
Washington, Estados Unidos. Estados Unidos impuso nuevas sanciones contra tres familiares del presidente venezolano Nicolás Maduro y contra seis navieras que transportan crudo del país sudamericano, tras la incautación de un petrolero por parte de Washington, en una nueva escalada del pulso con Caracas.
Washington anunció además que conducirá a un puerto estadounidense al petrolero incautado por fuerzas norteamericanas frente a las costas de Venezuela, lo que aumenta los temores de un conflicto abierto entre ambos países.
Estados Unidos tomó el miércoles el control del buque cargado de crudo venezolano en una espectacular incursión en la que sus fuerzas descendieron a rápel desde helicópteros hasta la embarcación.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció paralelamente nuevas sanciones contra tres sobrinos de Cilia Flores, esposa del presidente venezolano, al afirmar que dos de ellos son “narcotraficantes que operan en Venezuela”.
“Nicolás Maduro y sus socios criminales en Venezuela están inundando a Estados Unidos con drogas que están envenenando al pueblo estadounidense”, dijo el secretario del Tesoro, Scott Bessent, en un comunicado.
El Ministerio del Interior de Venezuela informó la noche del jueves que Estados Unidos canceló “de manera unilateral” un vuelo de migrantes deportados previsto para este viernes.
La llegada de aviones estadounidenses con indocumentados venezolanos se ha mantenido regularmente pese al despliegue militar ordenado por Donald Trump en el Caribe en agosto. Hasta ahora los vuelos de deportados no habían sido interrumpidos por iniciativa de Washington, incluso a pesar de que Trump afirmó a finales de noviembre que el espacio aéreo venezolano debía considerarse “totalmente cerrado”.
Caracas dijo que “confía en que el gobierno de los Estados Unidos rectifique” su decisión y “reinicie el proceso de regreso de los venezolanos”.

Maduro denuncia “piratería”
El mandatario venezolano calificó la incautación del petrolero como un acto de “piratería naval criminal”.
“Secuestraron a los tripulantes, se robaron el barco y han inaugurado una nueva era, la era de la piratería naval criminal en el Caribe”, dijo el jueves Maduro en un acto presidencial en Caracas.
Horas antes, se entrevistó telefónicamente con el presidente ruso, Vladimir Putin, quien le reiteró su apoyo.
Cuba también expresó su solidaridad con el gobierno de Maduro, del que depende para sus necesidades energéticas.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se declaró “preocupado” por la incautación del buque, sancionado desde hacía años por transportar crudo de países como Venezuela e Irán.
Desde Oslo, donde logró aterrizar el jueves tras ser galardonada con el premio Nobel de la Paz, la opositora venezolana María Corina Machado mostró su apoyo a Trump y su campaña contra Maduro.

Golpe al “régimen” socialista de Maduro
La tripulación del buque está siendo interrogada y el navío será conducido a un puerto estadounidense, según la Casa Blanca.
Según funcionarios estadounidenses citados por la cadena NBC News, el petrolero se dirige este viernes al puerto de Galveston, en Texas. La tripulación del petrolero será liberada una vez que llegue a su destino.
El buque, que en el pasado navegaba bajo el nombre de Adisa, había sido identificado por el Departamento del Tesoro en 2022 por presuntos vínculos con el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán y Hezbolá.
Al ser abordado transportaba 1,1 millones de barriles de crudo, según registros de MarineTraffic. Maduro alegó el jueves que eran 1,9 millones.
La incautación fue un golpe al “régimen” socialista de Caracas, declaró en el Congreso la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kristi Noem.
“Fue una operación exitosa (...) para garantizar que estamos contraatacando a un régimen que sistemáticamente llena nuestro país de drogas mortales”, dijo Noem en una audiencia del Congreso.
A diferencia de los ataques en altamar contra presuntas narcolanchas, que han causado desde septiembre al menos 87 muertes, esta operación iba acompañada de una orden de decomiso, en manos del FBI.
Decomisar crudo representa una significativa escalada en la campaña de hostigamiento contra Venezuela, un país devastado por la crisis económica y aislado políticamente, que sobrevive gracias a la venta de sus recursos naturales.
Acusaciones y sanciones
Washington hace años que acusa a Venezuela de ser un Estado en manos de narcotraficantes.
Además de las acusaciones formales contra Maduro en un tribunal de Nueva York, dos de sus sobrinos fueron detenidos en Haití en 2016, acusados de narcotráfico.
Franqui Francisco Flores de Freitas y su primo Efraín Antonio Campos Flores fueron condenados en 2017 en Nueva York, y liberados posteriormente por el presidente demócrata Joe Biden, a cambio de siete presos estadounidenses en Venezuela.
El Departamento del Tesoro retomó ahora el caso y anunció nuevas sanciones en su contra; así como contra otro sobrino, Carlos Erik Malpica Flores, y seis navieras que transportan crudo venezolano.
Desde septiembre, Washington desplegó una considerable fuerza de ataque y disuasión en la zona, con el mayor portaviones del mundo, decenas de cazas y miles de marines.
Además, Trump dijo que dio luz verde a su agencia de inteligencia, la CIA, para operar dentro de Venezuela.
