Argel. Una gigantesca multitud de gente desfiló este viernes por el centro de Argel en un octavo viernes de protesta, para oponerse a la organización de elecciones presidenciales por los miembros del sistema del exmandatario Abdelaziz Buteflika.
Como cada semana, la movilización en la capital argelina tuvo lugar de forma pacífica, pero con una cierta tensión en el ambiente, que acabó desatando enfrentamientos con la policía y causando varios heridos y daños materiales.
No fue posible estimar la cantidad de manifestantes, las autoridades no comunican cifras ni tampoco los manifestantes. Al comenzar la tarde una marea humana llenó las calles del centro de la ciudad, al menos tan multitudinaria como en los viernes anteriores.
No se registró ningún incidente en el resto del país, donde la agencia de prensa oficial APS informó sobre manifestaciones de diversa consideración en 42 de las 48 regiones.
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Por la noche, al final de la marcha en Argel, la Policía tuvo que lanzar gases lacrimógenos para dispersar a un centenar de irreductibles, tras los altercados de la tarde.
Según la policía, que atribuyó la violencia a “manifestantes infiltrados”, 27 policías resultaron heridos, cuatro de ellos de gravedad, y 108 personas fueron detenidas. Hubo manifestantes con heridas leves, en las estampidas provocadas por los gases lacrimógenos.
#Algerie, again n again , millions of people demanding a real change in #Algeria, despite #bouteflika resignation, n presidential elections fixed on jul 4th, the people’s are not relying on any regime propositions, they just want them to leave ! pic.twitter.com/jP5Vu0uMrY
— DZ 𝖕𝖊𝖌𝖆𝖘𝖚𝖘 (@RafYassine) April 12, 2019
Luego de obtener el 2 de abril la dimisión de Buteflika, el movimiento popular reclama ahora la partida de Abdelkader Bensalah, de 77 años, figura del aparato de los últimos 20 años de gobierno. De acuerdo a lo que establece la Constitución, Bensalah fue nombrado presidente interino y debe organizar una elección presidencial dentro de los 90 días.
En las redes sociales los llamados a manifestar volvieron a aparecer los últimos días detrás del lema "Que se vayan todos".
Los manifestantes estiman que las estructuras y personalidades que colocó Buteflika no pueden garantizar unos comicios libres y temen una elección fraudulenta para confortar el "sistema" en el poder.
El gobierno argelino de transición planea seguir con el proceso previsto por la Constitución: la elección de un nuevo presidente dentro de los 90 días, y fijó los comicios presidenciales para el 4 de julio. Los manifestantes y la sociedad civil reclaman que se creen instituciones dedicadas a una verdadera transición política tras la dimisión de Abdelaziz Buteflika.
"El pueblo es más grande que la Constitución", se podía leer en el cartel de un manifestante.
Argelinos siguen desconfiando
"Queda claro que ellos (los ex partidarios de Buteflika) trucarán las elecciones", dijo Hamid Bushnab, de 24 años. "No les tenemos confianza por ello rechazamos" que gestionen la transición. "Rechazamos a Bensalah. Lo dijimos y lo repetiremos hasta que entienda".
"La elección del 4 de abril es rechazada por el pueblo que rechaza asimismo el nombramiento de Bensalah", sostiene Mahrez Bouich, profesor de filosofía de la Universidad de Bejaia (250 km al este de Argel).
Para los manifestantes, esta elección para dentro de tres meses no puede ser libre ya que estará organizada por las instituciones y personalidades heredadas de 20 años de poder de Buteflika, marcados por comicios fraudulentos, según la oposición.
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Bensalah recibió el apoyo implícito de los militares, que regresaron al centro del ruedo político cuando su jefe de Estado Mayor, el general Ahmed Gaid Salah, quitó su apoyo a Buteflika, sellando así su inevitable dimisión.
El general estimó "insensato" una transición fuera del marco institucional actual y prometió a los manifestantes que los militares garantizarían "la transparencia e integridad" de los comicios.
"Lo esencial para los militares es tener rápidamente un presidente para instalar instituciones estables y concentrarse en las misiones de seguridad del país", analizó Rachid Grim, profesor de Ciencias Políticas en el ISGP en Argel.
Esta presidencial es "legal pero no legítima", estimó Louisa Dris-Aït Hamadouche, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Argel.
"Tres meses es mucho para un movimiento popular, por el momento se mantiene", observa.
Pero, por el contrario, “tres meses es corto” para transformar un movimiento popular en movimiento político organizado, subrayó Rachid Grim.