EscucharEl tema alrededor de Manfred Ugalde ya tenía tintes de necedad y matiz de intereses. El tema está zanjado con el punto final que le puso el técnico de la Selección Luis Fernando Suárez el viernes anterior.
Hace un año y seis meses que el delantero adolescente sorprendió con un comunicado en sus redes sociales, la mañana de un 28 de setiembre.
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En ese texto de 11 párrafos, el sétimo dice de manera textual: “Hoy les escribo para comunicarles que he decidido renunciar a la Selección de Costa Rica mientras el señor Luis Fernando Suárez sea el técnico”.
Líneas que tuvo que recordar el colombiano para hacerle ver a los interesados en el tema que la decisión de la ausencia del atacante no es de él, fue una renuncia en una envoltura de inmadurez.
Lo que quizás nunca pensaron el atacante y su asesor es que el técnico que inició contra las cuerdas la eliminatoria, con seis puntos de 21 posibles, lograría el milagro de clasificar a Qatar 2022, sería renovado hasta el mundial del 2026 y tendría el sartén por el mango en la Federación Costarricense de Fútbol, más allá de que el Mundial fue muy poco provechoso para el fútbol tico en lo deportivo.
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El retorno de Ugalde a la Tricolor solo le podría interesar a él mismo. Y para eso habría que preguntarle al propio atacante si la humildad le permite tratar de reconstruir el puente de comunicación con Suárez que un día quemó, y esperar si al timonel le da la gana de considerarlo en futuras convocatorias.
A la Selección Nacional no le hace falta Manfred Ugalde. Eso está claro.
Aplaudo la manera en la que Luis Fernando Suárez aborda este tema. Sus silencios sumamente expresivos, en su momento. Sus gestos reveladores y su tajante respuesta del viernes anterior.
Sí, da pereza referirse a un tema que tiene un año y seis meses de estar cerrado. Da pereza tener que ponerle la cara a berrinches ajenos.
