El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, difundió este 2 de setiembre un video de un operativo militar en el mar Caribe, en el que una lancha con presunta droga procedente de Venezuela fue destruida por un ataque cinético. ¿De qué se tratan ese tipo de armas?
El mandatario calificó la acción como un “ataque cinético” que dejó 11 supuestos integrantes del grupo criminal Tren de Aragua muertos. El término despierta curiosidad por su uso infrecuente.
El ataque ocurrió en aguas internacionales del Caribe, cuando la lancha se dirigía, según el mandatario, rumbo a Estados Unidos con un cargamento de droga.
En el ámbito de la defensa armada, un ataque cinético se refiere al uso de la energía de movimiento de un proyectil inerte enviado a altísima velocidad para causar daño, sin necesidad de explosivos, químicos ni radiación convencionales. La destrucción proviene únicamente de la velocidad y el impacto del proyectil.
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De acuerdo con especialistas en armamento y con la definición de la empresa aeroespacial Lockheed Martin, un ataque cinético funciona bajo un principio básico de la física: la energía cinética de un cuerpo debido a su movimiento.
Al alcanzar velocidades supersónicas o incluso hipersónicas (si, por ejemplo, el proyectil fue enviado desde la órbita terrestre desde un satélite) el impacto del proyectil genera ondas de choque, calor y cavitación, capaces de destruir el objetivo incluso sin contacto entre el proyectil y su blanco.
Este concepto no es nuevo.
Desde tiempos antiguos se han usado armas cinéticas: piedras, flechas, lanzas y más tarde balas.
La diferencia está en la escala y la tecnología actual, que permite proyectiles acelerados por combustión química (como en armas de fuego), por mecanismos electromagnéticos o incluso por gravedad, en los llamados bombardeos cinéticos espaciales.
Por ejemplo, un artículo del 2004 del portal científico Popular Science, indicó la descripción de las llamadas Barras de Dios, un sistema de satélites con proyectiles cinéticos, cuyo concepto fue desarrollado a finales de los 80.
En este sistema, el proyectil impacta (en ausencia de atmósfera que lo frene) a una velocidad de 39.000 kilómetros por segundo, resultando en la aniquilación total del blanco, incluso en un búnker muy profundo debido a la fuerza cinética desplegada.
En el caso del operativo contra la narcolancha, Trump no detalló qué tipo de arma se utilizó. Sin embargo, al hablar de ataque cinético, el mandatario estadounidense subrayó que la destrucción de la embarcación provino del impacto directo de la fuerza del proyectil, y no de una explosión del mismo.
