La inflorescencia de las plantas de cáñamo ubicadas en Guápiles de Limón no alcanzó los niveles esperados y se mantuvo por debajo de los otros cultivos que el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA) y la empresa Roco Plants desarrollan en Cañas de Guanacaste.
Por esta razón, así como por la falta de la infraestructura adecuada y la imposibilidad de transportar otras variedades hasta la zona por factores legales, el INTA no continuó con las evaluaciones de los cultivares instalados en la Estación Experimental Los Diamantes, en la zona de Limón.
“Los tres materiales cultivados en Guápiles no cumplieron el objetivo de desarrollar plantas con una buena productividad, no fue muy favorable. La humedad no es la parte más agradecida en el campo de cáñamo y deben evaluarse otros materiales”, dijo Arturo Solórzano, director ejecutivo del INTA.
“Decidimos no seguir con las evaluaciones en Guápiles porque no íbamos a hacer nada con lo que íbamos a producir en esa localidad”, explicó durante su intervención en el Congreso Agrotransformación el pasado jueves 31 de marzo.
En la estación experimental Los Diamantes, los cultivares fueron sembrados a campo abierto. Por esto, aseguró que deberá incursionarse en evaluaciones de cultivos en ambientes controlados.
Menor productividad
La producción de las variedades Cherry Blossom y Queen Dream en Guápiles (clima con gran humedad) tuvo rendimientos promedio de 41,31 y 51,33 gramos (de flor) por planta, respectivamente; mientras que en Cañas (clima seco) el cultivo de Queen Dream arrojó resultados de entre 155 y 236 gramos por planta.
En una segunda cosecha de Cherry Blossom en Guanacaste en la Estación Experimental Enrique Jiménez, con siembra de semilla directamente, el rendimiento se ubicó entre los 300 y 400 gramos por planta, números por encima de la primera cosecha de dicha variedad con plántulas in vitro.
“Ya esta productividad nos arroja números interesantes, una vez que cumpla con adecuados contenidos con CBD y otros cannabinoides”, mencionó el director del INTA.
En términos generales, el INTA calificó como una “buena” cosecha lo obtenido hasta el momento y continuará con los estudios de los cultivares para determinar otras características como la calidad de CBD y los niveles de THC.
El manejo de las plantas requirió de una estructura de invernadero y adecuación de un sistema de iluminación artificial para suministrar por día a las plantas entre 17 a 18 horas de luminosidad, fertirriego, nutrición semanal, podas de formación y cosecha, uso controlado de aplicaciones para el control de plagas y enfermedades.
En el proceso de investigación los técnicos enfrentaron plagas de mosca blanca a la que calificaron como “un dolor de cabeza”, ataques por parte de hormigas así como ácaros, que tuvieron que ser controlados para evitar daños en las plantas.
Posteriormente, el almacenamiento del material luego de la cosecha requirió de una cámara fría a temperaturas adecuadas (rango 24°C a 26°C) y humedad relativa específica del 60%, entre otros aspectos.
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Asimismo, como parte de los resultados preliminares de las primeras cosechas, se determinó que los cultivos requieren de una alta demanda de mano de obra especializada para garantizar el crecimiento idóneo de la planta así como su poda y almacenamiento.
Las evaluaciones de los materiales iniciaron desde octubre de 2020. Las variedades que se introdujeron tendrían gran potencial para diferentes usos industriales como la generación de aceites, el aprovechamiento de la fibra para uso textil, alimentación a través de sus semillas, entre otras aplicaciones.
Mercado mundial
Enrique Ulloa, del departamento de Inteligencia Comercial de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) explicó que se calculan unos 25.000 distintos usos derivados de la planta y que en los sectores en lo qué más ha proliferado su utilización es en el de alimentos, aplicaciones industriales y productos con CBD.
No obstante, el principal mercado de cannabis continúa siendo el medicinal, con países como Estados Unidos y Canadá a la cabeza.
En cuanto al mercado mundial del cáñamo industrial, es el segmento más pequeño del universo de las plantas de cannabis, pero proyecta un crecimiento del 22% al 2025. En total, el mercado podría llegar a los casi $15.000 millones para ese año, según datos presentados por Procomer en la actividad de Agrotransformación.
“Una de las regiones que tienen la mayor proyección de crecimiento es Latinoamérica, con un 38%”, comentó Ulloa.
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Las plantas de Cannabis pueden crecer hasta el tamaño de un arbusto, en su corto ciclo de tres y medio a cuatro meses. Necesitan al menos 17 horas de luz blanca al día, por lo cual se les aportar una parte de manera artificial. Foto: Cortesía INTA.