Robert F. Kennedy jr., hijo del asesinado ex fiscal general y candidato presidencial estadounidense, confesó haberse desembarazado del cadáver de un osezno en el Parque Central de Nueva York. También intentó encubrir la causa de la muerte depositando sobre el cuerpecillo una vieja bicicleta para simular un atropello.
El encubrimiento no encaja con el resto de la historia. Según Kennedy, viajaba por una zona boscosa cuando vio el atropello del osito por una conductora. Se detuvo y lo recogió para desollarlo y guardar la carne en el refrigerador. Otros compromisos le impidieron ejecutar el plan e ideó simular el accidente ciclístico en el Parque Central. Le pareció divertido.
La confesión, hábilmente extraída por un periodista de The New Yorker, contiene motivos suficientes para reconsiderar el voto por un candidato presidencial independiente que llegó a atraer el 14% de las simpatías del electorado. El torpe encubrimiento despierta sospechas sobre las verdaderas causas de la muerte del oso y sobre el buen juicio del político. Nada tardó la Policía en descartar la colisión con una bicicleta, en un parque donde no hay osos, como motivo de la muerte. La investigación fue abandonada porque en el mejor de los casos culminaría con una multa de $250, pero habría conducido directamente hasta Kennedy, quien admitió haber dejado sus huellas en toda la bicicleta.
En cuanto a sus gustos culinarios, dice ser un aventurero, capaz de comer “virtualmente cualquier cosa”, salvo a una persona, un mono o un perro. La afirmación tenía el propósito de negar informes de la revista Vanity Fair sobre la ingesta de perro a la barbacoa. El animalito de la foto publicada, dijo el candidato, era una cabra. Estas últimas tienen 13 pares de costillas, igual que los perros, así que la explicación es plausible, pero ¿hacía falta descartar, espontáneamente, el canibalismo?
El hijo del candidato parece haber heredado el talento del papá. A él le debemos la efímera difusión de una llamada telefónica entre Kennedy y el expresidente Donald Trump. Hablaron de un posible cargo en la próxima administración republicana. Kennedy aspira, desde hace tiempo, a orientar la política sobre vacunación. Es uno de los principales difusores del desmentido vínculo entre las vacunas y el autismo.
También cree que el wifi causa cáncer, los antidepresivos son responsables de los tiroteos en las escuelas, las sustancias químicas en el agua explican la aparición de niños transgénero y el sida no es consecuencia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Pero no hay por qué preocuparse: jamás se comería a una persona.
Armando González es editor general del Grupo Nación y director de La Nación.