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Familia y amigos le rindieron tributo a Camilo Catrillanca, en su funeral realizado el sábado 17 de noviembre del 2018 en Temuco, Chile. (Luis Hidalgo/AP)
Santiago. La Policía chilena se encontraba este lunes en el centro de una polémica tras la destrucción de pruebas sobre la muerte del joven mapuche Camilo Catrillanca durante un confuso operativo policial en La Araucanía, sur de Chile, epicentro de las reivindicaciones indígenas para recuperar tierras ancestrales.
Dos altos oficiales y los cuatro agentes que formaron parte de la patrulla que participó en la muerte del joven fueron destituidos este fin de semana en medio de las críticas contra la actitud de una policía, ya muy cuestionada en la región en la que este pueblo originario reivindica las tierras que pertenecieron a sus antepasados
.En un primer momento, la Policía aseguró que la muerte de Catrillanca, de 24 años, el 14 de noviembre cuando conducía un tractor en compañía de un joven de 15 años, se produjo durante un enfrentamiento a raíz de la persecución de los presuntos sospechosos de un robo de tres vehículos particulares.
Pero la institución ha ido variando su versión sobre el incidente. Inicialmente, los carabineros aseguraron que no había registros gráficos de este operativo pese a que es obligatorio. Pero tras las declaraciones del joven de 15 años que acompañaba a la víctima y que fue detenido y torturado, ha tenido que dar marcha atrás y reconocer que uno de los agentes destruyó las imágenes.
“Nunca vamos a tolerar que la acción de Carabineros se salga del marco de la Constitución, la ley y sus propios reglamentos”, dijo el presidente Sebastián Piñera, quien regresó este lunes a Chile tras participar de la reunión de APEC en Papúa Nueva Guinea y una visita oficial a Nueva Zelanda.
La Fiscalía abrió una investigación en contra de los policías por “obstrucción a la Justicia”, que se suma a la que se realiza por la muerte del joven mapuche, el sétimo indígena muerto en un operativo policial en esta zona en las últimas dos décadas.
Según Consuelo Contreras, directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), el menor relató que “él iba con Camilo Catrillanca en el tractor y se encuentran con Carabineros (Policía). Catrillanca le dice que se agache, que están disparando. Que primero eran balines de goma y después balas. Se agachan y se da cuenta que a Camilo le dio una bala y estaba muerto”.
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En el punto de mira está también el Comando Jungla, una fuerza de élite formada en Colombia para el combate al terrorismo en La Araucanía. El grupo especial, presentado hace cuatro meses por el gobierno, tiene como principal tarea combatir los frecuentes ataques incendiarios contra predios privados y camiones en la región, y que son atribuidos a grupos radicales mapuche en el marco de sus reivindicaciones de tierras.
En las últimas horas, una escuela y al menos tres viviendas fueron incendiadas en atentados de “carácter intencional”, según Adolfo Millabur, alcalde de la localidad de Tirúa.
Las dudas sobre la actuación policial tienen un precedente: la llamada “Operación Huracán” que implantó pruebas falsas para imputar como autor de una serie de ataques incendiarios a Héctor Llaitul, líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) y otros siete indígenas, que fueron sobreseídos por la justicia tras pasar mes y medio en la cárcel.
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Héctor Llaitul, un líder mapuche, levanta su bastón de mando junto al féretro de Camilo Catrillanca, mortalmente herido por la Policía. El funeral se llevó a cabo en Temuco, el 17 de noviembre del 2018. (Luis Hidalgo/AP)