Alicia Castillo, quien denunció al diputado Fabricio Alvarado por un presunto abuso sexual que habría ocurrido cuando ella tenía 13 años, decidió hablar públicamente este lunes, difundiendo un video en redes sociales.
La mujer de 32 años le relató a la Fiscalía hechos que habrían ocurrido en el 2006, cuando el ahora candidato presidencial tenía 32 años y se desempeñaba como periodista y presentador de Noticias Repretel, en canal 6.
Alvarado era líder del grupo de alabanza de la iglesia evangélica en que era pastora la madre de la denunciante.
Según la denuncia dada a conocer por ameliarueda.com, los presuntos abusos sexuales ocurrieron en la casa de ella y en un automóvil, en momentos en que estaban a solas. En una ocasión, sus padres estaban de viaje en Estados Unidos y su hermana en el cine, por ejemplo. Él habría llegado ese día a la vivienda.
La ofendida precisó que el hoy político tenía acceso a su casa y confianza con su familia debido a la relación con la iglesia. De hecho, iba a almorzar a su hogar los domingos después de los cultos. Añadió que le escribía mensajes a su teléfono celular preguntándole si le gustaba algún hombre y si él le gustaba, porque estaría muy halagado de que así fuera.
Este domingo 5 de octubre, Fabricio Alvarado rechazó la denuncia en su contra, alegando que carece totalmente de pruebas. Argumentó que se trata de campaña sucia porque él aparece en los primeros lugares de las encuestas. Dijo que Dios ha sacado la bandera por él y pidió a sus simpatizantes orar.
‘No me quiero esconder más’
“Ayer leí el artículo que salió en ameliarueda.com y, aunque agradezco muchísimo que hayan protegido mi identidad, no me quiero esconder más. Me guardé esa historia por 19 años y este año decidí alzar la voz. Debo reconocer que nunca en mi vida había experimentado tanto temor como en los últimos meses. Y los pensamientos que más llegaban a mi mente siempre era, ¿quién me va a creer si a mí nadie me conoce?“, dijo la denunciante en el video.
Sostuvo que sintió un profundo agradecimiento después de ver tantos comentarios de apoyo, de personas que dijeron “le creo a ella”.
“Así como a mí en diciembre me sirvió muchísimo escuchar que otra mujer alzara su voz y fue el último empujoncito que yo necesité para alzar la mía, así espero que esto pueda ayudar a otras personas que se encuentran en una situación similar a que puedan hablar y a que no se queden calladas.
“Se los digo porque lo he vivido. Hablar duele muchísimo. Conozco perfectamente el temor y sobre todo la vergüenza que da, pero también les puedo decir que hablar sana. Y que lo más importante de hablar es que nos libera de una culpa que no nos corresponde.
“Independientemente del resultado de este proceso, yo les puedo decir que yo me siento ganadora. De verdad, de corazón, gracias”, concluyó.
