Limón. La construcción del megapuerto de contenedores en Moín, Limón, ya comienza a dar sus primeros pasos.
Se trata de la apertura de una trocha de 2,8 km, que permitirá el paso de la maquinaria al sitio donde el gigante holandés APM Terminals hará el puerto con un muelle de 1.500 metros y 5 puestos de atraque. Para ello, contratará a unos 1.000 trabajadores.
El proyecto ha enfrentado una férrea oposición del sindicato de trabajadores de Japdeva, que opera los muelles estatales en Limón. No obstante, ya un tribunal avaló la vía de $6,5 millones que enlazará la ruta 32 con Moín.
Esa carretera servirá para el paso de cientos de vagonetas, camiones y la maquinaria pesada que construirá la Terminal de Contenedores en Moín (TCM).
La obra se conoce como ruta 257 y es construida a través de una finca de la Refinadora Costarricense de Petróleo. Comenzó con siete meses de atraso por líos con los permisos ambientales.
Este es el primer escollo que sortea el proyecto. El inicio de la construcción del megapuerto estaba previsto para finales del año anterior. No obstante, a estas alturas, la compañía aún no recibe el permiso de viabilidad ambiental de la Secretaria Técnica Nacional Ambiental (Setena).
“Estamos contentos con el inicio y el progreso de la ruta 257, ya que representa un paso muy importante para el inicio de la construcción”, declaró Rogelio Douglas, vocero de APM Terminals.
José Chacón Laurito, viceministro de Transportes del anterior Gobierno, dijo que durante la pasada administración enfrentaron complicaciones para dar el primer paso: construir el camino.
“No ha sido fácil. Tuvimos que enfrentar apelaciones y medidas cautelares para impedirnos el trabajo, pero, gracias a un excelente equipo de profesionales, se ha sacado la tarea adelante. De no realizar este proyecto, se estaría afectando, según mi criterio, la competitividad del país”, dijo.
El nuevo ministro de Transportes, Carlos Segnini, calificó el proyecto de importante para el país. No obstante, ante consultas de La Nación, pidió tiempo para conocer el estado de situación del plan de concesión por 33 años.
En contra. José Luis Castillo, dirigente sindical de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva), no considera que la construcción de la vía sea el primer indicio de que los holandeses concretarán el proyecto.
“Siempre vamos a insistir en que esa carretera no es de interés público o nacional; claramente está para cumplir una cláusula contractual. No es una carretera necesaria; es útil solo para la Terminal de Contenedores de Moín.
”El proyecto madre de esta iniciativa está cuestionado en los tribunales. Esta carretera el problema que tiene es que si no se hace el plan principal, quedará en el aire”, advirtió el sindicalista.
Obras. Los trabajos en la trocha, que servirán para levantar una rampa, se iniciaron el 8 de abril tras un largo proceso administrativo que tuvo que superar apelaciones, recursos de amparo y medidas cautelares. El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) espera concluir la primera etapa de la construcción en la segunda semana de junio.
Las obras están a cargo de la empresa MECO y para abrir espacio a los cuatro carriles (una vez lista la tercera etapa) se tuvieron que cortar 1.039 árboles, según datos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). La vía tiene un ancho de 40 m.
“Nunca se había hecho en el país una carretera tan completa como esta con respecto a los protocolos ambientales; desde el trasplante de árboles, la reforestación y la reubicación de especies...”, comentó Juan Bonilla, de la Unidad de Gestión Ambiental y Social del MOPT.
Según el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), en la zona se cortaron árboles de sangrillo, poró, gavilán, guácimo, guaba y cedro.
“Ninguna de esas especies está en peligro”, dijo Edwin Cyrus, director del Minae en Limón.
El MOPT se comprometió a sembrar 10 árboles por cada uno que se corte. Además, la madera comercial se donará a escuelas de Moín y Liverpool de Limón.
El proceso de reforestación será supervisado por el Minae.
“Teníamos permiso para limpiar 60 metros de ancho, pero solo se despejaron 40 y se dejaron 10 metros, a cada lado, como derecho de vía”, agregó Bonilla.
Carlos Jiménez, ingeniero del Conavi, dijo que en la primera etapa tendrá dos carriles de lastre de siete metros de ancho cada uno.
“Por acá va a transitar maquinaria pesada, carretas con roca pesada, vagonetas con material fino y camiones con metal o varillas; todo lo que el concesionario necesite para la construcción”, manifestó Jiménez.
Explicó que para dar forma a la superficie de rodamiento, se colocó una capa de rocas de río de 80 centímetros; luego un relleno de lastre. “Esta carretera va a ser una vía pública, pero esta es una ruta nacional que quedará para el servicio de la gente”, agregó.
En las etapas posteriores, la carretera incluirá un puente elevado sobre el río Moín para no interrumpir el paso de lanchas.