Desde el 17 de julio, día en que entró a regir la última reforma a la ley de tránsito, 28 conductores fueron multados por negarse a la alcoholemia.
Oponerse a esa prueba implica la imposición de una multa de ¢306.850. Además, le acumularán seis puntos en su licencia, lo cual le obligará a llevar un curso sobre seguridad vial como requisito para renovar el permiso de conducir.
LEA MÁS: Accidentes de tránsito dejaron 448 muertes en 2016
El curso, impartido por la Dirección de Educación Vial, exige que el chofer asista a clases cuatro días durante las mañanas o las tardes. La nota mínima para aprobar es de 80.
Para los conductores novatos, es decir, los que tienen su primera licencia, el castigo es más grave. Aparte de la multa, ellos se exponen a la inmediata suspensión de la licencia por un año con la acumulación de los seis puntos.
"El tema del alcohol definitivamente es una prioridad porque en diciembre de 2016 murieron 13 personas por alcohol al volante, mientras que el mes que había sumado más casos hasta ese momento era julio con 4 decesos. Es claro que las personas abusan del alcohol en estas épocas”, dijo Mario Calderón, director de la Policía de Tránsito.
En promedio, la Policía de Tránsito efectúa 70 alcoholemias por día. Este año 1.743 conductores fueron presentados ante el Ministerio Público por manejar ebrios.