
Tres de los siete detenidos como sospechosos del homicidio del agente judicial Geiner Zamora, habrían tenido un rol protagónico en el crimen, según confirmaron fuentes judiciales a La Nación.
Un hombre de apellidos Castro Moya, alias Cotoño, detenido desde setiembre por amenazas agravadas, habría sido el proveedor de armas y de la bicimoto utilizada por el sicario el 31 de enero pasado, cuando atacaron a Zamora, de 38 años, en la barra de un bar en Guápiles.
A Cotoño lo señalan como el presunto cabecilla de un grupo de tráfico de drogas en Toro Amarillo y Guápiles.
Por su parte, otro sujeto de apellidos Méndez Núñez, alias Gato, sería el gatillero que le disparó en múltiples ocasiones a Zamora.
En apariencia, él escapó hacia una zona boscosa, abandonó la bicimoto, se cambió de ropa y salió caminando por los alrededores del estadio Ebal Rodríguez, en Guápiles. Fue detenido por un asalto un día después del homicidio.
Por último se sospecha que Centeno Álvarez, alias Mamba, habría facilitado vestimentas a Gato y apoyó en otros aspectos de logística.
Además de estos tres hombres, en los operativos de este lunes por la madrugada fueron capturadas cuatro personas más: dos hombres apellidados Cervantes (55) y Carrillo de 26 años; así como dos mujeres: Moya, de 60 años y Méndez de 30. La primera sería la madre de Cotoño.
Geiner Zamora Hidalgo, estaba el viernes 31 de enero a las 9:46 p. m. en el bar y restaurante El Rubio, en Pococí de Limón, cuando fue sorprendido por un gatillero que le disparó en la cabeza, el tórax y el abdomen desde corta distancia.
Tras el ataque, Zamora fue trasladado de urgencia y con escolta al Hospital Calderón Guardia, donde permaneció en coma inducido en la Unidad de Cuidados Intensivos hasta el martes pasado, cuando falleció.

