
Toledo lo sabe, llevar más de un cuarto de siglo de carrera y establecerse como uno de los artistas urbanos predilectos en Costa Rica, no se logra solo. El trabajo colectivo es su fórmula y esto no se limita a la exitosa dupla que forma con DJP, su hermano y productor.
Esto lo tiene claro desde tiempo atrás, cuando todavía lucía sus dreadlocks y su cabeza no estaba rapada. Basta con parar la oreja en una de sus canciones más reconocidas, El DJ, para reconocer esta forma de ver la industria musical, sobre todo en el verso que reza: “en Tiquicia hay buenos cantantes, en serio; si nos juntamos formamos el imperio”.
Toledo ya conoce cómo se maneja la industria a nivel internacional, pues a principios del milenio fue firmado por la disquera Sony Music. No estuvo de acuerdo con el trato que recibió y, de inmediato, se decidió a crear una red de artistas, cuyo horizonte se apegara a sus ideales.
Con este fin, Toledo creó Ruff & Tuff Entertainment, un proyecto existente desde el 2004, cuando su hermano, el cantante Banton y él trabajaban de manera unida en el sello Top a Top Productions. Posteriormente, cuando el intérprete de Oficial de Tránsito tomó un camino separado al de los hermanos, estos establecieron a Ruff & Tuff como empresa principal.
“Estábamos tratando de crear una industria, ya sabemos que eso no se puede con una persona o solo dos grupos; se ocupa a cien. Al principio apoyábamos a la gente con el estudio de grabación, porque antes no era como ahora que todo el mundo tiene uno. También teníamos amistades en las radios y DJs que empujaban la música”, declaró Toledo, quien lleva el apellido Wolbrom y nació en Inglaterra, un detalle que pocos conocían.
El artista nació en suelo británico en 1981, vino a Costa Rica cuando tenía un año y regresó al país europeo durante su etapa de educación primaria. Dejó el Viejo Continente desde sétimo año de colegio y se estableció definitivamente en tierras costarricenses.
En Costa Rica, el autor de El sarpe ha realizado múltiples alianzas con otros artistas, lo que representa un beneficio recíproco. Mientras él brinda su experiencia y recursos, al mismo tiempo logra seguir vigente e inspirándose de sus colegas.
La labor de cazar talentos también la hace en conjunto con su entorno y, en esos trotes, destaca a su socio Johnny Roper, quien anteriormente fue mánager del grupo Ragga by Roots. El empresario también lideró Radicales, una iniciativa de finales de los 90 y principios del 2000 en la que se juntaba en un álbum a numerosos artistas, los cuales grababan canciones en una misma pista musical.
“Nos recomendamos entre todos, por ejemplo, Jay Kendall (hijo de Roper) nos dijo: ‘Hay un maecillo ahí en Tilarán que canta corridos’, ni siquiera reggaeton cantaba en ese momento. Nosotros estábamos con la canción En el bar y mi hermanillo iba a meter a Alonso Solís en la canción y no llegó a la sesión de estudio. Entonces llamó a Kavvo y él grabó antes de darse a conocer y, de casualidad, sacamos la pieza hasta después, cuando ya él tenía una canción pegada en la calle (Amarrau)”, relató el cantante.
De manera oficial, Ruff & Tuff Entertainment únicamente tiene firmados a Toledo, DJP, Cehzar y el productor musical Marco Castro. No obstante, apoyan a múltiples artistas que van desde los raperos RVS y SNK hasta los cantantes de reggae Jahricio y Mike Joseph.
“Si usted lo hace por dinero no lo haga, porque se va a enojar, porque también hay artistas malagradecidos que no se dan cuenta lo que usted ha hecho por ellos. Antes yo ayudaba a todo el que podía, ahora soy más selectivo. Soy como el béisbol, le doy tres strikes: a la tercera ya usted está fuera. Para esa gracia dedico ese tiempo a mi carrera”, declaró con convencimiento el artista.
Este 2024, Toledo se alió con su amigo de la infancia Keilor González, propietario del sello Killa Productions, para apoyar al cantante Joe Mora. El músico es originario del Valle de la estrella, en Limón, y produjeron para él el video de su canción Millonario.
“Nosotros lo que buscamos es talento que nosotros consideramos que merece brillar, entonces ahí le metemos un poquito de mano. Además, este muchacho es humilde y la pulsea, lo que necesitaba era una oportunidad y si nosotros la podemos brindar, lo hacemos”, explicó.
Según explica, la fórmula para consolidar su negocio ha sido equivocarse “30.000 veces” y de cada una de esas equivocaciones obtener un aprendizaje. Sumado a esto, destaca su bagaje en mil y un oficios, desde vender patí hasta cuidar carros, lo cual le ha generado experiencia para emprender.
“¿Qué nos quedaba? Yo no terminé el bachillerato, siempre he estado haciendo lo mío, a mí no me da vergüenza trabajar en lo que sea, me da vergüenza robar. No solo yo, toda mi cuadrilla tenemos ese chip, porque yo creo que ninguno tiene bachillerato (risas)”, apuntó.
Gracias a iniciativas de Ruff & Tuff, como lo fue Rap Tico (donde varios raperos del país se unen en una canción para darse a conocer y mostrar sus habilidades), la escena de la música urbana es una de las más articuladas en el país. Toledo sueña con que esta unión se expanda a todos los géneros y a toda Centroamérica, dejando atrás las absurdas divisiones.
“Yo trato de no decir música nacional, porque lo encierra a uno en una cajita, pero si usted dice música costarricense es que representa a una bandera, con calidad de exportación. Si Dios quisiera que todos tuviéramos los mismos gustos, así sería, pero no es así. Solamente que yo no voy a madrear a alguien porque le gusta Iron Maiden y espero que él tampoco me madree porque escucho Bob Marley”, expresó.
Detrás de ese Toledo directo e irreverente, con algunos modos o dichos toscos, no hay más que un amante de la música y un idealista. Confiesa que no le gusta escuchar eso de que “así son las cosas” y considera que los cambios siempre son posibles si se persiste.
“Lo más difícil es instalar un nuevo método de trabajo, porque al principio el ser humano siempre dice no. Es difícil sembrar algo nuevo, pero cuando usted insiste funciona”, concluyó.