Las actividades de celebración se multiplican en diciembre, y, con tanto brindis, las bebidas alcohólicas se convierten en grandes protagonistas de las fiestas.

No obstante, el abuso en la ingesta de este tipo de líquidos tiene consecuencias tanto a corto como a largo plazo, e incluso puede comprometer nuestra vida y la de otros (por ejemplo, si conducimos pasados de tragos).

El consumo abusivo del alcohol es factor de riesgo para desarrollar más de 200 enfermedades. Además, aumenta las posibilidades de generar problemas mentales y de comportamiento.

Los daños se dividen en dos: los agudos (accidentes de tránsito, lesiones, pleitos) y los crónicos (enfermedades como la cirrosis y algunos males cardiovasculares, que duran años en desarrollarse).

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Por esta razón, debemos prestar atención a lo que tomamos y cómo lo hacemos. La iniciativa Consumo Inteligente de la empresa Fifco enumera varios consejos que son necesarios para que las personas puedan disfrutar sin problemas, tanto para quienes recibirán invitados en casa como para quienes asisten a las fiestas en viviendas o restaurantes.

“Hay recomendaciones muy básicas que pueden hacer una gran diferencia. Nadie está diciendo que no tomemos, si no que sepamos cómo hacerlo. Eso sí, muy importante, si alguien nos dice que no toma o que no quiere tomar en ese evento en particular hay que respetarlo, no tenemos por qué pasar ofreciéndole licor a la persona que ya nos dijo que no quiere”, manifestó Lucila Cisneros, gerente de Consumo Inteligente.

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Si prepara actividad en casa

Si usted será el anfitrión de una actividad donde habrá bebidas alcohólicas, ¿qué debe tomar en cuenta? Tome nota.

Un punto fundamental es asegurarse de tener suficiente comida y agua para las personas. Además, disponga de suficientes bebidas sin alcohol para que sus invitados tengan más opciones.

“Si va a tomar, alterne un vaso con agua por cada trago, por esta razón el anfitrión debe asegurarse de tener suficiente agua para quienes la requieren, ojalá de forma visible en la mesa donde están todos los licores y refrescos, para que la persona no tenga que ir hasta la cocina a buscarla”, destacó Cisneros.

Si no va a dar un plato fuerte y el evento será de “bocas” tenga varias ricas en proteína, que contengan o alguna carne u opción vegetariana de proteína, como soya, garbanzos, frijoles, champiñones o semillas.

“Con la comida también debemos tener moderación. Nada hacemos con comer de todo lo que vemos un montón por más rico que se vea. En esta época se comen comidas muy calóricas y debemos pensar en que las bebidas también nos aportan calorías. Un trago podría tener de 100 a 150 calorías dependiendo de la concentración de alcohol”, destacó la nutricionista Carolina Villalobos.

Si prepara cocteles, busque una base con jugo de frutas y no con bebidas carbonatadas. El cuerpo absorbe más rápido el alcohol si se consume con bebidas carobanatadas.

No tenga juegos relacionados con beber “shots” de bebidas alcohólicas. Busque más bien actividades donde la gente se “mueva”, como bailar o actividades que pongan a los invitados a caminar de un lugar a otro.

Cuando la fiesta ya va finalizando usted también debe tener estrategias. Procure no servir bebidas alcohólicas desde una hora antes de la conclusión del evento, asegúrese de que sus invitados tengan una forma segura de regresar a casa y tenga a mano números de emergencia.

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El alcohol no es para todos

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Los especialistas aclaran que no todas las personas deben tomar licor y que no hay una dosis estándar de lo que deben ingerir quienes sí toman, ya que todos los cuerpos son diferentes.

Cisneros explicó que hay personas que no deben tomar del todo, dentro de estas están los menores de edad, las mujeres embarazadas o en lactancia y quienes están ingiriendo algún medicamento cuya combinación con el alcohol pueda causar intoxicaciones o anular o aminorar el efecto del fármaco.

“Si estamos muy deprimidos o estresados no es buena idea tomar. El alcohol por sí solo es un un depresor. Mucha gente cree que se va a alegrar con una copa, pero puede pasar todo lo contrario”, apuntó Cisneros.

Otro punto importante es que las mujeres y los hombres no pueden tomar igual. El cuerpo de la mujer, por lo general, no resiste tanta cantidad de licor.

“Es un asunto con evidencia científica. Las mujeres tenemos menos masa muscular, menos agua y más grasa que los hombres. También tenemos menos enzimas en el hígado. Todo esto hace que podamos sentir los efectos dañinos del alcohol con menos cantidad”, expresó la especialista.

Los expertos concluyen que, por evento, las mujeres no tomen más de un trago y los hombres no tomen más de dos.

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