y asesinar a un individuo de 40 años,en el distrito de Río Azul, en La Unión de Cartago.
Las detenciones ocurrieron luego de cuatro allanamientos ejecutados a las 6 a .m. por agentes de la Subdelegación Regional de La Unión del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
El homicidio que les atribuyen las autoridades a los sospechosos ocurrió el 16 de agosto de este año, poco después de las 7 p. m. La víctima, de apellido González, se encontraba acompañado de otras personas en calle Lisanías cuando fue atacada.
Los menores de edad habrían abordado al grupo y se habría originado una discusión durante la cual uno de los sospechosos agredió a González y lo despojó de sus pertenencias. Fue entonces cuando el otro joven sacó un arma de fuego y disparó contra el hombre.
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El reporte preliminar informó de que González recibió un disparo en la cara y falleció en el sitio.
Agentes del OIJ de La Unión recolectaron indicios balísticos en el lugar donde González fue baleado e iniciaron las pesquisas para tratar de dar con los responsables. En menos de un mes lograron individualizar a los ahora detenidos.
Condenados 245 menores de edad por delitos contra la vida
El 17 de agosto, tan solo un día después del ataque armado en La Unión, La Nación publicó que, entre el 2021 y el 2024, 245 menores de edad fueron condenados por delitos contra la vida.
El 46,5% de las sentencias corresponden a tentativas de homicidio y el 31,4% por homicidios, según datos del Poder Judicial.
Las cifras reflejan una alarmante tendencia que las autoridades advierten desde hace algunos meses: los jóvenes están siendo reclutados con facilidad por organizaciones criminales para que hagan desde las tareas más simples, como alertar de la presencia policial, hasta empuñar un arma y arrebatar una vida.
“La sangre la están poniendo los jóvenes entre los 16 y 30 años, que son los componentes más básicos del grupo”, afirmó a este medio el subjefe del OIJ, Michael Soto, el pasado mes de abril.
En aquel momento se declaró “impresionado” por el grado de violencia que la Policía Judicial ha identificado entre jóvenes.
“Vidas cortas, vidas sin sentido, vidas fugaces. No entienden que los adultos los utilizan como desecho, como despojos”, describió Soto en aquella ocasión.
En Esparzol de Puntarenas, por ejemplo, un menor de edad de apenas 16 años carga con siete homicidios.
El propio jefe de la Policía Judicial, Randall Zúñiga, opinó que el hecho de que un menor de edad se dedique al sicariato deja ver un “fallo generalizado” en la sociedad costarricense.
Alejandro Montero, coordinador de la Unidad Penal Juvenil de la Defensa Pública, coincidió entonces con la percepción de que cada vez más jóvenes se ven involucrados en conductas violentas después de ser reclutados por organizaciones delictivas.
A su juicio, este fenómeno refleja el estado actual de la sociedad costarricense, marcada por el abandono, en muchos casos por el maltrato e, incluso, por un acceso cada vez más precoz a sustancias ilícitas.
