Si Jesús hubiera predicado en esta época, probablemente también se habría valido del potencial expansivo de las redes sociales para llevar su mensaje.
Es lo que opina el obispo de Ciudad Quesada, monseñor José Manuel Garita, quien debutó este viernes en Instagram, en un intento de probar otras vías para acercarse a los más jóvenes.
Garita, quien es cabeza de esa diócesis desde el 2014, ya tenía una cuenta en Facebook desde hace cuatro años. Espera inaugurar dentro de poco su cuenta en Twitter.
"Yo lo veo como una necesidad tremenda. Uno sabe que a la predicación en el púlpito solo un porcentaje va; las nuevas tecnologías son un instrumento preciosísimo y valiosísimo si se saben utilizar. Es impresionante el alcance que esto puede tener. Por ahí ha venido la motivación", mencionó pocas horas después de haber posteado su primer mensaje en Instagram, dirigido a los niños.
Sus modelos a seguir han sido los últimos tres papas: San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
Por eso, decidió lanzarse a las redes dos días antes de la 52 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra este domingo.
"(...) hay una consciencia de la necesidad de utilizar estas nuevas tecnologías que hoy son un imperativo. En la línea del mensaje del Papa para este domingo, es justamente esta: utilicemos estos medios para bien, para ser mejores personas, para ayudarnos los unos a los otros, para crecer humana y cristianamente", dijo.
El siguiente, es un resumen de la entrevista.
- ¿Qué lo animó, cuatro años después de asumir la diócesis, a utilizar estos nuevos medios de comunicación?
- Hay dos factores. El principal, es atender la constante llamada y palabra de los papas. San Juan Pablo II decía que teníamos que utilizar los areópagos nuevos, que son los medios de comunicación. Y ahora, últimamente, el papa Benedicto y el papa Francisco nos llaman a utilizar las redes sociales y las nuevas tecnologías como instrumentos privilegiados y eficaces de evangelización.
"En segundo lugar, por una convicción personal. La misión del obispo es evangelizar, es una misión altamente docente. Tiene que estar indicando, enseñando, dando luces, abriendo caminos, dando iluminación a los fieles y sobre todo en la realidad en que vivimos. Porque el evangelio se encarna en la realidad de los pueblos y de las personas. Sin duda alguna, es un imperativo para mí como obispo, como maestro de la fe y evangelizador evangelizar a través de estos medios.
"Justamente lo hago un par de días antes de la 52 Jornada Mundial por las Comunicaciones Sociales (que se celebran este domingo 13 de mayo). Tenemos 52 años, desde Pablo VI, que los papas insistentemente nos han estado diciendo que hay que utilizar los medios, evangelizar a través de ellos y llegar a las personas. Y no solamente como el papa Francisco lo dice, es el hecho de la cercanía y el encuentro con al gente. Esta diócesis tiene 9.200 kilómetros cuadrados, es muy extensa: 19 parroquias. Pareciera pocas pero son comunidades muy grandes. En la dinámica de ese acercamiento, esa evangelización y de esa comunicación, el obispo tiene que ser un gran comunicador, porque nos acercamos a todos los pueblos.
"El obispo no puede estar instalado en su sede. Hay que ir al encuentro. La Iglesia tiene que estar en salida. Y eso implica contacto personal, encuentro, evangelización, compartir la palabra, iluminar la realidad, dar una perspectiva desde el evangelio de la realidad que vamos viviendo. Se va a cumplir un mes desde que abrimos un espacio que se llama "Fermento". Jesús nos llama a ser fermento en medio del mundo, en medio de la masa. ¡Es una imagen muy bella! Iluminando situaciones de la realidad actual del país. No solo me dirijo a mis fieles en mi diócesis, sino a los fieles en general como parte del Colegio Episcopal".
- En un artículo del 23 de marzo del 2014, poco después de que fuera informado sobre su designación, usted dijo: "Enseñar en las aulas y escuchar a los jóvenes forma parte de lo que más disfruto de mi rutina. Es una labor que me rejuvenece. Definitivamente, es un reto acercar a los jóvenes a la Iglesia católica. Pero tiene que ir más allá del simple discurso. Se trata de que el joven sienta que nos preocupa lo que piensa y que se sienta atraído por la Iglesia". Utilizar estas nuevas plataformas de comunicación, ¿es una nueva vía para llegar a esos jóvenes?
- Sin duda alguna. Yo vengo de trabajar con jóvenes en el Seminario. Por más de 20 años fui profesor de jóvenes ahí. No solo porque me he tenido que meter a fuerza en las nuevas tecnologías, sino que en las visitas pastorales tengo momentos privilegiados que son los encuentros con las pastorales juveniles, que aquí son prioridad. Tenemos que acompañar a los jóvenes, que son el futuro de la sociedad y de la Iglesia. Tenemos que escucharlos, tenemos que entenderlos y ahora cuesta más, es todo un reto.
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- ¿Por qué los jóvenes?
- Precisamente porque son el futuro. Esto no quiere decir que olvidemos a los mayores. Los jóvenes son la esperanza, son la fuerza, necesitan un acompañamiento y una motivación para que puedan encontrar el sentido de la vida. Y en el caso de la Iglesia, encuentren un acompañamiento pastoral y materno para que puedan descubrir cuál es su vocación de vida: para qué están, qué quieren realizar, en qué se quieren proyectar. Es prioridad para tomar ahí desde la raíz el futuro y la esperanza del país. Ojalá los mejores ciudadanos y cristianos comprometidos, para que sean fermento en la masa. Para mí, personalmente, que no me siento tan viejo...
- Era hasta hace poco el obispo más joven...
- Ya no, ya otros me desplazaron. Daniel Blanco, que es el auxiliar de San José, y Mario Quirós, que fue compañero mío en el Seminario de Cartago, son ahora los más jóvenes. Yo estoy en tercer lugar.
"Por ahí viene la inquietud. En la diócesis, le he dado prioridad a la Pastoral Juvenil. He escrito cuatro cartas pastorales. En la última, me refiero especialmente al flagelo de las drogas, cómo los destruye y los invisibiliza. Aquí, si un muchacho logra completar la secundaria es un logro casi que extremo. No hay oportunidades de educación superior, hay dificultades a nivel laboral, hay tremendos retos de pobreza.
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"La gran mayoría de los jóvenes, incluso con escasos medios, tienen un aparato celular y están conectados a través de las redes. Entonces, hay que acercarse, como le decía el espíritu de Dios a Felipe con el eunoco de Etiopía: 'Acércate, acércate, ponte de lado y explica y anuncia la palabra'. Ahí está el reto. Eso es un imperativo de parte de Jesús. Recuerdo a San Pablo que decía 'Hay de mí si no anuncio el evangelio'. Los papas, y sobre todo el papa Francisco con toda la visión latinoamericana de pastoral que él tiene como nos urge ser una Iglesia en salida, una Iglesia de encuentro. Una Iglesia que se ensucia las manos al tocar la realidad de las personas que debe acompañar".
- ¿Cómo le ha ido en esa tarea? No es fácil escribir en esos nuevos medios. No se puede titular de cualquier manera. ¿Cómo está haciendo para trabajar en esos nuevos medios? No se trata de tener solo una cuenta. Usted en Instagram compite por la atención con 700 millones de usuarios más...
- Es un enorme desafío. Las ideas vienen de lo que me va inspirando el Señor. Porque es cierto, no es solo hacer las cosas sino saberlas hacer. Hay un par de católicos profesionales en comunicación que me asesoran como un apostolado de ellos. Ahí me dan tips: un título, una frase, el manejo de las redes. Por ejemplo, yo tengo mi Facebook desde hace unos cuatro años, y ahora el Instragram. Pero sí hay toda una asesoría para la estrategia comunicativa. El mismo San Pablo lo decía: no solo hay que comunicar el mensaje, sino saber comunicarlo. Sí hay una colaboración de esos dos católicos a quienes agradezco enormemente.
- ¿Cuál fue el desencadenante que finalmente lo hizo tirarse de cabeza en las redes? ¿Un hecho, una persona, un consejo, o fue alguna inspiración divina?
- Yo he escrito cuatro cartas pastorales. Empecé (como obispo) el 17 de mayo del 2014, y ya el 1.° de enero del 2015 estaba escribiendo mi primera carta. Yo no sé si tendré una vocación oculta de periodista o de comunicador, pero para mí eso es fundamental. Desde el principio, empecé a escribir. Luego fue el paso al Facebook, que era una necesidad incursionar. Pasaron cuatro años porque tenía que conocer la realidad, interpretar y tener encuentro. Sobre todo, me ha inspirado el ejemplo de los dos últimos papas: el papa emérito Benedicto, que ahí lo vimos tuiteando. Y Francisco también tuiteando. Ellos mismos nos están dando el ejemplo: nos lo dicen, nos lo repiten y nos dan el ejemplo.
“Yo lo veo como una necesidad tremenda. Uno sabe que a la predicación en el púlpito solo un porcentaje va; las nuevas tecnologías son un instrumento preciosísimo y valiosísimo si se saben utilizar. Es impresionante el alcance que esto puede tener. Por ahí ha venido la motivación”.
- Ya tiene Facebook, Instagram... ¿sigue Twitter?
- No, Twitter, no, todavía no he dado el paso. Vamos a ver hasta dónde da la cuerda. Hemos ido dosificadamente. Este año ha habido más, sobre todo en estos últimos días con Fermento, y ahora con Instagram, que obedece más que todo al entorno de la Jornada de las Comunicaciones Sociales.
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- Su experiencia como formador y como director en el Seminario Mayor, ¿en qué le ha facilitado esta tarea de comunicarse con los jóvenes?
- Muchísimo. Yo me he comunicado y trato de comunicarme, pero me dedico sobre todo a escucharlos. La capacidad y la paciencia de escuchar y el valor que ellos le dan a ese acercamiento, es una experiencia palpable que me ha motivado también en este sentido. El abrir espacio a escuchar a los jóvenes ya es una gracia y una bendición para uno. La evangelización siempre tiene que ser propositiva nunca impositiva.
"Entre tanto frenesí en el que vivimos, con una sociedad tan acelerada y llena de estímulos, el sacar tiempo y detenerse a escuchar ya no es tan fácil y es muy necesario porque el ser humano es un ser de comunicación en esencia".
- A San Juan Pablo II lo han descrito como un gran comunicador. Usted ingresó al Seminario unas semanas después de la visita de ese Papa al país, influenciado por el mensaje que él dio en aquel entonces a los jóvenes en el antiguo Estadio Nacional. ¿Qué ha rescatado de esa figura en este debut suyo en redes sociales?
- El Papa estuvo aquí el 2 y 3 de marzo (1983), y yo entré al Seminario el 9 de marzo. Yo estuve entre esa muchachada en el Estadio Nacional. Y luego la gracia que me dio Dios de estudiar en Roma y estar con él como sacerdote en cuatro ocasiones... Estar cerca de Juan Pablo II era sentir una energía de impacto comunicativo. Un hombre que con sus gestos, su verbo y su mirada profunda, era un comunicador por excelencia.
"Nosotros somos los 'Juan Pablo boys' de aquel tiempo, perdonando la expresión. Para el país eso significó un gran auge para la pastoral juvenil y un despertar de vocaciones. Fue un personaje, hoy santo de la Iglesia, que nos marcó en aquella generación".
- ¿Qué rescataría usted de esa figura en su debut en las redes?
- Yo rescataría su fuerza y temple. Esa capacidad de perseverancia, de persistencia, de anunciar el evangelio y hacer sentir la voz de la Iglesia. Esa mística que él tenía, ese magnetismo y fuerza comunicativa, de los cuales yo no tengo ni un cuarto, es toda una inspiración y un reto.
- En el 2014, la diócesis de Ciudad Quesada, tenía 42 sacerdotes en 19 parroquias. ¿Cómo dispersará entre este equipo eclesial esta nueva forma de comunicar? ¿Qué le han dicho? ¿Hay receptividad entre ellos hacia los nuevos medios?
- Creo que en general sí hay receptividad a estos nuevos medios. La gran mayoría, de los 30 originarios de acá, alrededor de diez fueron alumnos míos y son jóvenes. Son muchachos conectados con las nuevas tecnologías, y a los menos jóvenes nos han venido introduciendo en esto. Ya esto de los medios y de las nuevas tecnologías se nos va volviendo una necesidad comunicativa.
- "Hay que acercarse a la gente, conversar con ella. No hay nada más satisfactorio para un sacerdote que la cercanía con la gente", dijo usted en una oportunidad. ¿Se siente cercano a la gente utilizando estos nuevos medios?
- Por supuesto que sí. Son muy efectivos a nivel de impacto, de eso no cabe la menor duda. Pero nada sustituye o reemplaza el contacto personal. Las estadísticas muestran hasta dónde llegan, pero indiscutiblemente por más eficaces que sean estas nuevas tecnologías yo no me puedo conformar con comunicarme solo a través de ellas. Yo tengo que ir al encuentro de la gente. Ahí estamos tratando de combinar ambas cosas: lo tradicional, que hay que hacerlo presencialmente. Y ahora con la maravilla de estos medios que tenemos que aprovechar. Yo hago una lectura de fe, que son medios que el mismo Dios que a través de la inteligencia de las personas suscita para bien de los demás. Que se usen mal en algunas ocasiones, ya eso es culpa nuestra no de Dios, pero hay que utilizarlos, definitiamente.
- ¿Cómo ha sido la retroalimentación?
- No he revisado, pero al mediodía (del viernes) había visto un buen grupo de gente que se había contactado por Instagram. Por lo poquito que vimos, estuvo interesante. Incluso, lo publiqué en el Facebook mío.
- ¿Le han aparecido trolls?
- En algún momento, en situaciones particulares que hemos tenido que enfrentar, sí hemos detectado, pero ha sido mínimo. Yo también hice un mensaje personal para la jornada del domingo, que van en esa línea: no usar nunca estas redes sociales para hacer esa actividad de troll. Esto es parte del desafío y de abrirse a un medio como este.
- ¿Cómo habría utilizado Jesús FB, Instagram, Twitter?
- Haciendo una lectura de la realidad que le toca vivir a cada cual, yo no dudo de que Jesús se hubiera apuntado en esto (de las redes). Hubiera tenido que aprender, como los papas y como lo estamos haciendo nosotros. Es eso, como dice el Concilio Vaticano II, hacer lectura de los signos de los tiempos para ver cómo podemos responder mejor y evangelizar más.
- ¿Programa en su agenda postear mensajes? ¿O es un comportamiento más natural y espontáneo?
- Uno va tratando de planificar temas, leyendo la realidad y mirando los signos de los tiempos. Desde luego, hay que sacar tiempo para pensar y escribir. En el caso, mío soy sacerdote, pastor y obispo. Tengo que rezar, pedir luz al Espíritu para que me ilumine sobre cuál tema tratar. Sacar tiempo para dejarme asesorar por los profesionales en el ramo. Esta es una tarea que supone un tiempo de más del trabajo.
- ¿Cuáles temas piensa usted abordar desde estas redes?
- En el caso del Instagram y pensando en los jóvenes, hay temas que tienen que ver con el sentido de la vida: quién soy yo, para qué estoy yo, qué sentido tiene la existencia y estar en este mundo. Son preguntas que todo ser humano existencialmente se hace, particularmente los jóvenes en momentos claves de la vida. Yo creo que ahí la palabra del pastor es muy importante para iluminar y proponer.
"En esto de 'Fermento' hemos tratado el tema de los impuestos, ahora que empezó el nuevo gobierno. El próximo ya lo preparé hoy (viernes), que va con un tema que es una urgencia nacional fundamental. Por ejemplo, lo de Crucitas. Yo he hablado sobre Crucitas mínimo en cuatro oportunidades. Hoy en Facebook reconocí y agradecí la presencia de los ministros de Seguridad y Ambiente ayer (jueves) en Crucitas. Yo espero que esto sea el inicio de una solución efectiva al problema porque eso no puede seguir así. Son temas que van saliendo y que forman parte de la vida de la Iglesia y de la sociedad y que vamos abordando. Tratando de iluminar a lo que se va dando en el momento, que es lo que impacta más la vida de las personas".
- Usted está escribiendo casi que una vez a la semana. Eso exige un compromiso de presencia en redes que no puede bajar en el futuro. ¿Está consciente de lo demandante de esta tarea?
- Además de lo que yo tengo, yo soy consciente de esto porque uno lo va sintiendo. Yo estoy convencido de esto, sobre todo del beneficio para muchas personas, y esto es lo que nos motiva a hacerlo. Esto no tiene otra razón más que la evangelización. Algunos pueden interpretarlo de otra manera humanamente hablando, pero esto es una necesidad de evangelizar, y evangelizar es llevar la palabra de Jesús a la historia concreta de las personas, a la realidad concreta que vive cada hombre y cada mujer en la sociedad y en la Iglesia.
- ¿ Qué le han dicho los otros obispos?
- No lo hemos comentado. En todos, cada cual a su manera, hay una consciencia de la necesidad de utilizar estas nuevas tecnologías que hoy son un imperativo. En la línea del mensaje del Papa para este domingo, es justamente esta: utilicemos estos medios para bien, para ser mejores personas, para ayudarnos los unos a los otros, para crecer humana y cristianamente. Todo esto debe ser para bien, y la comunicación tiene que hacernos personas mejores en el tanto hagamos damos lo mejor de nosotros mismos a los demás. Esa es la idea.