Rocío Aguilar Montoya, jerarca de la Superintendencia de Pensiones (Supén), destacó que la Valuación Actuarial del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) permitió tener una luz sobre la realidad del principal fondo de pensiones, pues el país viajaba a oscuras desde el 2018, cuando se hizo el último estudio sobre la situación financiera del principal fondo de pensiones de Costa Rica.
La funcionaria destacó que parte de la relevancia del informe es que confirma la urgencia de tomar decisiones como país, pues el 2047 —cuando se prevé se agote la reserva del régimen— “está a la vuelta de la esquina”. Las medidas deben ser estructurales para el Sistema Nacional de Pensiones y no solo el IVM, administrado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Aguilar dijo que modificar la edad de retiro, contribución y cálculo del beneficio ya es insuficiente y resulta solo un paliativo. El estudio actuarial reveló que el régimen tiene un déficit de ¢74,6 billones y es incapaz de pagar pensiones en el futuro.
A continuación, un extracto de la entrevista con La Nación en la cual participó Mauricio Soto, director de Supervisión de la Supén.
— ¿Qué permite el nuevo estudio actuarial al IVM?
— El estudio confirma lo que la Superintendencia había manifestado sobre la reforma de enero pasado: que era insuficiente. El informe muestra que el agotamiento de la reserva se anticipa para e l 2047 y que la razón de solvencia (capacidad para pagar pensiones) será menor.
“Estas variables son importantes, porque el agotamiento de la reserva no es un momento que se deba esperar, sino que es el momento para decir ‘¿cuánto tiempo tengo por delante para tomar decisiones y actuar?’. La discusión tendrá componentes de carácter técnico, pero también de aspectos políticos.
“La Supén se anticipó y convocó a un comité para evitar seguir procrastinando, porque cada vez estamos más cerca del precipicio y será más complejo y caro hacer cualquier reforma”.
LEA MÁS: IVM enfrenta déficit de ¢74,6 billones y será incapaz de pagar pensiones a partir de 2047
— ¿Estamos más cerca de ese precipicio?
— El agotamiento de la reforma se ubica en el 2047. El 2047 está a la vuelta de la esquina. Por eso hay que tomar las decisiones mucho tiempo antes, para que se puedan ir ejecutando. También, porque el futuro no es estable; ya vemos la caída tan estrepitosa de nacimientos y la mayor longevidad.
“Las decisiones no se toman de la noche a la mañana, sino que requieren un diálogo que debe llevar a la toma de decisiones”.
— La Caja ya externó la opción de hacer redistribución de cargas sociales para reforzar el IVM. ¿Modificar edad de retiro, cotización y beneficios ya es insuficiente?
— (Responde Rocío Aguilar) El aumento de cuotas no resuelve la sostenibilidad del IVM y ha conducido a un incremento de la informalidad porque el peso de la contribución hace que las personas renuncien a la afiliación.
“La institución encuentra ahí una medida paliativa, pero sabe que es una medida que compromete el futuro. Ayuda en el corto plazo, pero no va a resolver el tema crítico, que es la sostenibilidad de largo plazo.
“Hipotéticamente, se puede elevar la cuota lo suficiente para pagar todas las pensiones hoy. Pero sucederá que el régimen se acaba. Debe existir un equilibrio de aportes y beneficios.
LEA MÁS: Pensionados por vejez del IVM se triplicarán en 25 años
--(Responde Mauricio Soto) El estudio actuarial confirma que la Caja y la Supén están más o menos de acuerdo en un diagnóstico técnico. De alguna forma, se superó la incertidumbre de las diferencias de los datos con los informes de la UCR y (Eduardo) Melinsky.
“En lo grueso, estamos de acuerdo de que hay urgencia y debe hacerse algo estructural. Por eso, Jaime (Barrantes, gerente de Pensiones) hablaba de que se les está escapando de las manos a ellos porque es una realidad de que los aportes del régimen son insuficientes. El IVM carga sobre su espalda el haber otorgado pensiones sin su financiamiento.
“A pesar de que en enero hubo una reforma importante que modificó las condiciones de retiro, pero no cambia el resultado general. Se alarga un poco la vida de la reserva, pero luego se cae de manera muy fuerte, porque en los años siguientes son muy altos los montos que debería financiar el Estado. Este es un punto de inflexión, el Ministerio Hacienda jamás podría asumir esa factura”.
— Doña Rocío, ¿el comité que la Superintendencia convocó desde mayo tiene como principal rol mostrar una ruta de solución?
— Es la parte constructiva del diálogo. No es solo la parte del supervisor o un actuario, sino que es la visión de diferentes sectores. Desde la academia, sector social, laboral y empresarial. Es importante porque la solución (al desequilibrio del IVM) no es una única variable que se puede tocar. Hay que ver el sistema de pensiones de forma integral.
“También debemos preguntarnos si solo nos interesa resolver la situación de aquellas personas que están en una planilla y dejar al resto de la sociedad por fuera. Las decisiones de los últimos años, excepto para el Régimen No Contributivo, han sido basadas en los que tienen una posibilidad de contribuir a través de una planilla.
“El fuerte incremento de la informalidad, no podemos tomar decisiones únicamente concentradas en la sostenibilidad del IVM. Eso es deseable, pero no puede lograr la sostenibilidad a costa de renunciar al objetivo de cobertura. Las personas fuera de la posibilidad de contar con una pensión mínima engrosan las filas de la pobreza.
“Una solución donde digamos: ‘Ahí está la garantía del Estado’, pero el Estado somos todos y lo hacemos a través de contribuciones empresariales, personales o con la renuncia de poder invertir en otras áreas que la sociedad requiere. Pensar que el Estado debe pagar la factura suena sencillo, pero al final, somos todos.
“La medida tiene que ser sostenible, que haya cobertura y que sea fiscalmente viable. Posponer el diálogo hará más dura y cara la decisión”.