
Ricardo Peña tiene 18 años y desde los 12 se acostumbró a enfrentar la vida solo, pese a que sus padres siempre han estado pendientes, dado el oficio de su papá, que él mismo aprendió. No era una opción que lo acompañaran en todo momento.
Don Allen Peña (padre del jugador) es oriundo de Barra del Colorado, zona donde también vivió sus primeros años Ricardo, donde casi el único sustento es dedicarse a la pesca. Ante esto, al volante que es ficha de Fútbol Consultants, pero que estará las próximas dos campañas en el Real Betis tuvo que aprender a pescar.
A base de buenas jornadas de pesca de langosta, el papá de este talento tico y exjugador de la Selección Sub-20, consiguió impulsar a su pequeño y sus otros cuatro hermanos para enseñarles a ganarse la vida. Hoy, con Ricardo alcanzando la mayoría de edad, él conoció España gracias a la negociación que se cerró por su hijo, un prometedor volante central, descrito por quienes conocen su juego como potente, de buen remate, con visión y muy abnegado en la marca.
“Nosotros vivimos de la pesca, Ricardo agarraba las botellas de fresco y comenzaba a patearlas, porque con toda sinceridad en aquel momento no había (dinero) ni para la bola, entonces yo iba a pescar para que ellos estudiaran. Barra del Colorado es de 2000 habitantes, todos vivimos de la pesca, yo me iba a pescar a las 5 a. m. y llega a las 3 p. m.; a veces nos iba bien, a veces mal; cuando Ricardo tenía 9 años nos venimos para Limón y le vieron el talento deportivo”, contó don Allen.
Aunque ya pertenecía a las divisiones menores de Limón F. C., Allen no quería exponer a su hijo a situaciones de drogas y demás, por lo que cada vez que podía se lo llevaba con él a alta mar.
“Nosotros la luchábamos, yo me llevaba a Ricardo para que no se quedara en el pueblo agarrando otros vicios; si no le iba bien en el fútbol o no terminaba de estudiar que viviera de la pesca honradamente. Yo le enseñé a pescar, yo le dije que agarrara el motor del bote, porque el que agarra el motor es el que es capitán y yo quería que si él tenía que vivir de eso pues fuera capitán”, recordó.
Con la posibilidad de vincularse a Futbol Consultants, el juvenil tuvo que pasar a vivir a San José, una decisión que rompió su corazón y el de su familia, pero asumida con valentía, ya que consideraron que era la única forma de surgir. En el pasado, fue la única esperanza.
“Mi papá es muy valiente y respetuoso, trabajador, desde muy joven él me metió en eso de la pesca. Los valores que extraigo es el respeto, el ser entregado, y siempre dar esfuerzo por la familia. Ahora llego al Betis y para mí es un sueño y ahora me centro en triunfar acá y lograr estar en la Selección Nacional Mayor”, afirmó Ricardo Peña.
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Apenas en su adolescencia, Peña tuvo que enfrentar la soledad, también el hecho de extrañar a los suyos y en muchas ocasiones dudó si lo ideal era mantenerse en la capital.
“Nosotros le insistimos y le dijimos que era por su bien, que era para salir adelante como familia y al final él se sostuvo, sacó fuerzas y hoy está viendo los frutos”, resumió don Allen.
El volante llega al Real Betis con un sistema llamado ‘Boleta Única’, por medio del cual el jugador puede formar parte de tres categorías del club: la Sub-19, el filial y el primer equipo.
“Creemos que tiene materia prima, él comenzará en el Sub-19, entonces irá poco a poco, lo iremos formando, y vamos a ver de qué son capaces. El idioma les ayuda, ellos entienden y creemos que la adaptación no será problema”, afirmó el director deportivo de divisiones menores del Betis, Miguel Calzado.
El dirigente español recalcó que sobre Ricardo hay expectativas.
“Ricardo es muy interesante, es rápido, agresivo, puede tener mejora en lo técnico, no solo debe jugar con el compañero, sino ir hacia adelante, creemos que Ricardo es un diamente por pulir y ver hasta dónde puede llegar de nuestra mano”, acotó.
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Ricardo Peña forjó su carácter para enfrentar la vida en las aguas, en el mar. Hoy tiene en sus manos una oportunidad de oro para disfrutar del primer mundo del fútbol al estar prestado dos años en el Real Betis, con una opción de compra, si consigue convencer a los técnicos de su nueva escuadra.
“A él siempre le quise dejar el estudio y el respeto, eso siempre se lo decía, cuando ya miré que le gustó el balón pues no le faltaron las bolas en el patio, le hice una plaza en el patio, ahí lo empuje mucho en el fútbol, siempre le dije que la puntualidad era vital”, finalizó el padre del nuevo futbolista bético.
