La banda criminal conocida como Los Talibanes, con años de operar en la zona de Los Chiles, fronteriza con Nicaragua, fue desarticulada este miércoles por las autoridades costarricenses, durante una operación binacional contra el tráfico ilícito de migrantes.
El grupo, el cual había cambiado su modus operandi, ya no movilizaba solo a nicaragüenses, sino que también estaba aprovechando el flujo migratorio desde el sur del continente, fue blanco de 23 allanamientos realizados por la Policía Profesional de Migración y Extranjería, con el apoyo de otras fuerzas policiales.
La intervención, denominada Matsu, se desarrolló en Golfito, Ciudad Neily y, especialmente, en Los Chiles. Y culminó con la detención de 20 personas, entre líderes de la estructura y choferes, quienes se habrían encargado del traslado de los migrantes.
Las autoridades intervinieron casas de seguridad y dos hoteles en Los Chiles donde, presuntamente, funcionaban albergues temporales para las personas en tránsito.
Durante la operación de este miércoles, al menos 100 policías, así como jueces y fiscales, participaron en los allanamientos. En uno de los casos, un miembro de la banda fue detenido en una vía pública, en Los Chiles, mientras acompañaba a tres migrantes africanos.

De traficar nicaragüenses a rutas transcontinentales
Durante años, Los Talibanes operaron en la zona norte traficando nicaragüenses hacia Costa Rica, aprovechando la alta demanda de mano de obra en el país y la necesidad de trabajo de esos extranjeros.
Sin embargo, con el auge del flujo migratorio proveniente del sur del continente y de otras regiones del mundo, con destino a Estados Unidos, la banda adaptó su red para movilizar personas desde Paso Canoas, frontera con Panamá, hasta Los Chiles, frontera con Nicaragua, en una ruta que podían completar en menos de 48 horas, incluso en 24 horas, si era necesario.
“El grupo conocía muy bien los puntos ciegos de la frontera y contaba con cómplices en Paso Canoas, lo que les permitía mover a los migrantes rápidamente por el territorio nacional”, explicó Enrique Arguedas Elizondo, director de la Policía Profesional de Migración.
Según la investigación, iniciada hace año y medio y articulada con las autoridades de Panamá, los migrantes pagaban entre $7.000 y $40.000 —entre ¢4 millones y ¢20 millones— para ser transportados por la red.
El precio variaba según la nacionalidad y la complejidad de la ruta, la cual solía culminar en la frontera con Nicaragua, para continuar el camino hacia Estados Unidos o Canadá.
¿Cómo operaban?
Presuntamente, los sospechosos ocultaban a los migrantes y los trasladaban en vehículos de transporte público, como taxis oficiales o carros particulares, hasta puntos de alojamiento y encubrimiento en Corredores (en la cabecera de Ciudad Neily) y en Los Chiles (Alajuela), según explicó el fiscal adjunto, Mauricio Boraschi .
Drama humanitario
El fenómeno que alimentó la operación de Los Talibanes tiene como punto de partida la selva del Darién, una peligrosa frontera natural entre Colombia y Panamá que se ha convertido en el paso obligado para miles de personas en tránsito hacia Estados Unidos.
Solo en el primer trimestre del 2024, más de 109.000 migrantes atravesaron esa región, una cifra superior a la registrada en el mismo periodo del año anterior.
Los migrantes provienen principalmente de Venezuela, Ecuador, Haití y China, aunque también hay personas de países como India, Afganistán, Camerún, Angola y Vietnam, entre otros. Muchos son menores de edad o familias completas, lo que evidencia el trasfondo humanitario que motiva las operaciones policiales conjuntas entre Costa Rica y Panamá.
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La investigación determinó que Los Talibanes contaban con una estructura organizada y de profundo arraigo en la comunidad de Los Chiles, según explicó Arguedas Elizondo.
“Esta actividad se ha vuelto un modus vivendi en la zona. La gente está habituada a ella y ha sido así históricamente. El grupo aprovechó esta dinámica para consolidarse”, detalló el director de la Policía Profesional de Migración.

En el pasado, Los Talibanes ya habían representado un desafío para las autoridades.
En junio del 2024, dos supuestos miembros fueron detenidos en El Roble, cuando transportaban migrantes nicaragüenses que habrían pagado ¢6.000 por cruzar la frontera.
En el 2022, un grupo de agentes de Migración fue atacado con piedras, mientras investigaba a la banda en la comunidad de El Parque; siete oficiales resultaron heridos.
La operación de este miércoles es la cuarta acción conjunta con Panamá en los últimos cuatro años para combatir el tráfico ilícito de personas.
