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La ampliación de la ruta entre San José y Cartago se comenzaría a construir en el 2027 y su ejecución se haría en dos etapas, que tardarían alrededor de dos años cada una. Una vez puesto en servicio todo el corredor, el tiempo de viaje entre San José y Cartago se reduciría a media hora, según las estimaciones de la empresa. Actualmente, ese recorrido es de más de una hora en carro, y de entre hora y media y dos horas en autobús.
El 2027 es la fecha estimada por autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y el Consejo Nacional de Concesiones (CNC), luego de que el domingo anterior se anunciara la aprobación, por parte de ese último órgano, de la primera concesión por iniciativa privada de este tipo que se desarrollará en el país.
Se trata de un proyecto de $614 millones y alrededor de 16 kilómetros (km), planteado por la empresa MECO, el cual ya superó las fases de estudios y estructuración, y ahora saldrá a licitación.
El ministro de Obras Públicas, Efraím Zeledón, detalló a este diario que la intención es que el cartel esté listo en el primer cuatrimestre del próximo año. A partir de ese momento, dependerá de los plazos de contratación, ante posibles objeciones o apelaciones en el proceso.
“Esperaríamos estar revisando ofertas y ojalá estar adjudicando para finales del próximo año; posteriormente, teniendo un adjudicatario, poder arrancar con las etapas de diseño y construcción en el año 2027″, agregó el jerarca.
La secretaria técnica del CNC, Paula Reyes, apuntó que el procedimiento de la iniciativa privada implica que MECO, como proponente, presente un borrador del cartel y este sea adecuado por la Administración.
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Además, este tipo de alianza público-privada contempla que, a partir de la publicación del cartel, cualquier empresa puede participar. En caso de resultar adjudicada otra constructora distinta a la del iniciativista, esta deberá reconocer los costos de lo invertido en las fases de estudios y proposición del proyecto.
Para financiar la obra, el MOPT otorgaría a la empresa que resulte adjudicada una concesión por un plazo de 25 años (incluyendo el periodo de la construcción), durante los cuales la firma recuperaría su inversión mediante el cobro de peajes.
Aunque los montos aún dependen de la estructuración final del modelo financiero y la aprobación de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), el jerarca del MOPT reconoció que estos serían similares a los planteados desde el inicio de la postulación del proyecto, los cuales rondaban los $2 de ida y $2 de vuelta (unos ¢1.030 por cada sentido) en dos estaciones.
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“Si usted prefiere ir por una ruta donde tiene una circulación a 80 km/h, a ir en presa a 10 km/h, usted va a preferir pagar los ¢1.000 para poder llegar en el menor tiempo. Entonces, ahí hay muchas valoraciones en cuanto a costos de repuestos de los vehículos, temas de combustible y el tiempo que implica salir de la casa a las 5 de la mañana para ir a su trabajo a las 7; es una hora que se gana de calidad de vida”, añadió la encargada de Concesiones.
Consultado sobre las razones por las que el monto del peaje inicialmente estimado no se elevó, pese a que el costo previsto de la obra sí aumentó en alrededor de $200 millones desde el 2019, cuando se presentó, el ministro sostuvo que esto se debe al aumento en el flujo vehicular durante este periodo.
Actualmente, se estima que la ruta es usada por alrededor de 80.000 vehículos al día.
“De parte del MOPT, estamos muy satisfechos porque es la primera iniciativa privada que llega a este punto de madurez en Costa Rica. Las anteriores concesiones –que, usted sabe, las contamos con los dedos– han salido de otras maneras, no como iniciativa privada”, dijo Zeledón.
Obra en detalle
La secretaria del CNC explicó que la propuesta aún podría tener modificaciones en el diseño; sin embargo, el plan que se tiene actualmente contempla la construcción de un carril adicional en cada sentido de la autopista Florencio del Castillo (quedaría a tres carriles por sentido), entre la rotonda de Hacienda Vieja y Ochomogo (donde se inicia el intercambio de Taras), así como mejoras en la vía existente, intercambios, bahías para autobuses y carriles de aceleración y desaceleración.
Entre la rotonda de Hacienda Vieja, en Curridabat, y la rotonda de las Garantías Sociales, en Circunvalación, la obra sería completamente nueva, e incluye la construcción de un viaducto de dos carriles por sentido, con rampas de acceso en un trayecto de unos 3 km. Sería la obra de este tipo más extensa del país.
Originalmente, MECO había planteado ampliar desde plaza Víquez hasta el Quijongo, en El Guarco de Cartago; no obstante, tras la conclusión de los estudios y la ejecución del proyecto Taras-la Lima, se ajustó el trayecto.
Reyes explicó que esta última obra se añadiría en el plan de la futura concesión, como un modelo de optimización de activos; es decir, se incluiría para la operación y mantenimiento a cargo de la empresa que resulte seleccionada. En el caso del trayecto de la Lima al Quijongo, también se valora como una opción a incluir en el futuro.
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El ministro aclaró que el trazado del viaducto no se haría sobre la vía existente, sino que se iniciará en la zona verde ubicada al oeste de la rotonda de Hacienda Vieja, hasta las cercanías de Café Volio; ese tramo correspondería a las rampas y es donde se ubicarían también las segundas casetas de peaje, para posteriormente elevarse, en un segundo nivel, hasta salir al centro comercial Multiplaza, desde donde continuaría como tramo elevado, pasando por un costado de la iglesia de Zapote, hasta la rotonda de las Garantías Sociales.
Los intercambios que se intervendrían en la Florencio del Castillo incluyen la actual rotonda de Hacienda Vieja; la intersección con la vía que conecta el túnel de La Galera; el paso elevado frente a Ciudad del Este; el túnel hacia San Diego de La Unión; el acceso a Tres Ríos en el sector de La Carpintera, y un nuevo paso superior frente a Recope.
Por etapas
La propuesta de MECO plantea ejecutar la ampliación de la vía en dos fases. La primera sección serían los 13 km entre la rotonda de Hacienda Vieja y Taras.
El ministro aseguró que en ese trayecto se tiene la mayoría del derecho de vía requerido, lo que facilita avanzar con las expropiaciones en el otro tramo. Para ejecutar esas labores, el plazo estimado es de dos años.
Sin embargo, la fecha de inicio del viaducto estaría sujeta a dos factores: recursos y terrenos disponibles.
La secretaria del CNC explicó que esto dependerá de la oferta y de la empresa que resulte seleccionada, ya que, en el modelo de concesiones, la compañía es la que debe aportar la totalidad de los recursos.
Esto significa que, eventualmente, la firma elegida podría requerir poner primero en servicio la primera sección para comenzar a crear un fondo que permita iniciar las obras en el viaducto.
En caso de que se determine un eventual aporte estatal (cuyo monto, o si será posible, tampoco es claro a la fecha) o que la empresa disponga de la totalidad de los recursos, la construcción del viaducto podría comenzar de forma consecutiva, e incluso simultánea, a la ampliación de la Florencio del Castillo.
La iniciativa privada de MECO se presentó por primera vez a mediados del 2019 y recibió el aval para iniciar estudios en octubre de ese año. Inicialmente, la empresa tenía 10 meses para completar esa fase; no obstante, debido a la pandemia, dicho plazo se extendió.
Al inicio de la actual administración, el entonces jerarca Luis Amador decidió archivar el proyecto, alegando sobrecostos e incumplimientos técnicos por parte de la empresa.
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Tras un recurso planteado por la constructora, ante supuestas irregularidades en el proceso, el MOPT revivió el plan en agosto del año anterior y dio tiempo a la empresa para subsanar los estudios presentados. Finalmente, el mes pasado, la Junta Directiva del CNC avaló el planteamiento para avanzar a la etapa de licitación.
