
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) emite dos tipos de monedas: las de circulación y las de colección.
Aunque a simple vista pueden parecer similares, tienen diferencias clave en su propósito, acabado, distribución y precio.
Las monedas de circulación son las que usted utiliza en su vida cotidiana para comprar bienes y servicios. Se producen en grandes cantidades, se distribuyen por medio de las entidades del sistema financiero y llegan al público a través del comercio.
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Su presentación suele ser en bolsas o como unidades sueltas. Estas monedas tienen una superficie brillante sin color y su valor de venta equivale al valor facial.
En cambio, las monedas de colección se acuñan con niveles superiores de calidad y son por un tiempo limitado que se encuentran a la venta.
El BCCR ha emitido monedas de colección como parte de series temáticas, entre ellas destacan “Sitios emblemáticos de las provincias” y “Fauna de los ecosistemas de Costa Rica”.
Este tipo de monedas presentan acabados especiales, como pulido espejo, aplicaciones de color o inserción de elementos.
Se entregan dentro de una cápsula y acompañadas por un soporte (como estuches o bloques de acrílico), lo que las convierte en piezas destinadas a la colección y exhibición, no al pago cotidiano.
Además, su producción es limitada. Actualmente se elaboran 17.000 piezas por motivo. Estas monedas no se distribuyen en bancos o comercios, sino a través de distribuidores autorizados por el BCCR, como algunos museos del Banco Central y la Asociación Numismática Costarricense.
Aunque ambas monedas comparten el mismo diseño y material, la diferencia principal radica en el acabado y la finalidad. El precio de una moneda de colección supera su valor facial, pues incorpora el costo del empaque especial y los acabados detallados.
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