
Es de noche en Atenas. 22 grados, algo de niebla, algo de humedad. Las hojas llenas de gotitas de lluvia. La calzada húmeda. Vamos descendiendo a The Retreat y pensamos que entramos a otro mundo. Eso es lo que quieren y, sin embargo, Mystique Rooftop, su nuevo restaurante, nos devuelve a Costa Rica.
Es adrede. El menú está a cargo del reconocido chef de Sikwa, Pablo Bonilla, quien ha destacado por su rescate de productos y recetas costarricenses y ancestrales. Echamos un ojo al amplio estudio de yoga, que a un vistazo ya inspira calma. Pasamos junto a la piscina burbujeante, cálida. Es de noche: nos asomamos por la baranda para apreciar la paz de la oscuridad. Aves, búhos, murciélagos, quién sabe: la montaña sigue su ritmo.

Pero al sentarnos a la mesa, empieza otra música: la propuesta del chef para la piscina (La Diosa), inaugurada por una ostra del Golfo de Nicoya con mantequilla cítrica. Se desliza por los labios, fresca, penetrante. Nos da la bienvenida junto a un cóctel de Cacique y melón, delicado y sugerente, como quien dice: falta más, vienen otras intensidades.
Y así es. Se ven luces parpadeantes en las colinas negrísimas. Alguien por allá pide otro cóctel: un spritz de toronja que, sin impresionar, sirve de buena entrada. Viene un “hummus” de pejibaye y frijol blanco, delicado. Hay platillos pensados para acompañar la relajación junto a la piscina; hay también un menú de degustación, para disfrutar en el elegante salón que se asoma sobre los árboles y el agua burbujeante.
En la piscina, el platillo que más disfrutamos fue un waffle de pejibaye con pollo frito, encuentro de texturas satisfactorio, pero además, con miel infusionada de juanilama, aromática y envolvente. Lo disfrutamos junto a un Bubbly Blonde, de prosecco y St. Germain.


Por otro lado, al acercarnos a la cocina abierta, ubicada bajo el restaurante, conocimos de cerca al equipo y la propuesta que traen ahora a la mesa. Se aprecia que las decisiones de productos y algunas preparaciones se enraizan en la rica historia circundante: Atenas, cruce de caminos, cuna de tantas cosas que definen Costa Rica, inspira, por ejemplo, el postre, un churro con crema pastelera de maíz y helado de tapa de dulce.
Un camarón en puré de fruta de pan —más suave y dulce que la común—, con fuerte acento cítrico, se asoma al mar; volvemos a tierra ganadera con pecho de res, con hasta 14 horas de preparación, con notas de café y naranja.

The Retreat se orienta todo al bienestar, algo que se aprecia en la minuciosa decoración y la disposición de las habitaciones, la sala de yoga, todo. En los próximos meses ampliarán su oferta, aunque ya tienen un spa monumental. Pero desde ahora se aprecian los avances, como una sala de musicoterapia o los distintos espacios de meditación, relajación y para estar con uno mismo, que ya es bastante bienestar.
La virtud de Mystique Rooftop, y su complemento al lado de la piscina, es que acompañará a sus visitantes con una propuesta con tez tica, buen producto local y humor, humor que a veces falta en la cocina. Si es consistente en el tiempo, quizás se convierta en imán para Atenas.



