La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lanzó fuertes advertencias sobre la macroeconomía costarricense en su más reciente informe de Perspectivas Económicas, publicado el 3 de junio.
El organismo prevé una afectación en las exportaciones debido a los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Además, advirtió que el incremento de la violencia y la criminalidad en Costa Rica podría impactar el turismo y los flujos de inversión extranjera directa (IED).
“El aumento de la violencia y la criminalidad podría afectar negativamente el turismo y los flujos de inversión extranjera directa”, externó la OCDE. Incluso, ya considera que la inversión privada se reducirá en 2025, pero ante el incremento de la incertidumbre sobre las políticas económicas, lo que afectará negativamente la entrada de IED.
Adicionalmente, señaló que el alto grado de dolarización de la economía de Costa Rica, con un reciente incremento del crédito en dólares y dos tercios de la deuda del Gobierno Central dolarizada sin cobertura, expone al país a riesgos externos de financiamiento y tipo de cambio.
Sobre la situación fiscal, OCDE considera que mejoró, aunque enfatizó en que garantizar la sostenibilidad fiscal requiere la implementación estricta de la regla fiscal para contener el gasto público, junto con revisiones del gasto para mejorar su eficiencia y la ampliación de las bases tributarias.
Efecto en crecimiento
En este informe, la OCDE pronosticó una desaceleración en el crecimiento del producto interno bruto (PIB) para Costa Rica, que pasaría a un 3,1% en 2025 y 2026, tras alcanzar un 4,3% en 2024. El aumento de la producción estaría respaldado por la demanda interna, ya que se espera un deterioro de las exportaciones.
“La demanda interna impulsará el crecimiento, mientras que la demanda externa se deteriorará tras la introducción de un arancel del 10% sobre las exportaciones de bienes costarricenses hacia Estados Unidos, su principal socio comercial”, indicó la organización. El informe prevé que el consumo privado se mantendrá sólido debido a aumentos graduales en el ingreso disponible y a la creación de empleo.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) también moderó su previsión de crecimiento al 3,6% en 2025, tras pronosticar que la economía del país crecería un 4,1% en enero pasado.
Róger Madrigal, presidente del BCCR, atribuyó esta baja a las consecuencias de los conflictos comerciales globales por la guerra arancelaria y por fenómenos climáticos que afectarán la producción.
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El presidente del BCCR subrayó que para un país pequeño altamente dependiente del comercio internacional. “Los conflictos comerciales no son buena noticia para Costa Rica y nos lleva a esa revisión”, aseveró Madrigal, a inicios de mayo.
La desaceleración en la estimación de la OCDE para Costa Rica se une a la realizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que también ajustaron a la baja la previsión.
La Organización enfatizó en que el crecimiento de las exportaciones se debilitará en 2025 debido al arancel impuesto por Estados Unidos a las importaciones y que se espera que se mantenga moderado en 2026, reflejando una demanda global contenida y mayores costos comerciales.
En relación con la inflación, OCDE externó que está aumentando gradualmente hacia la meta del Banco Central de Costa Rica (BCCR), que es del 3%. Se prevé que alcance el 1,8% en 2025 y el 2,5% en 2026, a medida que la mejora progresiva en las condiciones internas genere un lento incremento de las presiones inflacionarias internas.
Ante esto, esperan que la tasa de política monetaria (TPM) se mantenga estable mientras la inflación se acerca gradualmente a la meta. La TPM se encuentra en 4% desde octubre pasado.
Recomendaciones
La OCDE recomendó ampliar las oportunidades comerciales mediante acuerdos que abran nuevos mercados de exportación, pues esto ayudaría a diversificarlos, ya que actualmente están concentrados.
También instó a eliminar restricciones y topes a la participación del sector privado en la generación y distribución de electricidad, así como remover barreras a la inversión extranjera en el sector eléctrico y mantener una estricta implementación de la regla fiscal para limitar el gasto público.
Además, la OCDE sugirió la reorientación de la formación técnica y profesional hacia habilidades altamente demandadas (digitales y técnicas) e incrementar el número de graduados en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
