Luego de seis años de operar sin pena ni gloria, el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) finalmente da señales de haber despegado, poco a poco, en ruta a cumplir con su misión: otorgar préstamos con condiciones favorables para el desarrollo de nuevas empresas en Costa Rica.
Banca para el Desarrollo empezó a operar en el 2008 en condiciones que hacían muy difícil el acceso a crédito para emprendedores y pymes, por esa razón, tras un complejo camino en la Asamblea Legislativa, finalmente, en el 2014, se aprobó una reforma a la ley con el objetivo de hacer el proceso más sencillo.
La principal diferencia radica en la cantidad de operadores para otorgar créditos. Entre el 2008 y el 2014 las empresas solo podían buscar créditos del SBD mediante bancos; la situación cambió en el 2015 cuando se pusieron a disposición otras entidades como mutuales, cooperativas y financieras.
Renato Alvarado, ministro de Agricultura y Ganadería y actual presidente de la Junta Directiva del SBD, explicó que el cambio más importante que introdujo la reforma a la ley fue el aumento en la cantidad de operadores para otorgar préstamos a las empresas y emprendimientos.
“En Nandayure de Guanacaste, por ejemplo, se han colocado créditos por medio del Centro Agrícola Cantonal que se convirtió en un operador después de completar el proceso de capacitación con el SBD”, precisó Alvarado.
El ministro señaló que desde la aprobación de la reforma los datos son favorables, en el periodo 2014-2017: las operaciones crecieron de 16.189 a 42.612, el monto colocado en créditos aumentó de ¢70.137 millones a ¢321.256 millones y la cantidad de operadores pasó de 34 a 55.
Otro de los datos que resalta el jerarca es la reducción en la morosidad que pasó del 10,94%, en el 2014, al 2,84% a diciembre del 2017.
El reto de crecer
Pese que a que los resultados del SBD mejoraron, todavía su nivel de cobertura es pequeño en relación con la demanda de crédito de las pymes en el país.
Entre noviembre del 2014 y diciembre del 2017 se otorgaron 28.893 créditos a emprendedores y empresas por un monto de ¢172.241 millones.
La cantidad de operaciones colocadas es moderada respecto a la cifra de emprendedores empresariales en el país, que rondaba los 340.000, al 2014, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Un informe de la Comisión Evaluadora del SBD emitido en el 2017, evidenció el problema de la cobertura con base en otros datos ofrecidos por el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica.
De acuerdo con este centro de investigaciones, Banca para el Desarrollo solo ha cubierto 4,7% de un total de 460.000 beneficiarios potenciales.
Sobre este reto, Alvarado aseguró que el SBD tiene un repunte importante que se sostendrá en el tiempo con la apertura de nuevos programas que faciliten el acceso a préstamo para las personas que desean crear o impulsar un negocio.
El jerarca recalcó que desde la implementación de la reforma legal se empezaron a otorgar créditos de los recursos obtenidos por el encaje bancario.