
Managua. Nicaragua vivió una nueva jornada de violencia que dejó un estudiante muerto y una radioemisora oficialista dañada, mientras el país espera el reinicio del diálogo que ponga fin a la turbulencia política que se arrastra desde hace casi dos meses.
Un ataque armado contra una barricada de acceso a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Unan) en la capital, la noche del jueves, cobró la vida del estudiante Chéster Chavarría, confirmó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que elevó el saldo de muertos en las protestas a 135.
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Horas después, en la madrugada del viernes, las instalaciones de Radio Nicaragua (estatal) fueron quemadas parcialmente. El boletín oficial El 19 Digital atribuyó el ataque a un “grupo delincuencial organizado y pagado por la derecha”.
#ÚltimoMomento Radio Nicaragua #UnaRadioParaVos ha salido del aire.
— Radio Nicaragua (@Nicaragua905) June 8, 2018
En imágenes nuestras instalaciones que ha sido quemada por vándalos de la derecha golpista. pic.twitter.com/VDkZNTZu9x
Ante tal panorama, la Embajada de Estados Unidos reiteró este viernes a sus ciudadanos que “reconsideren viajar a Nicaragua debido a crímenes, disturbios civiles y disponibilidad limitada de atención médica”, así como las dificultades para movilizarse por los bloqueos en las carreteras.
El presidente Daniel Ortega se reunió el jueves con los obispos católicos, quienes le presentaron una propuesta para la democratización del país -de la cual no revelaron detalles-, y le pidieron responder “lo más pronto posible” para decidir si vuelven a convocar el diálogo nacional, en el que sirven de mediadores.
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“Presentamos al presidente Ortega la propuesta de democratización del país que ha emanado del diálogo nacional. Nos pidió un tiempo de reflexión para darnos una respuesta, que le pedimos fuera por escrito, la cual se valorará luego en el diálogo”, publicó en Twitter el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.
Esta tarde presentamos al Presidente Ortega la propuesta de de democratizacion del país que ha emanado del Diálogo Nacional. Nos pidió un tiempo de reflexión para darnos una respuesta, que le pedimos fuera por escrito, la cual se valorará luego en el Diálogo.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) June 8, 2018
Un comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) señaló que con la respuesta de Ortega podrán valorar “la factibilidad de continuar” las negociaciones para salir de la crisis iniciada el 18 de abril, con la ola de protestas antigubernamentales.
Los líderes católicos transmitieron a Ortega “el dolor y la angustia del pueblo ante la violencia sufrida en las últimas semanas”, en las que manifestantes han sido reprimidos por fuerzas del orden y bandas consideradas afines al gobierno.
La oposición ha propuesto adelantar las elecciones previstas para el 2021 y la salida del gobierno de Ortega, quien llegó al poder en el 2007 y fue reelegido en el 2011 y el 2016 en cuestionados procesos electorales.
Los obispos habían anunciado el 31 de mayo que no reanudarían el diálogo entre el gobierno y la oposición, representada en una alianza de estudiantes, empresarios y sociedad civil, mientras no cesara la represión.
Persiste la ebullición
Aunque la represión y las protestas continúan, los obispos intentan reactivar la búsqueda de una solución pacífica a la crisis, que se agravó esta semana con cierres de vías y barricadas que los manifestantes construyen para defenderse de los ataques de la Policía y de los grupos de choque afines al gobierno.
Del lado de la oposición, existe la esperanza de que Ortega se comprometa a cesar la violencia y acepte reanudar el diálogo para discutir la democratización, dijo a la AFP el exdiplomático Carlos Tünnermann, quien representa a la sociedad civil en el diálogo nacional.
Estados Unidos se sumó el jueves a las condenas internacionales contra Ortega.

El Departamento de Estado impuso restricciones para otorgar visas a oficiales de policía y funcionarios municipales, entre otros, a quienes considera responsables de abusos contra los derechos humanos y la democracia durante las protestas.
Ante la prolongación de la crisis los opositores se orientaron a organizar barricadas en las vías con “mandos claros”, usar claves de comunicación para detectar infiltrados, tener listas rutas de escape, crear equipos de exploración y de “morteristas” para defender las trincheras.