El uso excesivo por alta demanda de los dos equipos de tomografía (TAC) del Hospital Calderón Guardia hizo que los aparatos sobrepasaran su capacidad y uno de ellos saliera de operación, hace dos semanas.
Solo uno de los TAC puede hacer –y con bastantes limitaciones−, los estudios que necesitan los pacientes para el diagnóstico o tratamiento de sus enfermedades; entre ellas, cáncer.
El director interino del Calderón, Marco Vinicio Umaña Ramírez, confirmó que solo uno de los dos aparatos funciona. El TAC que funciona en este momento opera a medias, pues realiza algunos estudios, se recalienta y debe parar temporalmente.
El segundo TAC, instalado en el servicio de Emergencias, se tuvo que mandar a sustituir porque no da buenas imágenes, condición fundamental para hacer diagnósticos acertados.
LEA MÁS: CCSS inicia instalación de cinco tomógrafos en hospitales México, San Juan y Calderón
Los procedimientos que realizan los tomógrafos permiten el diagnóstico por imágenes de diferentes órganos internos, y son determinantes para definir tratamientos en enfermedades como el cáncer.
En promedio, ese hospital realiza 800 estudios semanales; la cantidad ha venido creciendo en número y en complejidad, dijo Umaña.
Son necesarios para todo tipo de paciente, tanto los que ingresan por emergencias, como los hospitalizados para los de consulta externa. Los oncológicos, por ejemplo, necesitan una o dos tomografías de control.
Como si se tratara de un nuevo capítulo en la historia, pero con otros protagonistas, hoy le toca al Hospital Calderón Guardia subir al escenario de una crisis de tomógrafos itinerante, pues en años recientes otros centros de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) han salido a escena con largas listas de espera y pacientes angustiados.
En el 2016, la historia se escribió con varios artículos periodísticos que narran las crisis recurrentes de TAC en los hospitales México, San Juan de Dios y San Rafael de Alajuela, y que obligó a la CCSS a montar un plan de sustitución de aparatos.
En enero del 2022, la CCSS empezó a sustituir los tomógrafos viejos en los hospitales México, San Juan de Dios y Calderón Guardia. Solo en cinco equipos la inversión fue de $14,8 millones, informó la institución hace un año.
La pretensión era instalar dos tomógrafos por hospital para eliminar el riesgo de que los centros se quedaran sin TAC si uno salía de operación, por ejemplo, por mantenimiento.
Actualmente, los hospitales México y Max Peralta son los que dan soporte al Calderón con la realización de algunos de estos estudios, mientras se sustituye uno de los aparatos y se compra un tercer TAC, que entraría en operación en setiembre de este año.
Sobrepasan capacidad de uso
El director interino del Calderón no precisó la cantidad de pacientes y los tiempos actuales de espera para cualquier estudio de tomografía en ese hospital.
Dijo que intentan acortar plazos mejorando la gestión de los reportes, con jornadas de producción, y al dar prioridad a pacientes con cáncer.
Umaña Ramírez reconoce que el sobreuso (sic) provoca estas situaciones. Explica que, a pesar de que tienen contrato de mantenimiento y las tomografías se planifican, el exceso de demanda y la complejidad de los casos que llegan supera la capacidad de los aparatos.
Además, Umaña admitió el impacto de la fuga de médicos especialistas, incluidos los radiólogos, responsables de realizar las tomografías.
El hospital podría tener diez TAC, dice, que si no hay personal que los haga y realice los reportes, no tendría tampoco ningún sentido. Actualmente, el Calderón tiene 16 radiólogos, una cantidad todavía suficiente, asegura Umaña. Otros tres recién graduados ingresarán este año.
“Entre los hospitales de la CCSS nos damos apoyo cuando una de las tomografías se afecta. Hace poco, cuando estaban instalando el nuevo TAC del México, se dañó el de Cartago también y nosotros dimos apoyo a ambos hospitales. Y esa redirección de pacientes hace que los equipos se dañen más rápido por sobrecarga de disparos y de uso”, agregó el director médico.
El TAC que les queda lo están usando para los casos que ingresan por emergencias. El aparato venía incluido en la nueva torre este y es el que está actualmente en servicio. Tiene entre dos y tres años de uso.
El instalado en emergencias hacía estudios de corazón, pero por problemas técnicos de imágenes se va a cambiar.
“Los contratos de mantenimiento están en Gerencia Médica para el aval. Los componentes fallan muchas veces por muchísimo uso. Por más mantenimiento que se tenga no dan abasto.
“Ese tipo de uso hace que los equipos se vayan sobrecargando. Entre los hospitales nos ayudamos: si se daña uno por acá se sobrecarga otro; si se daña este y se sobrecargan otros más. Y los componentes (dañados) las empresas no los tienen en el país para cambio inmediato, aunque se tenga el contrato de mantenimiento”, agregó Umaña.
Para setiembre, se espera que el Calderón tenga tres aparatos instalados y en funcionamiento, con uno que permitirá hacer tomografías de corazón, cerebro y sistema vascular para evitar a algunos pacientes procedimientos invasivos como los cateterismos.