Kendall Waston es una de las principales virtudes del Deportivo Saprissa, no solo por su liderazgo en la zona defensiva, sino también porque se convierte en un arma letal en las jugadas a balón parado o cuando su equipo lo requiere en ofensiva para bajar balones en el área contraria.
El “gigante” se sumó al ataque en el juego de ida de las semifinales y fue vital para Saprissa, ya que en el minuto 82′ logró zafarse de la marca del defensor Giancarlo González para anotar el gol del empate en el marcador, que volvió a poner en la pelea a los morados de cara al juego de vuelta.
Recordemos que también lo fue en la última jornada de la fase regular ante el Municipal Grecia, cuando el técnico Jeaustin Campos lo utilizó en la zona de ataque, logró remontar y lo colocó de nuevo como defensor central.
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Con sus casi dos metros de estatura, marcar al defensor no es tarea fácil para ningún equipo. Sin embargo, durante la era de Óscar Ramírez en el banquillo Alajuelense, utilizaban una técnica particular para tratar de contrarrestar el juego aéreo del zaguero morado.
El exasistente técnico Mauricio Montero explicó que realizaban un “bloqueo” para evitar los cabezazos del espigado futbolista: “Le poníamos un jugador más pequeño adelante, pero que estuviera de espalda a la pelota, para que no lo dejara correr”, afirmó el ‘Chunche’.
Planteamiento que les resultó, el gigante morado no le hizo mucho “daño” a esa Liga.
Montero mencionó que el futbolista más alto se encargaba de marcarlo, mientras que el más pequeño se colocaba de espaldas al balón, con el fin de evitar que se desplazara para concretar los remates de cabeza, y si lo hacía, que fuera sin impulso para evitar un remate fuerte. El exfutbolista incluso resaltó que jugadores como Álvaro Sánchez, que formaron parte de esa generación manuda, han aplicado esa técnica en otros clubes.
En cuanto a las características del futbolista de menor estatura, Montero explicó que “debe ser bajito, pero cuadrado (corpulento)”, para tratar de contrarrestar la presencia física de los jugadores altos y fuertes. “El jugador corpulento es muy difícil de marcar. A nosotros en el Mundial (Italia 90), el centro delantero de Checoslovaquia nos metió tres goles, a pesar de que (Héctor) Marchena y casi todos saltábamos bien”, expresó el exmundialista.
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El ‘Chunche’ también recordó la difícil tarea que representó marcar a Chris Wood, un jugador espigado y ágil, en el repechaje ante Nueva Zelanda. “Nosotros en la selección sufrimos con ese centro delantero (Wood), que las bajaba con el pecho, metía cuerpo, no le podían sacar la pelota y pivoteaba bien”, apuntó.
“Por la estructura de ellos, cuesta por dónde marcarlos y poder anticiparles. Si van arriba, desequilibran con las manos, es decir, siempre uno siendo más pequeño, lleva las de perder”, comentó Montero.
En relación con el partido de vuelta del próximo miércoles, el ‘Chunche’ espera que la Liga siga haciendo su fútbol, para evitar caer en la tentación de defender el resultado, que, con el gol de visita, favorece a los manudos como criterio de desempate.
“No hay que regalar nada, hay que ir por el partido. Tienen muchas opciones del mediocampo para arriba, pero tiene que tener un muy buen equilibrio en defensa y ataque. La gente que está atrás tiene que estar cerca de los rivales para que no los sorprenda en alguna contra”, concluyó.
Este miércoles, Alajuelense recibirá a Saprissa, a partir de las 8 p. m., en el estadio Alejandro Morera Sota, en el clásico que definirá el último invitado a la final del Clausura 2022.
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