Roberto Acosta, el gerente de H. Solís, respondió a las críticas del alcalde de Cartago, Mario Redondo, quien denunció presas “insoportables” e “inhumanas” por cierres sin previo aviso por parte de la empresa constructora del proyecto de ampliación en el tramo Taras-La Lima.
“Entiendo las preocupaciones planteadas por el señor alcalde”, dijo Acosta a La Nación, quien explicó que los cierres son parciales en un solo carril.
“Estas medidas son indispensables para garantizar la seguridad de todos los usuarios mientras se lleva a cabo el trabajo, y están autorizadas por la Dirección General de Tránsito”, indicó.
Acosta agregó que el proyecto está en la fase final, por lo que los cierres de un carril se repetirán con cierta frecuencia.
“Por lo tanto, solicitamos encarecidamente a los cartagineses que tengan paciencia mientras trabajamos para concluir este importante proyecto”, indicó.
Señaló que el objetivo principal de H. Solís es terminar la construcción de tres pasos elevados que beneficiarían a más de 40.000 vehículos que transitan por la zona, y aseguró comprender que las rutas alternas son limitadas, lo que complica la situación.
Sobre los trabajos de este fin de semana pasado, el empresario expuso que consistieron en la canalización eléctrica subterránea transversal al tronco principal entre Pequeño Mundo y el acceso al túnel deprimido.
Además, se colocó mezcla asfáltica en los ensanches de los carriles centrales, labor generalmente realizada de noche para minimizar el impacto en el tráfico. No obstante, debido a los cierres nocturnos de la ruta 32, se vieron obligados a trabajar durante la mañana, explicó.
Obras atrasadas
La ampliación en Taras-La Lima, que se inició en diciembre del 2020, tenía un plazo de ejecución de 28 meses, por lo que debió completarse en el primer semestre del 2022. Sin embargo, según la última estimación del MOPT, la totalidad de los trabajos serán finalmente entregados en el último trimestre de este año.
Durante estos años, el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (Lanamme), ha señalado múltiples deficiencias en la construcción. En febrero del 2023, la entidad alertó que según los estudios preliminares, las obras provocarían inundaciones en zonas aledañas a esos trabajos, congestionamientos y accidentes.
Asimismo, en abril del 2024 se hallaron deficiencias e incumplimientos en los materiales y procesos de construcción de los intercambios. Luego de realizar 56 giras técnicas, 18 muestreos de materiales y 49 solicitudes de información, el Laboratorio determinó que pese a los incumplimientos en la resistencia del concreto estructural, no se aplicaron sanciones o reducciones en los pagos al contratista que establece la normativa nacional.
Más recientemente, a inicios de este mes, Lanamme advirtió que los intercambios presentan deterioros y deficiencias en la calidad de los materiales.
De acuerdo con un informe de auditoría, las inspecciones realizadas en ese proyecto detectaron fallas en algunas prácticas constructivas, así como resistencia menor a la especificada en el contrato en elementos estructurales de concreto, como fundaciones, pilas, encepados y vigas. Esas condiciones podrían reducir la vida útil de las obras.

