Los precios promedio que han cobrado las tres operadoras telefónicas por sus servicios de voz han tendido a pegarse al techo o límite del rango de tarifas autorizadas por la Sutel, mientras que los precios mínimos promedio evitaron acercarse al piso.
De acuerdo con las estadísticas de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel), las empresas cobraron en prepago un promedio de ¢40 por un minuto de conversación entre el 2014 y 2016, tope permitido en esta modalidad. Solo en el 2013 estuvo en ¢38.
La ruta seguida en pospago resultó similar, pues se mantuvieron con un costo promedio de ¢34, que es el límite máximo fijado por la Sutel incluido ya el impuesto de ventas. De la misma manera, en el 2013, era menor porque el minuto costaba ¢30.
A pesar de este patrón, la Superintendencia concluye que el precio de las llamadas por celular se ha abaratado.
En el año 2010, un minuto de conversación telefónica costaba en promedio ¢31,4, el año pasado ese valor promedio (tomando en cuenta prepago y pospago) era ¢26,2; indica su resolución RCS-248-2017 sobre la cual se basó para declarar este mercado en competencia.
Con la recién anunciada desregulación de precios por parte de la Superintendencia, los consumidores están por descubrir si, al eliminarse los topes tarifarios, los precios se volcarán a su favor o si la generalidad del servicio se encarecerá.
La decisión para dejar de fijar precios la tomó Sutel al considerar que la telefonía móvil ya es un mercado en competencia luego de seis años de apertura. El anunció ocurrió el viernes.
En este nuevo estado, la Sutel fiscalizará solo aspectos de derechos y calidad del servicio y solo intervendría precios si descubre prácticas anti-competitivas en el mercado. Serán los operadores quienes definirán ahora cuánto valen sus servicios.
Las empresas podrían así abaratar los precios enviándolos por debajo de los promedios históricos de precios máximos o mínimos hasta ahora o, si lo juzgan oportuno, situar la cobranza encima de ambos límites de referencia.
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Fue la Ley de Telecomunicaciones la que permitió la apertura del sector fue aprobaba en 2007, pero fue a partir de 2011 que se implementó con la participación del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), que hasta entonces había sido el único operador, y las dos empresas que ganaron la concesión de frecuencias; Telefónica con la marca Movistar y América Móvil con la marca Claro.
Precios mínimos
Las empresas, sin embargo, no acostumbran cobrar los topes tarifarios durante las 24 horas del día. Por razones de estrategia comercial, hay momentos cuando cobran por debajo del techo tarifario, pero solo hasta un límite o piso que la Sutel definió.
Al considerar los promedios de precios mínimos de varios años, los operadores decidieron cobrar ligeramente por encima del piso tarifario en prepago. En pospago, el alejamiento de ese piso fue más visible.
Desde noviembre del 2010, la Sutel creó el llamado cargo de "tránsito en red móvil" y el cargo de "terminación en red móvil" para la cobranza de llamadas originadas en la red móvil de una empresa que se completan en la de otra compañía. Ambos cargos suman ¢23,72 y constituían el mínimo que podían cobrar las telefónicas tanto en prepago como pospago.
El cobro promedio mínimo en prepago se ha mantenido por encima de esa banda tarifaria pero sí bajó ¢3,2 por minuto del 2015 al 2016, al pasar de ¢27,6 a ¢24,4 respectivamente (¢3,2 menos equivalente 11,6% de variación). Esa cifra del año pasado es similar a los ¢24,5 del 2013.
Al considerar pospago, el promedio en el cobro mínimo sí aumentó en los últimos tres años separándose cada vez más del piso tarifario de ¢23,72.
En Costa Rica, 78% de líneas telefónicas era prepago y 22% pospago al concluir el 2016. No obstante, pospago aportó 55% (¢191.242 millones) del ingreso total atribuido por la Sutel a la red de telefonía móvil ese año (¢347.700 millones). De ese ingreso total, 97% provino del servicio de voz ligado a 8,3 millones de líneas activas.
En el 2014, el cobro mínimo promedio por un minuto de plática en pospago costaba ¢25,8. A diciembre del 2016, ese promedio ya iba por ¢27,4; una diferencia de ¢1,6 equivalente a 6% de diferencia.
En Costa Rica hay cinco operadores móviles: tres acumulan 98,7% del mercado de líneas prepago y pospago. El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y su marca Kölbi tiene 53,3%, la empresa mexicana América Móvil (marca Claro Costa Rica) tiene 19,7% y la española Telefónica (marca Movistar Costa Rica) el restante 25,7%.