Las exportaciones de dispositivos médicos crecieron un 28% hasta noviembre pasado, en comparación con el mismo período de 2024, y alcanzaron $10.156 millones. Esto equivale al 48% del total de las exportaciones de bienes del país.
Estados Unidos se mantiene como el principal destino de estos productos; en este mercado se colocan el 69% de las exportaciones.
El peso de los dispositivos médicos en la canasta exportadora mantiene altas las expectativas sobre las negociaciones que sostienen Costa Rica y Estados Unidos, luego de que Washington iniciara una investigación sobre las importaciones de estos bienes, vinculada con aspectos de seguridad nacional.
Sin embargo, el efecto de este proceso y el panorama futuro para Costa Rica continúa incierto. La Nación conversó con analistas sobre sus valoraciones al respecto.
David E. Lewis, vicepresidente de Manchester Trade Ltd. Inc., firma internacional especialista en consultoría de negocios, si ambos países no acuerdan fortalecer la cadena de valor construida bajo el DR-Cafta y consolidar la relación de comercio e inversión, “las negociaciones serían un fracaso para ambos”.
“Poner en riesgo una cadena de valor de más de $8.000 millones y no buscar cómo duplicarla de aquí a 2030, por ejemplo, sería una irresponsabilidad de política pública”, advierte Lewis.
Añade que el presidente Trump “tiene que entender, con datos de comercio, inversión y economía, que en la región no tiene una alianza como la de Costa Rica, después de México, pero con un valor político adicional que México no ofrece, porque Costa Rica es un aliado democrático desde la década de 1950”.
Por su parte, Juan Carlos Pérez Herra, politólogo y analista, estima que 2026 ofrece un contexto favorable para Costa Rica, debido a las elecciones de medio período en Estados Unidos y a que las encuestas no favorecen a la Administración Trump en materia económica, marcada por el aumento de precios asociado a los aranceles.
Pérez considera que, por su ubicación geográfica, Costa Rica encaja dentro de la “nueva doctrina” de seguridad nacional de Estados Unidos, orientada a proteger las cadenas de suministro.
“La lógica comercial que prevalece con Estados Unidos es transaccional, por lo que Costa Rica tendrá que hacer concesiones en sectores donde la competitividad estadounidense es muy superior. Los sectores con márgenes muy estrechos se verán perjudicados”, señala.
El economista Roberto Artavia, presidente de Artavia Consultoría, prevé que las negociaciones continuarán con la misma dinámica, buscando mejorar las condiciones para Costa Rica, como ocurrió con la suspensión de aranceles a los productos agrícolas.
No obstante, advierte que a mediano y largo plazo preocupan factores estructurales como la educación, la infraestructura, la energía, el tipo de cambio y la estabilidad institucional, claves para la competitividad.
A su vez, Daniel López Zúñiga, director de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Latina de Costa Rica, considera que 2026 apunta a una negociación de “ingeniería fina”: menos retórica de grandes tratados y más acuerdos específicos para sostener la competitividad, proteger sectores estratégicos y dar certidumbre a la inversión y el empleo.
López señala que el sector de dispositivos médicos tendrá un papel central por su peso en las exportaciones hacia EE. UU. y por la creciente sensibilidad de ese país en temas de seguridad de suministro.
“En la práctica, esto se negocia con lenguaje de proveedor confiable: trazabilidad, estándares, cumplimiento, continuidad y certificaciones”, explica.
¿Cuál es el rumbo de las negociaciones?
Sobre el futuro de este proceso, el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), recordó que existen plazos claramente definidos: el Departamento de Comercio de Estados Unidos dispone de 270 días para entregar su informe al presidente Donald Trump, quien contará con 90 días adicionales para decidir sobre la eventual aplicación de medidas.
La investigación inició el 2 de setiembre y está liderada por el secretario de Comercio, Howard Lutnick, bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962. Esta abarca equipos de protección personal (EPP), consumibles médicos, equipos médicos y dispositivos médicos.
La Sección 232 autoriza al presidente de Estados Unidos a tomar medidas para ajustar las importaciones de un producto cuando se considere que amenazan la seguridad nacional.
El 17 de octubre concluyó la consulta pública del proceso, en la que participaron el Comex y la multinacional Boston Scientific, la mayor exportadora de dispositivos médicos instalada en el país, entre otras empresas.
Desde mayo, ambos países mantienen negociaciones bilaterales para lograr la eliminación de los aranceles impuestos por Washington a las exportaciones costarricenses desde abril pasado. A esa agenda se incorporó el tema de los dispositivos médicos.
Las conversaciones con Estados Unidos están a cargo del Ministerio de Comercio Exterior (Comex) y son lideradas por un equipo negociador coordinado por Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior, e Indiana Trejos, viceministra.
Ministro en Washington
El Comex informó que Tovar visitó Washington D. C. del 3 al 5 de diciembre. La agenda incluyó reuniones con el Departamento de Comercio, encuentros con congresistas y senadores, y la participación de representantes del sector privado de dispositivos médicos y semiconductores.
“El propósito de estas gestiones es robustecer la posición de Costa Rica como un socio confiable y estratégico para las cadenas de suministro críticas de Estados Unidos”, señaló la entidad.
Se consultó sobre la continuidad de las negociaciones y las próximas fechas, La Nación esperaba respuesta al cierre de esta nota.
Ambas partes han desarrollado dos rondas oficiales de negociaciones: La primera se realizó el 15 y 16 de mayo, y segunda, el 11 al 13 de junio de 2025.
El futuro de los aranceles
Sobre el futuro de las negociaciones para eliminar los aranceles a las exportaciones costarricenses, Carolina Palma, socia de Impuestos y Servicios Legales de Deloitte, prevé que el proceso continuará en 2026, en busca de un trato preferencial.
Washington impuso inicialmente en abril un arancel del 10%, que aumentó al 15% desde agosto, bajo el argumento de un superávit comercial a favor de Costa Rica.
“Lo ideal es que se cubran todas las exportaciones, incluidos los dispositivos médicos, para lograr un arancel del 0%, como establece el DR-Cafta, y mientras tanto las empresas deben continuar con acciones de mitigación para reducir el impacto”, afirma Palma.
Finalmente, Álvaro Monge, especialista en comercio exterior, considera clave que el Comex cierre los pendientes en los próximos meses, antes del cambio de Gobierno en Estados Unidos.
Monge recomienda, además, corregir los incumplimientos comerciales que ya ha señalado Washington.
