“Del dicho al hecho hay mucho trecho”, reza el refrán. Y Costa Rica es fiel ejemplo de esto en lo que respecta a sus compromisos frente al cambio climático.
Este 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, encuentra al país todavía declarando con fuerza su compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque la realidad va por otro camino: los indicadores están lejos de los objetivos y hasta empeoran. Las cifras no mienten.
Las emisiones siguen en aumento, especialmente las provenientes del sector transporte, según datos oficiales. Eso coincide con un uso cada vez mayor de hidrocarburos y la expansión sostenida de la flotilla vehicular en el país.
En diciembre del 2015, Costa Rica firmó el Acuerdo de París, un pacto internacional mediante el cual se comprometió a reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para limitar el aumento de la temperatura global.
Como parte del compromiso, el país presentó en 2020 ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) metas específicas. El Acuerdo exige a los signatarios planes de acción conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés).
En el sector energético, que concentra la mayor parte de las emisiones del transporte, el país prometió un tren eléctrico de pasajeros para la Gran Área Metropolitana, impulsado por energía renovable, para el año 2030. También propuso el Tren Eléctrico Limonense de Carga, cuya operación estaba prevista para 2022.
No obstante, apenas en abril pasado, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) informó a la CMNUCC de que aún no hay fecha para la puesta en marcha de ambos proyectos.
Así consta en el Primer Informe Bienal de Transparencia, un reporte obligatorio que se debe rendir a la ONU para actualizar el estado real de implementación del Acuerdo.
“El financiamiento adecuado es uno de los principales desafíos de este proyecto, ya que si no se obtiene suficiente financiamiento, podría retrasarse o detenerse”, señala el gobierno en relación con el tren de carga.
Además, indica que adquirir y dar mantenimiento de locomotoras eléctricas, sistemas de electrificación y equipos rodantes “puede ser complicado”. También menciona la “falta de personal capacitado y de experiencia en gestión de proyectos” como obstáculos adicionales.
Las mismas observaciones se aplican al tren eléctrico de pasajeros, dice el documento.
La Nación consultó el 30 de mayo al Minae en qué etapa se encuentra el proceso de definición de una nueva fecha para la puesta en marcha de ambos proyectos. Al cierre de esta edición, la cartera permanecía sin responder.
Avances y obstáculos
Otras metas planteadas a la ONU para los próximos cinco años muestran avances modestos.
En el mismo informe de abril, el gobierno reconoce “importantes retos” en el sector energético, entre ellos, “reducir las emisiones del transporte”.
Costa Rica se comprometió a que al menos el 8% de la flotilla del transporte público sea de cero emisiones al 2030.
Gracias a donaciones de Alemania (2021) y China (2024), el país cuenta con al menos 10 autobuses eléctricos, frente a una flotilla total de 4.800 unidades, según datos de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), a setiembre del 2022.
Para alcanzar la meta, faltarían 374 unidades más en cinco años. Este diario también consultó al Ministerio por la hoja de ruta prevista para cumplir dicho compromiso y cómo va el avance; tampoco hubo respuesta.
Otra medida contemplaba mejorar la infraestructura vial para elevar en 5% los viajes no motorizados, mediante más ciclovías.
No obstante, a abril de este 2025, el país contaba con 66 kilómetros de ciclovías, en una red vial total de 44.537 kilómetros, según el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi). Eso representa 0,001% de la red, según el reporte del Minae a la ONU.
Sobre esa meta, el gobierno indicó que el país carece de un sistema de medición, reporte y validación para las ciclovías, así como de información financiera relacionada con su implementación.
El pasado 29 de mayo, una semana antes del Día Mundial del Medio Ambiente, el Minae publicó un comunicado donde aseguró que “Costa Rica no solo mantiene su liderazgo internacional en sostenibilidad, sino que trabaja activamente en políticas públicas robustas, multisectoriales y técnicamente fundamentadas”.
Según la nota de prensa, “el proceso de descarbonización en el país no solo continúa, sino que se fortalece con cada nuevo ciclo de planificación climática”.
No obstante, el Ministerio también informó ese día de que la NDC para el periodo 2025–2035 está en “proceso de actualización”, al igual que el Plan Nacional de Descarbonización 2018–2050.
Dicho análisis, dice el comunicado, concluiría antes de mayo del 2026, mes cuando finaliza la actual administración.
Según el Minae, esa actualización aportará “contenidos esenciales para el componente de adaptación y mitigación” de la NDC 2025–2035.
Mientras tanto, los datos oficiales sobre consumo de hidrocarburos, crecimiento vehicular y emisiones contrastan con esa imagen de “liderazgo internacional en sostenibilidad”.
Más gases de Costa Rica al planeta
Desde que Costa Rica ratificó el Acuerdo de París, en octubre de 2016, la flotilla vehicular creció de 1.429.000 unidades a 1.748.000 en 2022, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC): un incremento del 22,3%, equivalente a 319.000 automotores más.
En paralelo, el consumo de hidrocarburos pasó de 20,2 millones de barriles en 2016 a 25,46 millones en 2024, un aumento de 5,26 millones de barriles (26% más).
Ambas tendencias han incrementado las emisiones.
En 2024, Costa Rica presentó a la CMNUCC una actualización de su Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI), con datos procesados al 2021.
Ese año, el país emitió 16.155,4 gigagramos (Gg) de dióxido de carbono equivalente (CO₂eq).
Cada Gg equivale a 1.000 toneladas, lo que implica que, solo en 2021, Costa Rica liberó 16,1 millones de toneladas de gases contaminantes.
Comparado con 1990, cuando se registraron 9.055,4 Gg, las emisiones aumentaron un 78,4%. Solo entre 2020 y 2021, el repunte fue del 10,4%, al pasar de 14.626 Gg a 16.155,4 Gg.
Del total de emisiones del 2021, 37,6% provino de la flotilla vehicular, según el Inventario. De los 16,1 millones de toneladas de gases contaminantes lanzados en el 2021, la flotilla vehicular aportó 6.076,93 millones.
Ese es el sector que más gases emite en Costa Rica, con un crecimiento del 247,4% de 1990 al 2021, según indica el Inventario.
“El propio Primer Informe Bienal de Transparencia del Minae reconoce que muchos de los compromisos asumidos por Costa Rica en el marco del Acuerdo de París, especialmente en el sector transporte, siguen sin cumplirse o lo han hecho de forma muy parcial”, afirmó Lenin Corrales, biólogo y expresidente del Consejo Científico de Cambio Climático de Costa Rica.
El Informe Bienal también admite que la electrificación del transporte avanza lentamente y que proyectos estratégicos, como el tren eléctrico y la modernización del sistema de autobuses, no han logrado el desarrollo esperado, agregó Corrales, quien también es investigador del Informe Estado de la Nación.
“Esto refleja una brecha entre lo que se prometió a nivel internacional y lo que realmente se está haciendo. En otras palabras, hay una admisión oficial de que muchas de esas promesas siguen sin concretarse, lo que pone en riesgo el cumplimiento de las metas para 2030”, concluyó.
