El Partido Liberación Nacional, en especial la tendencia encabezada por el excandidato Antonio Álvarez Desanti, insiste en defender su boicot al préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por $250 millones. No va a ser fácil. La pérdida del crédito costó a los contribuyentes $13 millones anuales por la diferencia entre la comodísima tasa de interés del 2,8% y el 8% de la tasa promedio de la deuda interna.
En realidad, nos costará mucho más. Los bonos nacionales venían en recuperación a falta de malas noticias. La decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) en procura de un acuerdo animó la tendencia. Ahora que proclamamos urbi et orbe la incapacidad de ponernos de acuerdo para aceptar un regalo, la tendencia se revirtió. Todo costarricense con dinero invertido en bonos del Estado perdió, comenzando por los cotizantes a los regímenes de pensiones. Además, las altas tasas de la deuda interna encarecen el crédito en el mercado nacional. No importa si es para vivienda, consumo o producción, el dinero saldrá más caro.
Los efectos de desperdiciar un préstamo de $250 millones son limitados, pero si la tendencia de Álvarez persiste, como lo promete, en bloquear todo crédito sin importar sus condiciones y extiende el boicot a otras iniciativas, no tardaremos en sufrir los efectos de la insensatez.
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Cuando el Gobierno titubeaba sobre el acuerdo con el FMI, la decisión de cortar el financiamiento externo se justificaba, salvo en casos de sustitución de deuda cara por otra, más barata. Era necesario vincular la cooperación legislativa con el trazo de una ruta correcta por la administración. En términos de credibilidad, no había mucho que perder si el propio Gobierno se empeñaba en despilfarrarla con sus equívocos.
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Pero todo cambió cuando el presidente anunció su intención de acudir al FMI y esbozó, en términos generales, un plan. En los últimos días lo ha venido especificando y la semana pasada puso fecha al inicio de las conversaciones con el FMI. Álvarez y sus aliados se declaran insatisfechos. Exigen todos los detalles. A juzgar por su actitud, cuando los conozcan, alguno resultará insatisfactorio. Es política a la usanza tradicional.
Y, de nuevo, defenderla no será fácil, no solo por los costos, sino porque cinco miembros de la fracción votaron a favor del préstamo y dos expresidentes liberacionistas lamentaron el boicot, junto a otras figuras de relevancia en el partido, como el exministro de la Presidencia Rodrigo Arias.
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