
La sétima carrera en el hipódromo de Parx no terminó como se esperaba, pero sí con una historia que le da la vuelta al mundo, al igual que otras situaciones anecdóticas que han pasado en las últimas horas, solo que esto fue una emergencia.
El jockey (jinete) venezolano Mychael Sánchez protagonizó un acto de heroísmo que le costó la victoria, pero le valió el aplauso de miles: dejó de competir para salvar la vida de su rival y colega, Abner Adorno, en una maniobra digna de una película de acción.
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El caballo desbocado y la rienda rota provocó la angustia. El drama se desató cuando el gran favorito, Sole Lute, montado por el puertorriqueño Abner Adorno, perdió el control.
La rienda izquierda se cortó, y en un instante de terror, Adorno rebotó en la montura antes de apenas recuperar el equilibrio.
El caballo, completamente desbocado, aceleró sin freno por el sector más externo de la pista, ignorando los gritos desesperados de su jinete.
Mientras el peligroso pura sangre galopaba a máxima velocidad, poniendo en riesgo la vida de Adorno, el resto de competidores seguían en la contienda.
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Mychael Sánchez, quien corría en tercer lugar sobre Dark Devil, notó la “cara de peligro” de su amigo, rival y colega.
En medio de la adrenalina de la carrera, tomó una decisión radical e inusual: ignoró la estrategia de victoria y se lanzó al rescate.
Fue una maniobra solidaria y audaz. Sánchez sacó a su caballo de la parte interna, cabalgó y se puso delante del caballo descontrolado.
Este acto heroico tuvo un impacto inmediato: el pura sangre, al ver al otro animal de frente, disminuyó su velocidad.
La maniobra fue un éxito. Ambos jinetes quedaron fuera de la competencia, sí, pero con el tiempo suficiente para que Adorno y un caballerizo pudieran finalmente controlar al animal.
“Tenía que hacer algo. No solamente porque es un gran amigo, un esposo y un padre. Le vi la cara de peligro con la que estaba y tenía que actuar,” explicó Mychael Sánchez, aún en el desensilladero, resumiendo por qué puso dos vidas por encima de una victoria y un premio.
Mientras Sánchez recibía una ovación de pie, mayor incluso que la del día anterior cuando ganó cuatro carreras, la controversia no se hizo esperar.
Las autoridades del hipódromo reconocieron su gesto, declarando que el caballo de Sánchez, Dark Devil, no había corrido y devolviendo las apuestas que lo involucraban. Pero para algunos, la ética del deporte se vio comprometida.
Michael Dempsey, director de operaciones de la casa de apuestas Iron Bets, cuestionó duramente el acto en X (antes Twitter): “Felicitaciones a Sánchez por intentar ayudar a su compañero. Pero no olvidemos que no le pagan por ser palafrenero sino por ser jockey, y que había más de $100.000 en apuestas en la carrera”.
Dicha declaración abrió un debate feroz sobre los límites del compañerismo, la seguridad y el impacto económico en las carreras.
Sin embargo, para la mayoría, la prioridad de Sánchez por la vida humana y el bienestar animal es el verdadero mensaje de la jornada.
Sánchez, líder de la estadística con más de 1.700 victorias en EE. UU., se dirige ahora a Laurel Park en Maryland.
Llegará no solo como una estrella por sus triunfos, sino como el superhéroe que cambió una carrera por un rescate que le está dando la vuelta al mundo.

