Banco Improsa, encargado de administrar el fideicomiso con activos del “banco malo” de Coopeservidores, cobrará una tarifa fija por mes y otros costos variables por los servicios de gestión de la entidad residual de la cooperativa.
La entidad privada tendrá honorarios fijos de $170.000, según el acuerdo del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), publicado en el diario oficial La Gaceta el 4 de julio pasado.
Dicha tarifa se divide en $150.000 más impuesto al valor agregado (IVA), lo que equivaldría a unos ¢76,5 millones, por la gestión de activos financieros, incluidos el manejo de efectivo, inversiones y cartera de crédito.
Además, recibirá un honorario mensual de administración de $20.000 más IVA, y una comisión del 5% sobre el valor pagado en ventas de activos no financieros, más los impuestos correspondientes.
Adicionalmente, percibirá una comisión del 50% sobre la recuperación que se logre de la cartera crediticia con atraso superior a 90 días, que representa el 88% de los préstamos que permanecen en la entidad residual.
Otra condición establece que, si se concretan procesos exitosos de venta de activos financieros, el banco tendrá derecho a cobrar una comisión que será definida en cada caso por un Comité Especial del Fideicomiso.
En el acuerdo del Conassif también se señala una previsión de ¢1.000 millones para reforzar la liquidez necesaria con el fin de cubrir los gastos relacionados con la etapa final de resolución (ya concluida) y la creación del fideicomiso.
Según la publicación de La Gaceta, la cartera crediticia que queda con un atraso hasta 60 días genera un flujo mensual promedio de ¢691 millones, lo que funcionó para cubrir los costos de la recuperación de los créditos y el mantenimiento de activos, así como para pagar los honorarios del fiduciario.
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Oferta rechazada
Antes de que el Consejo avalara los honorarios, Improsa hizo una oferta que fue rechazada por su alto costo.
La entidad aceptó, como fiduciario, prescindir del aporte inicial de ¢7.500 millones que pidó para financiar la operación del fideicomiso en sus inicios.
También se modificaron de forma sustancial los honorarios por la gestión de los activos financieros. En la nueva propuesta se eliminó la estructura de cobros porcentuales de 1%, 0,80% y 0,60% sobre los montos correspondientes a cartera, inversiones y efectivo, respectivamente.
En su lugar, se estableció una comisión fija de $150.000 por la gestión de estos activos, lo que implica una reducción de ¢102,5 millones frente al cobro del 1% mensual sobre la cartera, se detalla en el acuerdo del Conassif.
Asimismo, se ratificó una comisión del 50% sobre la recuperación de la cartera con morosidad superior a 90 días.
“(...) los honorarios que proponía el posible fiduciario eran muy onerosos, afectando seriamente su beneficio final, tomando en cuenta que su gestión se centraría en activos con un alto grado de deterioro (...) la propuesta aprobada cambia de forma relevante el costo de la creación del fideicomiso”, se indica en el acuerdo.
El “banco malo” de Coopeservidores está compuesto por activos que, debido a su calidad, valor u otras razones, no fueron seleccionados por el Banco Popular (BP). Estos activos serán trasladados a un fideicomiso cuyo propósito principal será venderlos.
Este instrumento tiene como fideicomisarios a todos los ahorrantes, inversionistas y demás acreedores de la entidad que no recibieron el pago completo durante la transacción con el “banco bueno”, gestionada por el BP.
También se contempla a los asociados como aportantes de capital, aunque ocuparán el último lugar en el orden de prelación de pagos, según lo establece el acuerdo publicado por el Conassif.
En caso de que el fideicomiso enfrente incapacidad para cubrir sus gastos operativos, deberá informar al Juzgado Concursal o a la Junta Liquidadora para proceder con su liquidación.
Cartera de alto riesgo
Según el acuerdo del Consejo, la mayor parte de la cartera crediticia del “banco malo” no cuenta con garantías y corresponde a deudores con altos niveles de endeudamiento; de hecho, el 88% registra más de 90 días de atraso.
Debido a su deterioro, esa cartera ya está prácticamente estimada, por lo que su valor contable es casi nulo. Un 53% de los créditos —equivalente a ¢113.796 millones— presenta atrasos mayores a 365 días y se clasifica como de riesgo extremo alto.
Además, un 31% de los créditos de la entidad residual —por ¢66.035 millones— tiene atrasos de entre 181 y 365 días. En total, la cartera restante asciende a ¢214.790 millones, aunque la gran mayoría ya está provisionada. El corte corresponde a mayo de 2025.

